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Laura Londoño: ‘Prefiero trabajar con botas pantaneras’
La actriz antioqueña es la Gaviota de la nueva versión de 'Café con aroma de mujer'.
En una finca del Eje Cafetero, Laura Londoño entendió el maravilloso proceso del café colombiano. Aprendió a recolectar el grano en unas montañas empinadas. Foto: RCN
Una suma de cosas hace que este trabajo sea más especial y por eso pienso que mi Gaviota tiene que ir muy lejos y volar muy alto. Me siento honrada, feliz e inspirada con el personaje”.
Eso es lo que piensa Laura Londoño, protagonista de la nueva versión de Café con aroma de mujer, porque, entre otras cosas, ella no llegó a hacer una copia. “Soy el presente de esta versión, que nació de la que se hizo hace 25 años”, creada en ese momento por Fernando Gaitán.
Desde que fuera escogida para ser la protagonista, hace más de un año, Laura Londoño (Medellín, 13 de febrero de 1988) empezó a trabajar en su personaje.
“Crecí en una finca en las afueras de Medellín, en un maravilloso o con la tierra, con el campo, y la verdad es que sí prefiero trabajar con botas pantaneras que con tacones”, agrega.
“La finca cafetera en la que grabamos es un espacio maravilloso, que inspira. Uno está aprendiéndose los libretos en ese entorno y la relación es más estrecha. Que si la tierra está seca, que si llovió, las gaviotas que vuelan; el olor a café. Todo es mágico”.
Laura Londoño y William Levy, protagonsitas de Café. Foto:RCN
Laura Londoño empezó su carrera en el 2006 en Las profesionales a su servicio. Ha estado en El Capo, La bruja, Sin senos no hay paraíso, Comando Élite y Cumbia ninja, entre otros, y ha protagonizado Paraíso travel y La ley del corazón.
Sobre la última, que tuvo dos temporadas, cuenta que se inspiró mucho en su mamá, que es abogada, “en como habla y como se desenvuelve en ese mundo de las leyes”. Y de Paraíso travel le quedó una gran relación con Katherine Vélez, que interpretó a su mamá en la serie, un parentesco que repite en Café. “Cuando me enteré la llamé y le dije: ‘¿Qué pacto traemos de otras vidas para que mantengamos esta relación tan bonita?’. Porque tanto en Paraíso travel como ahora es un encuentro de amor infinito, a pesar de que la primera estaba llena de tormentos y sufrimientos porque su personaje tenía una enfermedad mental”. El haber tenido esa relación ‘madre e hija’ en la ficción les ha permitido una gran complicidad.
“Ya hemos establecido unos códigos que trajimos acá y que nos dejan jugar mejor y arriesgarnos mucho más por esa relación”.
Y sigue hablando de amores, los afectos que muestra este Café, que además son el de Sebastián (William Levy) con el grano y el de Gaviota con su trabajo de recolectora, “y el mío con Sebastián, para ponernos románticos”.
Buscando el alma de Gaviota estuvo varios días en una finca cafetera, con todos sus trabajadores y los oficios de cada uno, “gente amorosa y generosa. Y entre ellos el capataz, el mayordomo, Villa, con el que me la pasé montaña arriba y montaña abajo en un jeep. Él me enseñó a recolectar y me di cuenta de que era un trabajo muy duro, muy bravo, muy complejo. Recoger café en esas montañas empinadas hizo que al final de ese primer día yo le dijera a Villa que estaba dispuesta, de ahora en adelante, a pagar tres veces más por una taza de café”, cuenta la actriz.
“Fue maravilloso entender el proceso y enamorarme de él, desde la siembra todo repercute en el resultado final, cuando se pone la semilla ya se sabe cómo serán su aroma y su sabor”.
Fue maravilloso entender el proceso del café, del que uno se enamora, porque desde la siembra todo repercute, al poner la semilla ya se sabe cómo será su aroma
Sobre los libretos, que en esta ocasión los hizo Adriana Suárez, afirma: “Uno no quiere cambiarles ni una coma. Todo es tan específico, pero tan universal, porque aunque es una historia que sucede acá y a la que hay que agregarle que no todos los países son cafeteros, los dramas, los obstáculos, los sueños de los personajes trascienden culturas. La esencia de Gaitán está intacta, pero el mundo cambió en este cuarto de siglo: el rol de la mujer, la tecnología que no va a permitir que Gaviota y Sebastián se desconecten de todo. Esta es una Gaviota con celular y muchas aspiraciones, que se ven en el libreto, y para uno como actor, tanto detalle le permite hacer un mejor personaje”.
Esta Gaviota que le tocó a Londoño es, también, más musical. A las canciones de la versión original se unieron muchas más.
“Ella canta en los cafetales y en el bar, y canta rancheras, que a mí me fascinan. Me emociono con los mariachis y hasta mi hija Allegra se las ha ido aprendiendo”.
Con sus compañeros de trabajo ha hecho un gran equipo. “Somos ñoños a morir. Luego de trabajar todo el día, nos reunimos a estudiar los libretos y eso hace que los lazos sean más fuertes. Nos apoyamos y cuidamos. Eso no se da en todos los trabajos, pero aquí sí, y hasta William Levy quiere comprar una finca en Colombia y traer a sus hijos a jugar en los parques, como nos contaba el otro día que nos invitó a comer a su casa”, dice.
Allegra, su hija, nacida en el 2019, la acompaña en las grabaciones. “Agradezco eso, poder llevarla de paseo al río, que corra entre el verde, que esté rodeada de naturaleza, eso es vital, así como que se relacione con pavos, gallinas y perros”.
Tomadora de al menos una taza de café al día, a Laura Londoño le gusta “caliente, oscuro y sin azúcar. Es una bebida que acerca, que se hizo para compartir con los amigos, para contarse cosas”.