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Entrevista
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Jesse Eisenberg habla sobre 'A Real Pain', el filme en el que revela sus tragedias familiares
El actor dirige y protagoniza la película que llega a Colombia el 23 de enero.
Kieran Culkin y Jesse Eisenberg. Foto: Searchlight Pictures
David y Benji Kaplan son un par de primos que se reencuentran ya siendo adultos para hacer un viaje a Polonia en honor a su abuela, una sobreviviente del Holocausto. Ella les dejó el dinero para que conocieran su tierra natal y la casa donde vivió. En el camino, los Kaplan exploran la historia de su familia y su herencia judía; al mismo tiempo que reafirman su cariño, descubren el dolor y los celos y las tensiones familiares que por años estuvieron ocultos. Ese recorrido es el alma de 'A Real Pain' ('Un dolor real'), la película que dirige y protagoniza Jesse Eisenberg.
Junto a él está Kieran Culkin, que acaba de ganar el Globo de Oro al mejor actor de reparto. EL TIEMPO conversó con Eisenberg sobre este proyecto en el que da vida a David Kaplan.
Esta película trata sobre la familia, pero también sobre la amistad. ¿Cuál diría que es el mensaje más relevante que quiere que se lleve la audiencia?
Déjame decir que la película sigue a un grupo de turistas por Polonia, y me basé en un recorrido que hice por Guatemala (se ríe). Constantemente pensaba en reemplazar sitios guatemaltecos con sitios polacos, pero es la misma dinámica grupal que experimenté. Sí, la película cuenta la historia de dos primos que regresan a Polonia para conocer el lugar de donde proviene su familia. Y realmente se centra en la relación tensa entre estos dos personajes.
'A Real Pain' es la segunda película que dirige Jesse Eisenberg. Foto:Searchlight Pictures
Ellos estaban muy unidos cuando eran más jóvenes, pero con el tiempo se fueron distanciado por circunstancias y diferencias de personalidad. Y, como mencionas, la película aborda la idea de la amistad. Para mí, ese es el tema más importante: ¿Cómo mantenemos relaciones con personas con las que tenemos historia, pero de las que quizás nos hemos distanciado? Es una relación cargada, triste, agridulce, pero también muy cálida y nostálgica. Cuando situamos a estos personajes en un recorrido marcado por la historia y la tragedia, permitió que sus problemas y conflictos interpersonales se desarrollaran en un contexto mucho más amplio.
¿Por qué Polonia? ¿Había algo en su propia historia personal que quería explorar o procesar de forma catártica?
Polonia es de donde proviene mi familia. Filmamos esta película incluso dentro de la casa en la que vivió mi familia hasta 1939, cuando fueron obligados a abandonarla durante la Segunda Guerra Mundial. Hay muchos detalles autobiográficos en esta película, donde los personajes hablan de su abuela Dory y tienen referencias muy específicas con esta mujer en sus vidas. Está basada en mi tía abuela Doris, quien fue la persona más importante en mi vida.
Cuéntenos de ella.
Ella murió a sus 106 años de edad. Desde que tenía 17 años, usaba su dirección para fingir que vivía en Nueva York y poder asistir a la escuela pública allí, aunque vivía en Nueva Jersey. Fue mi amiga más cercana. Incluso viví con ella parte de mis treintas. Especialmente cuando me convertí en actor, y a veces perdía el sentido de conexión o estabilidad, ella me mantenía con los pies en la tierra. Era muy dura conmigo, pero también un personaje realmente inusual. Y como nació y creció en Polonia, despertó mi interés en conocer de dónde venía. Ojalá hubiera estado viva para saber que filmamos dentro de la pequeña habitación donde vivió hace cien años.
Es una relación cargada, triste, agridulce, pero también muy cálida y nostálgica.
El guion es muy específico sobre las ubicaciones. ¿Hizo algún viaje de investigación a Polonia, investigó en internet o ya tenía conocimientos previos?
Un poco de todo eso. Hice exactamente este recorrido en 2008, con mi esposa, mochileando por toda Polonia como los personajes. Cuando escribí la película durante la pandemia, era difícil viajar para investigar, así que básicamente hice un recorrido virtual por Google Street View, calle por calle, de los lugares donde irían los personajes. Llegué al punto de saber que quería que fueran de un monumento específico o a un parque en particular. Veía, por ejemplo, que pasarían por un pequeño puesto de frutas, y pensé en ambientar una escena allí, donde Benji compra agua para todos y mi personaje, David, se siente excluido. No fue tan bueno como la experiencia real, pero sí muy cercano.
Kieran Culkin Foto:Searchlight Pictures
La película aborda varios temas, uno de ellos la salud mental. ¿Cómo se sintió para afrontar un tópico que sigue tocando fibras en todo el mundo?
Mis sentimientos sobre la salud mental no son algo sobre lo que me sienta capacitado para dar consejos a los demás. No sé más que lo que he vivido personalmente. En la película, mi personaje tiene lo que yo tengo: trastorno obsesivo-compulsivo, ansiedad generalizada. Habla sobre medicarse y hacer ejercicio para controlarlo. Pero el personaje dice algo como: “No siento que mi dolor sea lo suficientemente excepcional como para cargar a los demás con él. No creo que mi dolor sea digno de hablarse”. En contraste, el personaje que interpreta Kieran Culkin vive su dolor de manera constante y lo manifiesta de formas diferentes. Si se siente triste, necesita llorar frente al grupo, y el resto del grupo tiene que lidiar con su dolor. Estoy mostrando dos manifestaciones de sufrimiento, pero no pretendo hacer un comentario específico sobre ello. Solo presento lo que observo y cómo me siento respecto a mis propios problemas.
Logró equilibrar el análisis de un pasado histórico trágico con una manera en que el público actual pueda relacionarse. ¿Qué tan difícil fue ese aspecto?
He estado escribiendo teatro durante los últimos 20 años, y en todas mis obras, incluidas aquellas sobre familiares que sobrevivieron a la guerra escondidos en sótanos, hay una dinámica interpersonal entre los personajes que puede parecer ligera y divertida, pero nunca a costa de los temas más grandes que quiero abordar. En esta película quise crear una dinámica real, auténtica, irreverente y divertida entre los personajes, y luego colocarlos en un contexto con mayor peso temático. El truco, si puedo llamarlo así, es que estás constantemente con estos personajes, entendiendo lo que sienten. Cuando atraviesan algo que requiere reverencia, como audiencia lo sentimos. Si atraviesan algo tonto o trivial, como colarse en un tren para evitar pagar, también nos sentimos parte de ese viaje.
¿Ese era el objetivo?
Sí, el objetivo de la película era hablar de estos grandes temas de una manera que no alejara al público. Eso fue lo que quería. Y parece que la reacción general hacia la película es que la gente no siente que sea una especie de tarea o que estoy tratando de predicarles mis puntos de vista políticos, lo cual está muy lejos de mis deseos creativos personales.
Dado el contexto actual de eventos mundiales y el clima en general, ¿cómo se siente al contar una historia tan específicamente judía y tan personal en estos tiempos?
Para ser completamente honesto, escribí esta película hace tres años y realmente la pensé como una historia que podría haber ocurrido desde que Polonia abrió sus puertas al turismo estadounidense. Así que esta película podría haberse situado en 1992, 2002, 2012 o 2022. Lo que los personajes están viviendo es tan personal, y el contexto del turismo judío estadounidense a Polonia, si se le puede llamar así, está en constante cambio. Pero para estos dos personajes, que simplemente están explorando la historia de su familia, realmente creo que esta película será vista más como una historia personal específica de estos personajes. No soy un experto en nada que me haga sentir cómodo hablando sobre problemas globales.
Pero, ¿se siente cómodo navegando por estos temas?
Lo que más conozco son los personajes. Llevo 20 años actuando y escribiendo, así que siento que estoy en mi elemento cuando hablo sobre personajes, personas muy específicas. Entiendo que el público pueda ver a estos personajes como representaciones de generaciones o como un comentario sobre un grupo más grande de personas, pero realmente no lo veo de esa manera. Mi esperanza es que esta película pueda conectar con cualquiera que esté pensando en la historia de su familia y cómo podrían conectarse más profundamente con lo que sus antepasados vivieron frente a lo que ellos mismos atraviesan, y reconciliar esas dos ideas que casi parecen irreconciliables.