Arutza Rico Onzaga ha sido una buena lectura. Ha buscado universos literarios, se ha enamorado de las historias y sus mundos, así como de los
autores.
Y quería tener la disciplina de escribir un
libro, pero con la conciencia de sus limitaciones.
Se preguntó qué escribir y llegó a la conclusión de hacer un libro sobre sus estudios en branding y istración ejecutiva y así lo llamó.
Esto puede sonar a empresarial, apirámide difícil de escalar, a archivos, a papeles, a proyectos. Y sí. Pero también tiene mucho que ver con cómo los seres humanos nos istramos como personas y qué tan bien nos reflejamos como marca.
Su libro es el tema del Café Literario del 27 de octubre en eltiempo.com (http://blogs.eltiempo.com/cafeliterario), que además será el primer lanzamiento colombiano de este sello.
Vale la pena mirar este libro, que puede incluso llevarnos a pensar en varios aspectos. A veces en la vida somos buenos para la matemática pero no aprendemos a ser resilientes. O llevamos bien las cuentas, pero nos supera un párrafo. Las comas nos quedan perfectas en un texto, pero se nos olvida pagar los servicios.
Arutza Rico Onzaga, bogotana, nos enseña que hay que ser ejecutivos, pero con conciencia. Todos tenemos talentos que nos pueden llevar lejos si los aprendemos a canalizar.
En todo esto no podemos olvidarnos de la realidad, que a veces nos sorprende, nos golpea y nos deja sin rumbo. Porque esos factores externos, muchas veces, llegan sin avisar y están relacionados con aspectos físicos, de salud, espirituales, económicos.
Todo hace parte de cuidar esa marca, como la queramos llamar, con nuestro nombre o con alguna palabra que nos identifique. Eso es lo de menos. Lo importante es tratar de ser nuestro mejor gerente, dar lo máximo pero también ver nuestras limitaciones y, por supuesto, mejorarlas.