El rating de los canales abiertos demuestra que
Caracol gana en noticias y 'El desafío'. Y al canal RCN le va bien con las mujeres de ficción ('
Ana de nadie' y 'Correo de inocentes') y
'MasterChef Celebrity'. Caracol quiere recuperar el rating de ficción con 'Romina poderosa'.
RCN en la lucha ficcional gana por tres mujeres poderosas: Claudia Bahamón, Paola Turbay y Margarita Rosa de Francisco. Se demuestra, otra vez, que las mujeres son el poder de nuestra televisión ya que les ponen el tono, toque y sabor a las historias.
Caracol trae otra mujer ganadora: Romina. La idea es contar a una superheroína para defender a los pobres, una joven bacana y extrema que no teme a nada. Romina encarna a la heroína que cambia de identidad para hacer justicia. En este caso asume la vida de su hermana.
Esta historia se ha contado miles de veces, ya que es la novela de Alexandre Dumas 'El conde de Montecristo'. Esta historia se escribió en 1844, pero sigue siendo un cuento para contar nuestros dramas ya que habla de lo que más necesitamos: justicia. Y la vende en forma de venganza (de los buenos).
Romina expresa el lado berraco, talentoso y creativo para hacer el mundo. En las actrices hay seducción y ángel. Juanita Molina como protagonista le pone tumbao y convence.
La única estrella reconocida es Zharick León. Lo bueno es que hace de mala. Ella es ‘El Don’ que todos piensan es un hombre, pero no, ella es la jefa de la mafia. Zharick personifica esa maldad que no se ve.
En cambio, en los actores, todo mal. Villanos jóvenes que crean su estilo de vida a punta de violencia y hacerle la vida imposible a la gente del común. Actores que juegan sus malosos personajes en actitudes y gestos de mala película: ¡cómo actúan de mal! ¿Cuándo habrá actuaciones sutiles para los villanos?
Además, otra vez se comprueba que los colombiches no servimos ni para la telenovela, ya que nos toca traer galán extranjero. Actúa sin ganas, pero es cara bonita.
Para hacer justicia se presenta una “irrealidad”: un policía salvando el mundo (solo que lo hace por “amor”), y una “realidad”: los dueños de la ley son los delincuentes. En actuación, todos muy poco verosímiles.
La historia se sigue fácil, sabemos cuál va a ser el final. Pero hay tanta maldad gratuita, violencia física y lenguaje grotesco que salimos expulsados de la pantalla. El exceso de violencia lo saca a uno corriendo.
Y es que ya estamos hartos de los noticieros donde todos son unos villanos y violentos.
Tal vez, si jugáramos a las sutilezas y a contar las historias en modo más cotidiano tanto en heroínas como en villanos podríamos seguir más gozosamente las historias. Tal vez el rating ha sido bajo por exceso de escenas de violencia gratuita y ausencia de situaciones más gozosas de ver. Los malos podrían ser menos perversos y malévolos.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
Otros temas que pueden interesarle: