'Me operaron para extirparme un quiste ovárico de 48 centímetros tras ignorar cinco síntomas'

A lo largo de cinco años, Megan Johnson ignoró síntomas que indicaban que tenía un quiste ovárico que estaba en crecimiento. Este saco lleno de líquido aumentó su tamaño rápidamente y terminó midiendo 48 centímetros.

La mujer, quien es entrenadora personal, contó a través de redes sociales las señales de alerta que debió tener en cuenta. "Este será uno de los videos más importantes que haga sobre el tema de los quistes ováricos", dijo Megan.

Y agregó: "Les contaré todas las señales de advertencia, como todos los dolores y síntomas que tuve durante el proceso de desarrollo de un quiste ovárico de tamaño completo".

De acuerdo con Johnson, tuvo estos síntomas por cinco años pero nunca acudió al médico. Ahora, insta a las demás personas a buscar ayuda para evitar que el quiste crezca tanto como el de ella. 

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Antes de tener cambios físicos, la entrenadora personal reveló que, en 2020, comenzó a tener coágulos de sangre en su período, algo que nunca le había pasado. "Eso era algo por lo que debería haber ido al ginecólogo para que me lo revisara", comentó.

Un año después, en 2021, su apariencia física empezó a cambiar. Johnson, al dedicarse al gimnasio y ejercicios, siempre había tenido un buen físico y cuerpo tonificado. Sin embargo, en esta época le preguntaban con frecuencia si estaba embarazada. 

"Estaba subiendo un poco de peso, era como si estuviera ganando un poco de grasa abdominal", contó. Megan creía que era solo grasa corporal, pero su estómago también se sentía duro. 

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Lo que ella creía que eran abdominales, en realidad eran hernias. La joven no acudió al médico ante este inconveniente y también sentía pesadez en la parte baja del abdomen, hinchazón severa, menstruaciones más dolorosas y caída del cabello.

El tercer síntoma que Johnson ignoró ocurrió en 2022 y fue un insoportable dolor pélvico. La molestia era tan severa, que la joven quedó inmovilizada durante más de una hora y media cuando lo sintió primera vez, y dijo que le daban calambres cada vez que se movía.

"Debería haber ido al médico, pero no tenía seguro en ese momento. No tenía dinero para ir al médico, vivía en Miami y apenas podía pagar el alquiler y la comida, y era terrible. Ahora, al mirar atrás, me doy cuenta de que probablemente se trataba de un quiste roto", explicó.

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Luego, en 2024, Megan notó un aumento en su peso y su abdomen volvió a inflamarse. Por más que entrenara y perdiera grasa corporal, su estómago permanecía hinchado. 

Finalmente, el último síntoma de la joven ocurrió en abril de 2025 y se trató de una constante necesidad de orinar. "Ya no podía aguantar más, y creo que es porque la masa se estaba hinchando más y presionando mi vejiga", dijo.

De este modo, la entrenadora personal recomendó acudir al médico en caso de presentar alguno de estos síntomas. 

SOFÍA ARIAS MARTÍNEZ

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL

EL TIEMPO