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Las frases memorables de 'El Principito' que son consideradas como lecciones de vida

Esta es una de las obras literarias más reconocidas en el mundo.

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Karen Dahiana López Castañeda

REDACTORA29.07.2024 14:41 Actualizado: 29.07.2024 15:22

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'El principito' es un libro escrito por el francés Antoine de Saint-Exupéry publicado el 6 de abril de 1943 y es reconocido por muchas personas, gracias a que en los colegios es añadido a los planes de lectura.

(No deje de leer: Lectura: ¿qué es la prosodia y cómo ayuda a mejorar la fluidez al leer en voz alta?).

Su historia gira en torno de un aviador que se encuentra perdido en el desierto, y allí, conoce a un pequeño príncipe. A partir de ese momento, entablan una extensa conversación en la que el joven le relata sus viajes por varios planetas y sus encuentros con diversos personajes.

Según la página de 'Planeta Libros', estos personajes representan a adultos vacíos y carentes de la sabiduría e imaginación propias de los niños.

Aunque se cree que este es un libro para menores de edad, hay quienes aseguran que este texto puede ser entendido en su totalidad en la adultez, por esto, hay quienes resaltan frases del mismo, como las que verá a continuación:

Frases del libro 'El Principito'

(Lea también: Este es el salmo que debe leer para pedir por un hijo rebelde, según la Biblia).

Eres el dueño de tu vida y tus emociones, nunca lo olvides.
Es muy triste olvidar a un amigo. No todos han tenido un amigo.
Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos.
Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que, algún día, cada uno pueda encontrar la suya.
Luchar por nuestros sueños es algo que todos debemos hacer, buscar nuestra propia felicidad.
Al primer amor se le quiere más, al resto se le quiere mejor.
Cuando encuentras un diamante que no es de nadie, es tuyo. Cuando encuentras una isla que no es de nadie, es tuya. Cuando eres el primero en tener una idea, la haces patentar: es tuya. Yo poseo las estrellas porque jamás nadie antes que yo soñó con poseerlas.
Lo que veo aquí es sólo una corteza. Lo más importante es invisible.
No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Sólo se conocen bien las cosas que se domestican.
¿Y de qué te sirve poseer las estrellas? -Me sirve para ser rico. – ¿Y de qué te sirve ser rico? -Me sirve para comprar más estrellas.
Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso.
Para los vanidosos todos los demás hombres son iradores.
Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.
Se debe pedir a cada cual, lo que está a su alcance realizar.
Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.
Únicamente los niños saben lo que buscan. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo más importante para ellos y si se la quitan, lloran.
Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie.
Y cuando te hayas consolado (uno siempre termina por consolarse) te alegrarás de haberme conocido.
Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en millones y millones de estrellas, basta que la mire para ser dichoso.
Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.
Siempre he amado el desierto. Puede uno sentarse sobre un médano de arena. No se ve nada. No se oye nada. Y, sin embargo, algo resplandece en el silencio.
He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos.
Lo hermoso del desierto es que en cualquier parte esconde un pozo.
Cuando mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú y solo tú tendrás estrellas que saben reír!
Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños sólo porque uno de ellos no se cumplió.
Pero las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que a una de ellas se le ocurre despertarse.
Los hombres ya no tienen tiempo para conocer nada; compran las cosas ya hechas a los comerciantes; pero como no existe ningún comerciante de amigos, los hombres ya no tienen amigos.
Él se enamoró de sus flores y no de sus raíces, y en otoño no supo qué hacer.
Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer.