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Joaquin Phoenix muestra su viaje más demencial en el cine
Famoso por su papel del Joker, es ahora un tipo marginado en la película 'Beau tiene miedo'.
Podría sonar extraño o insólito que Ari Aster, considerado una de las voces más potentes del horror en el cine actual, pensara no solo en una sino en muchas ideas graciosas para dar vida a su más reciente película, Beau tiene miedo.
El solo nombre es agradablemente engañoso, ya que no se trata de esa aterradora mirada del mundo llena de detalles visuales y estilísticos: tampoco es ese descenso paulatino y asfixiante al infierno de sus protagonistas. Beau tiene miedo es rara, alucinante y tiene como estrella a Joaquin Phoenix (Joker), con una receta que hace más seductor su encuentro en el cine.
Dando un paso al costado frente a lo presentado en El legado del diablo o Midsommar, con un horror calculado, diabólico y experimental por momentos, ahora Aster quiere diversión, pero su sonrisa es de otro mundo.
“Tuve una idea que me pareció graciosa, luego tuve otra idea que me hizo reír y luego escribí otra que fue graciosa de nuevo, y así se fueron uniendo para dar paso a la película. La quería hacer desde hace mucho tiempo, pero no tenía los recursos en ese momento y no hacerla antes fue en realidad un golpe de suerte para después hacerla bien”, reconoció el director en una entrevista a la que tuvo EL TIEMPO.
Beau tiene miedo Foto:Diamond Films
Aster pasó más de medio año puliendo un guion que sirvió de base, y que estaba guardado en su casa. “Fue un tiempo en el que estuve inmerso en el mundo de Beau, reescribiendo y soñando”, agregó el realizador, quien pensó en llamar al filme Dissapointed Blvd. en un principio y contar su alucinante trama en cuatro horas. Luego lograron convencerlo de reducir el tiempo en pantalla.
Beau tiene miedo se centra en un hombre con profundos problemas psicológicos: Beau Wassermann, quien vive en un mundo conflictivo y caótico. Tiene una dependencia emocional muy tóxica con su madre, quien se convierte en la excusa para contar el surrealista viaje del protagonista por encontrarse con ella.
En ese viaje, que por momentos parece una experiencia alucinógena o un rompecabezas de episodios absurdos, Phoenix salta de lo violento a lo emocional. A veces camina entre cultivos que parecen hechos de espuma, esquiva balas como un superhéroe y afronta traumas convertidos en monstruos extraños y retorcidos. El patetismo que consigue Phoenix frente a las cámaras es descomunal y él solo sostiene una narrativa tan inesperada como polémica.
Se dice que Beau tiene miedo costó 50 millones de dólares, convirtiéndose en la producción más costosa de A24.
En una semana todo se puede ir al carajo y lo mejor es escabullirse de la acalorada vida de consumo y decadencia que se ve más allá de las ventanas del apartamento de un protagonista apático y quebrado emocionalmente.
Se dice que Beau tiene miedo costó 50 millones de dólares, convirtiéndose en la producción más costosa de A24, la empresa que convirtió a Todo en todas partes al mismo tiempo en un éxito de taquilla y de premios (ganó siete estatuillas doradas en los Óscar), lo que puso a la última aventura de Aster en el foco de los fanáticos de sus horrores anteriores y de la crítica, que siempre lo ha considerado un artista adelantado y preciso en su trabajo.
Beau tiene miedo Foto:Diamond Films
Ahora es posible que recalquen ese estatus, mientras otros piensen que exageró en sus ideas o que los temores y experiencias de su personaje en esta ficción serán revalorados más adelante. A Peter Debruge, de Variety, no le gustó mucho la cinta y culpó a A24 de confiar demasiado en el realizador.
“No hay absolutos razonables”, dijo el crítico de cine. En contraste con la visión de Derek Smith para Slant Magazine, quien se emocionó con Beau y con Aster: “Nunca hemos visto por parte de un cineasta estadounidense una visión tan personal e inquietante como esta”, escribió.
En realidad, su vanguardismo la hace seductora para una cartelera de cine marcada recientemente con superdecepciones de poderosos que antes creían tener la clave del éxito; o la siempre infalible dosis de terror que parece navegar muy bien en la taquilla. Beau tiene miedo en realidad no tiene miedo de arriesgarse a ser amada o quizás odiada.
“Sabía lo que había hecho Ari Aster antes, pero me deslumbró leer el guion de esta película y ver que era muy personal y divertida”, recordaba en una entrevista Nathan Lane, actor que se dejó llevar por este viaje inesperado y un producto de reacciones contrarias –que no es otra cosa que una invitación para ver la película y salir con una sonrisa, un rostro de confusión cómoda o con la cara desencajada de odio–; en realidad el espectador se enfrenta a algo poco común y al reto de responder si es buena o mala (como la hace siempre que sale de la sala). Le dirán rara, pero, eso sí, no pasa inadvertida.