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‘Fueron por lana y...’: los ladrones más torpes que pecaron por ‘inocentes’
Aunque intentaron infundir temor con sus robos, terminaron causando risa. Casos absurdos e icónicos.
Aunque intentaron infundir terror con sus robos, terminaron causando risa. Casos icónicos. Foto: Archivo EL TIEMPO
Desde que en Colombia se transmitió la memorable serie cómica de ‘Chespirito’, pareciera que muchos delincuentes buscaran imitar al ‘Chómpiras’, el ladrón que nunca completó un robo.
Esa teoría se refuerza cada año que pasa.
No hay diciembre que no llegue con una lista de videos de personas que, buscando perpetrar algún hurto, cometieron ‘inocentadas’ que terminaron provocando gracia y frustraron sus macabros planes.
Y es que, en últimas, el colmo de todo delincuente es que su crimen se vea frustrado por desatenciones propias.
Vea un recuento reciente de ladrones que, por sus robos infructuosos, quedaron inmortalizados como bufones.
Uno de los robos frustrados más icónicos sucedió hace un par de meses en Barranquilla.
Tal cual registraron en su momento las cámaras de seguridad del sector, dos hombres intentaron asaltar una compraventa buscando romper la vitrina con un mazo, la popular ‘mona’. Sin embargo, lo que no esperaban era que el vidrio de la estantería era blindado.
Error de principiantes.
El robo frustrado que genera burla contra delincuentes en Barranquilla Foto:City TV
Tras cerca de 21 golpes propinados en poco más de un minuto, la estructura no cedió un solo milímetro.
El temor de ser detenidos en flagrancia los llevó a huir rápidamente dejando la ‘mona’ en el suelo y luego de encontrarse con dos secuaces que los esperaban en una motocicleta, otro exabrupto volvió a ocurrir.
Por mucho que intentaban, las cuentas no daban: los cuatro delincuentes pretendían irse en una misma moto.
Después de intentar e intentar, el más liviano se montó en el manubrio del vehículo y lograron escapar.
Lo más seguro es que, si hubiesen tenido el mazo en su poder, la fuga no hubiese sido exitosa.
‘Tragado por una alcantarilla’
El hurto de tapas de alcantarilla tiene azotadas a varias ciudades del país. Y, aunque las autoridades han reforzado sus medidas, parece que las alcantarillas decidieron defenderse por sí mismas.
En marzo de este año, EL TIEMPO registró cómo un hombre intentó sin éxito llevarse una cubierta de una tapa de alcantarilla en Medellín.
Foto:EL TIEMPO
Cuando el sujeto puso el objeto sobre sus hombros, la carga de peso fue tal que perdió el equilibrio y terminó dentro del hueco del desagüe.
El golpe lo inhabilitó para proseguir con su fechoría y terminó cojo y saliendo del lugar.
El impacto lo dejó inconsciente y sus cómplices no tuvieron de otra que cargarlo como un ‘objeto más’.
‘Atrapado por una ventana’
Cuando un delincuente se alista para cometer un crimen, su mayor enemigo es la incertidumbre ante lo que pueda pasar.
Pues bien, el año pasado, en el tradicional barrio Villa Sol, en Barranquilla, un hombre fue víctima de una falla que, contra todo pronóstico, él mismo desató.
Los reportes de prensa cuentan que el sujeto intentó ingresar por una de las ventanas exteriores de una vivienda para sacar de allí todos los implementos de valor.
Sin embargo, al tratar de entrar, su cuerpo quedó atascado en medio de los estrechos bordes de los vidrios.
Foto:Archivo particular
El pequeño 'error de cálculo’ lo llevó a quedar absurdamente inmovilizado.
Además de no lograr su cometido, el ladrón despertó las burlas de todos los vecinos que lo vieron fallar con ‘las manos en la masa’. O más bien: ‘con el cuerpo en la ventana’.
De lo que se trata es que un par de delincuentes, quienes habían hurtado objetos de un vehículo, fueron interceptados por un ciudadano que hizo las veces de ‘karateka’.
Los susodichos estaban dando el giro en su motocicleta para salir por la misma vía que entraron a robar cuando, de una casa aledaña, un hombre saltó de forma impactante y les asestó una patada a los criminales en movimiento.
La recursividad de los delincuentes no tiene límites.
En 2012, una banda de ladrones en Barranquilla logró salirse con la suya después de implementar una estrategia ‘biodegradable’.
Según registró EL TIEMPO en ese entonces, un grupo de seis hombres con uniforme de una empresa de vigilancia arremetió contra una droguería. Este robo ocurrió a las 7:05 a. m.
Foto:iStock
Tras desconectar las alarmas e inmovilizar a cinco empleados, los ladrones extrajeron el cajero de servicio público del lugar.
Para poder deslizar el cubículo hasta su carro, los hombres desplegaron una ‘cama’ hecha con cáscaras de patilla.
Ese uso de los restos de fruta permitió que los 59 millones de pesos que contenía el cajero terminaran en su poder.
Aunque su robo fue un éxito, su particular proceder ha despertado todo tipo de reacciones en los ciudadanos de la costa caribe.
‘El patillazo’ es como lo recuerdan la mayoría de barranquilleros.