Santiago Camejo, un joven de 33 años de Montevideo, Uruguay, decidió contar su historia inspiradora de búsqueda de autenticidad y libertad, en la que dejó atrás una vida que parecía perfecta, para encontrar su significado y su pasión real en la vida.
A pesar de tener un trabajo estable en un importante banco del país, un apartamento en el centro de la ciudad, un auto y tiempo para sus actividades personales, Santiago no se sentía feliz, sintió que algo fundamental faltaba en su vida, por lo que no podía seguir con la rutina que tenía.
“Me di cuenta de que estaba llenando un vacío con actividades o vínculos que no me llegaban. Todo lo que entonces hacía era más para mi ego que para mi alma. Pensaba que tenía todo y que con eso me alcanzaba para ser feliz. Pero en realidad no tenía nada porque no me tenía a mí”, afirmó Santiago a una entrevista que concedió a 'La Nación'.
El hombre fue criado en Tala, Uruguay, por lo que tiene recuerdos cariñosos de su infancia en San Gregorio de Polanco, donde solía disfrutar de vacaciones en la naturaleza con su familia y amigos.
Desde muy corta edad, el hombre sabía que quería ser una persona importante, vestir siempre con traje y corbata. Su motivación para cumplir ese sueño lo acompañó toda su vida, por lo que la idea de tener un trabajo en un reconocido banco, era como un sueño hecho realidad.
Todo parecía ser envidiable y estable en la vida del joven. A pesar de tener un trabajo envidiable, él comenzó a sentir que algo no estaba alineado con su verdadera pasión y deseo de libertad, por lo que decidió buscar alternativas para poder encontrar un nuevo rumbo en su vida.
Esto lo llevó a encontrar la Fundación Oportunidad, una organización que promueve el ‘Powerchair Football’, una práctica que consiste en jugar fútbol en silla de ruedas motorizadas. Como una forma de ocupar su tiempo en otras cosas, Santiago decidió hacer un voluntariado en este lugar, donde vivió muchos momentos que lo llevaron a replantear su perspectiva y sentido de la vida.
“Me sumé como voluntario. Estaban preparándose para el mundial en EEUU de 2017. Hacía lo que me pedían, o lo que yo sentía que podía hacer para colaborar. Jamás olvidaré la primera vez que fui. El nerviosismo que tenía era igual a la felicidad de estar dándole realmente valor a mi tiempo”, relató Santiago.
Esto hizo que él quisiera hacer un cambio, para dejar de vivir como lo había hecho hasta el momento. Es por eso que después de cinco años de reflexión, decidió emprender un viaje en su Volkswagen Combi en 2018. Aunque un problema familiar interrumpió sus planes, la pandemia también ayudó para que él pudiera evaluar nuevamente lo que quería en su vida.
Por eso decidió no tomar todo con prisa, contrario a eso decidió seguir en su trabajo y por eso propuso trabajar a distancia, una propuesta que fue sorprendentemente aceptada. Esto le permitió embarcarse en una aventura de viaje con su perro Lolo, quien lo acompañaría en esta nueva versión de sí mismo.
Santiago y Lolo emprendieron un viaje sin itinerario fijo, recorrieron Argentina y cruzaron a Chile. Aunque no todo fue fácil, tuvieron que enfrentar varios desafíos. Sin embargo, eso le sirvió para encontrar una sensación de libertad y autenticidad que nunca había experimentado. La vida en la carretera le enseñó a apreciar las pequeñas cosas y a abrazar la incertidumbre, en un camino en el que solo tenía a su mascota.
“Detrás del miedo está la vida”, reflexionó Santiago. A medida que ellos exploraban lugares espectaculares y vivían momentos memorables, el hombre descubrió que la verdadera riqueza radica en la libertad de ser dueño de su tiempo y de sus decisiones, para poder hacer cosas diferentes todos los días.
Ahora él sabe que tiene un compañero fiel, Lolo, el perro que lo eligió como su acompañante de viaje, y quien fue fundamental durante toda la aventura. Santiago decidió contar esta historia para alentar a los demás a considerar un viaje similar, a abrazar la incomodidad y a descubrir el autoconocimiento, pues la alegría que puede surgir de esa experiencia es mucho mayor.
*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por Santiago en redes sociales, y contó con la revisión de un periodista y un editor.
DANIELA GONZÁLEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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