Cuando una persona fallece y es cremada, surge la pregunta sobre qué hacer con las cenizas. En la mayoría de los casos se suelen dejar en cenizarios en la capilla de su religión, en un cementerio, en una urna en la casa, las usan para sembrar un árbol conmemorativo, las convierten en joyas para usar siempre o las esparcen en el mar.
Sin embargo, una mujer confesó que hacía algo muy diferente a las tradiciones anteriores: se las comía.
El programa radial matutino australiano llamado 'Fifi, Fev & Nick' tiene un segmento los martes en el que los presentadores reciben llamadas de los oyentes y escuchan sus confesiones.
En esa ocasión llamó Cheyenne, una mujer del suburbio Narre Warren, en Melbourne. Su declaración sorprendió a los conductores del 'show' y a varios oyentes cuando dijo: "Me comí a mi abuela".
La señora contó que su abuela había fallecido en agosto del año pasado, 2023, y fue cremada. Toda su familia estaba de luto, así que fue a la casa de su mamá para animarla. "Comamos a la abuela", fue lo que le sugirió.
“Después de que lo hice una vez, le pedí a mi mamá que lo hiciera porque no quería estar sola en eso”, agregó.
Su confesión sorprendió al trío de presentadores, los cuales no pudieron evitar reír ante la situación. Le preguntaron si había mezclado las cenizas con algo más y dijo que no, solo con saliva.
Sin embargo, esa mañana durante su llamada al programa Cheyenne reveló una parte de la historia que no le había contado a nadie más.
"Mi hermano salió de la cárcel no hace mucho. No hemos vivido juntos desde que éramos niños pequeños. Así que pensé que sería divertido hacerle una broma y puse algunas de las cenizas de la abuela en la salsa para pasta", contó.
Después, la presentadora Fifi Box le preguntó lo inevitable: "¿Ha dejado de comerla?".
"Por tu bien, Fifi, diré que sí. Me la como solo por diversión", confesó Cheyenne y aclaró que todavía tiene una caja entera de las cenizas de su abuela. Para finalizar, dijo que se sentía más cerca a su abuela, ya que ahora vivía dentro de ella.
El programa subió un fragmento de la conversación en sus redes sociales y los internautas reaccionaron con sorpresa y desaprobación. "No es chistoso, eso es sagrado", "¿A quién se le ocurriría sugerirle a su mamá comerse las cenizas de la abuela para animarla?", "Es muy asqueroso, accidentalmente, me entró polvo de cenizas a la boca y de por sí es bastante malo. ¿Será que ella también come arena cuando va a la playa?", fueron algunos de los comentarios.
¿Comer cenizas perjudica la salud?
No es la primera vez que se reporta un caso de consumo de cenizas. En 2018, 'Los Angeles Times' compartió la historia de una niña en California, Estados Unidos, que preparó galletas con los restos en polvo de su abuelo y las repartió en su colegio.
En una entrevista para el medio de comunicación de ciencia 'Live Science', el microbiólogo Rolf Haden contó que se trataba de un dilema moral, no un problema sanitario, ya que las cenizas no eran tóxicas ni perjudiciales para la salud.
"La cremación mineraliza el cuerpo humano y produce cenizas que son ricas en carbono y no representan un gran problema para la salud. Una cremación adecuada eliminará todas las propiedades infecciosas de los restos, permitiendo así que las personas se lleven las cenizas a casa y las almacenen en espacios habitables", explicó.
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SOFÍA ARIAS MARTÍNEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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