Una invitación hace
Carola Gigena, abogada de la Universidad de Buenos Aires, ganadora de varios premios, certificada como
coach y también en
reiki: buscar respuestas en nuestro cuerpo.
Ahí están las sensaciones, los dolores físicos que vienen muchas veces del alma y la necesidad de sanar lo que nos afecta.
Por eso, es la invitada del blog Café Literario (http://blogs.eltiempo.com/cafeliterario) del 20 de diciembre, cuatro días antes de recibir la llegada de Jesús al mundo católico.
Y precisamente en estos días en los que se nos ha pedido aislarnos para bajar las terribles cifras del covid-19, que ya se llevó a 40.000 colombianos, es importante oír ese cuerpo, en un año en el que todo cambió y muchos pasamos a hacer parte de nuestras casas como nunca antes, amañándonos en ellas.
“Hipócrates dijo que ‘el cuerpo crea enfermedades para curarse’. Es a partir de aquí que afirmo que así como nos enfermamos, tenemos el recurso para sanarnos; con la misma emoción que enfermamos nos sanamos”, escribe.
Esta viajera incansable en la búsqueda de la sanación espiritual y física, es clara en decir que “nadie se enferma a propósito; esto es inconsciente. Y es aquí donde empezamos el trabajo: encontrar la emoción, el shock vivido y usarlo en nuestro beneficio”.
Los días que llegan, pese a las carreras y a la búsqueda de regalos para quienes pueden ofrecerlos, que además nos llevan a una gran necesidad de vernos y acercarnos para desearnos lo mejor, pueden ser una oportunidad para darnos la opción de mirar y analizar qué está pasando con nuestro cuerpo y buscar las respuestas.
Una de las oportunidades del ser humano, dice Gigena, es “sentir para sanar” y esta empieza a llegar desde los 6 años, cuando hay más raciocinio.
Sin embargo, afirma, “así como lees hay memorias de emociones vividas en el útero y por nuestros antepasados, de conflictos que no han sido reconocidos o resueltos, y están ahí para que los resolvamos. Se repiten una y otra vez en la descendencia, hasta que alguien decida solucionarlo y la vida es tan buena maestra y tan pedagógica, que te lo muestra de manera cada vez más intensa para que puedas lograrlo”.
Por eso, este tiempo de descanso es bueno también para oír ese cuerpo que necesita no solo reposo sino de todo nuestro potencial mental y espiritual para recibir de la mejor manera el nuevo año, otro tiempo incierto que debemos seguir transitando mientras todos recibimos la anhelada vacuna.