¡Ojo! Esto es lo que le pasa a su cuerpo cuando abandona la rutina de ejercicio

Un resfrío lo dejó unos días en cama, no pudo evitar ese viaje que le rompió la rutina o el trabajo que no le da un respiro. Estas son solo algunas de las razones externas que atentan contra su voluntad de estar siempre en actividad o ejercicio.

Sin embargo, los momentos para entrenar sobran, el desafío es organizarse con tiempo y vencer las barreras mentales que nos murmuran “hoy no llego, mañana veo, empiezo la semana que viene…”.

Y cuando no pudo arrancar, su cuerpo le pasó factura. Fisiológicamente, va a sentir el efecto de esos días en los que no cumplió con su rutina de entrenamiento. ¿Y qué podría pasar? Convocado por OSDE, el Kinesiólogo Salvador Giovagnoli, nos cuenta qué nos ocurre con el paso de los días sin actividad.

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A partir de cierta edad, es natural que se produzca una disminución en nuestra masa muscular. Para evitar esta pérdida y posibles lesiones, realizar entrenamiento en la medida adecuada es vital.

“El crecimiento de la musculatura mejora el rendimiento de sus ejercicios, pero para eso tiene que respetar los descansos, la buena alimentación y, en especial, la constancia. No olvide que el músculo es considerado, además, como un órgano endócrino, ya que produce sustancias que regulan el metabolismo y mejoran otros procesos como las funciones cognitivas”, indicó el experto.

El cuerpo se adapta a nuestras actividades diarias. “Si su rutina es sedentaria, los rangos articulares se acortan y generan, sobre todo, deficiencias en el trabajo muscular”, dijo Salvador Giovagnoli.

Esto lo va a ver reflejado en todo lo que haga, no solo en tus momentos de entrenamiento, sino en sus actividades diarias. Además, la rigidez es uno de los principales aliados de las distensiones y desgarros.

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Escuchamos con frecuencia la frase común “los músculos tienen memoria”. ¿Esto es cierto?

“Sí, nuestro sistema neuromuscular tiene memoria, pero tenemos que mantenerla activa. Si dejamos de entrenar, la coordinación que ganamos con el tiempo se pierde y puede sufrir lesiones”, aseguró el profesional.

Cuando pasó cierto tiempo desde el último entrenamiento, lo ideal es retomarlo con movimientos sencillos, sin carga, y adaptar un entrenamiento progresivo.

“Durante y después de cualquier actividad física, nuestro cuerpo libera hormonas que actúan como neurotransmisores asociados con la felicidad. Son las endorfinas, serotonina y dopamina. Esto hace que nuestro entrenamiento impacte de forma positiva en el estado de ánimo y ayude a reducir la ansiedad y la depresión”, agregó Salvador Giovagnoli.

Mantenerse en movimiento te va a regalar un optimismo renovado y una visión más optimista de sus días.

“Está comprobado que el entrenamiento ayuda a restablecerlo, por eso, no solo mejora la conciliación del sueño, sino también ayuda a que sus horas sean más eficientes, logrando un mejor descanso”, contó el experto.

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Salvador Giovanoli reafirma que “nunca es tarde para retomar”. Lo importante es no abandonar el entrenamiento cuando no podemos cumplir con un plan a la perfección, y recordar que siempre se puede comenzar otra vez. Para ese lapso de tiempo de inactividad, nos regala algunos tips:

- Si tiene que desplazarse, hágalo caminando o en bici.

- Utilice las escaleras en vez del ascensor.

- Minimice los tiempos que esté en la silla y parece, como mínimo, cada 30 minutos - para entrar en calor y elongar.

- Si tiene reuniones virtuales, apague la cámara y hágalo de pie.

- Si tiene mascotas, alargue los paseos y camine un poco más.

LA NACIÓN (ARGENTINA) / GDA