Explicativo

El hallazgo histórico del mundo antiguo que se escondía debajo de una casa en una montaña

La maleza había cubierto gran parte de la estructura de El Castillo, en Yucatán.

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Sofía Arias Martínez

PRACTICANTE PROFESIONAL03.07.2024 13:36 Actualizado: 04.07.2024 00:00

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Chichén Itzá fue una ciudad maya y ahora es uno de los sitios arqueológicos más importantes. De cuerdo con el Gobierno del Estado de Yucatán, fue declarada como Patrimonio de la Humanidad en 1988 y en 2007 fue nombrada como una de las siete maravillas del mundo moderno.

El Castillo, también conocido como el Templo de Kukulcán, es el lugar más emblemático de Chichén Itzá. Esta pirámide es visitada por más de dos millones de personas cada año, según 'Reuters', con el fin de conocer más sobre la historia y cultura maya.

'Ingeoexpert' indica que su construcción se remonta al siglo XII d.C., pero fue descubierto mucho años después de que los de la civilización se dividieran en comunidades más pequeñas.

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El secreto que escondía la casa en la montaña

En 1873 un grupo de exploradores llegó a la selva de Yucatán. Un fotógrafo francés de la expedición, llamado Desiré Charney, tomó una imagen de lo que él creía era una simple casa encima de una montaña.

Augustus Le Plongeon fue quien lideró a los arqueólogos. Cuando llegaron al sitio y vieron la 'casita', no le dieron mucha importancia. Resulta que El Castillo había sido cubierto por maleza y vegetación durante más de seis siglos.

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Después, comenzaron a hacer excavaciones y encontraron el Templo de Kukulcán que se conoce hoy en día.

Además de revelar la estructura arquitectónica que se encontraba detrás de toda la maleza, los exploradores del grupo de Le Plongeon y más personas que realizaron excursiones en años posteriores, pudieron rescatar otros amuletos y estatuas de suma importancia para los mayas.

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El 7 de junio, de 1932, fue hallada una caja con objetos incrustados de turquesa, corales y obsidiana. En 1935, se encontró una escultura precolombina Chac mool dentro del templo, en un cuarto que apodaron 'Salón de ofrendas'. Un año después, en 1936, dieron con un segundo cuarto y le pusieron 'Cámara de sacrificios'.

Después de años de exploraciones, los arqueólogos han podido encontrar y preservar gran parte del legado de la civilización mesoamericana.