El paraíso terrenal de aguas transparentes donde se puede nadar con mantarrayas

En un rincón del Caribe, las Islas Caimán se revelan como un retiro paradisíaco. Compuestas por Gran Caimán, Little Cayman y Cayman Brac, estas islas británicas, vinculadas a la Commonwealth, son un mosaico de serenidad y belleza natural.

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Con sus playas de arena blanca y aguas tibias y transparentes, el archipiélago se convierte en un destino de ensueño para viajeros de todo el mundo, incluyendo un creciente número de latinoamericanos.

Al aterrizar en este destino, los visitantes son recibidos con retratos de la Reina Isabel II y su esposo, una bienvenida tradicional que, seguramente, pronto dará paso a la imagen del actual monarca, Carlos III.

La vida en las Caimán es un crisol de tranquilidad y vibrante multiculturalidad, de acuerdo con Dolores Caviglia para 'La Nación', donde más de 60 mil residentes de más de cien nacionalidades coexisten en armonía. El turismo, la banca y la gastronomía son los pilares de su economía, con un sector turístico especialmente robusto.

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George Town, la ciudad principal en Gran Caimán, es un centro financiero e industrial con edificaciones bajas y calles de compras. Frente a su costa, se encuentra un museo que narra la rica historia del archipiélago, desde su avistamiento por Cristóbal Colón hasta su desarrollo contemporáneo.

Las islas ofrecen una gama de actividades acuáticas, incluyendo buceo en arrecifes poco profundos, exploración de naufragios históricos y 'snorkel'.

La famosa playa de 7 millas es un deleite para los sentidos, con su arena suave y agua cálida. Además, las islas son un sitio de gran importancia para la biodiversidad marina, como lo demuestra su historia de ser nombradas inicialmente como Las Tortugas por Colón debido a la abundancia de estos reptiles.

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Un atractivo singular de las Islas Caimán es la oportunidad de nadar con mantarrayas en un banco de arena cercano. Estos majestuosos animales, acostumbrados a la presencia humana, ofrecen una experiencia única, interactuando pacíficamente con los visitantes. Entre ellas destaca Tatú, una hembra con una marca distintiva en su aleta, que simula un rayo. El tour para visitar estas criaturas es una experiencia inolvidable, sumergiéndose en un mundo donde la naturaleza y la humanidad se encuentran en perfecta armonía.

En las Islas Caimán, la vida transcurre entre la devoción y la naturaleza. Los domingos son días de fe y convivencia, donde los habitantes asisten a iglesias cristianas, ubicadas en pintorescas estructuras con techos inclinados. Posterior a la misa, se celebra un 'brunch' comunitario, que se extiende por horas.

La cultura culinaria de las Caimán, influenciada por las raíces de sus habitantes, es un testimonio de su diversidad. Hannah Ebanks, una joven profesional del turismo local, relata cómo su abuela, originaria de Cuba, prepara los platos tradicionales de la familia los domingos.

La gastronomía de las islas es un crisol de sabores que incluye arroces, guisos, pescados fritos y picantes, una fusión de recetas autóctonas con influencias de las inmigraciones. Con más de 200 restaurantes, el territorio ofrece una variedad gastronómica que va desde delicias marinas hasta propuestas vegetarianas y comida rápida, consolidándose como la capital culinaria del Caribe.

Las actividades en las islas abarcan desde el disfrute de sus tranquilas playas hasta experiencias nocturnas únicas. Las Caimán son reconocidas por sus tours en kayak para observar la bioluminiscencia, un fenómeno natural donde organismos en el agua emiten luz, creando un espectáculo mágico en las noches estrelladas. Además, los atardeceres en las islas son momentos especiales, ideales para contemplar la puesta de sol que tiñe el cielo y el mar de tonos rosados y anaranjados, un espectáculo de color que captura la esencia de este paraíso caribeño.