De niño, Santiago Cruz imitaba a Michael Jackson y ahora que es un cantautor consagrado, confiesa que soñó con ser pianista, pero reconoce que no tuvo la disciplina.
Este y otros detalles de su vida y de su relación con la música, como su forma de componer y lo que para él debe ser una buena canción, los revela en el Cuestionario Sonoro de EL TIEMPO. Cruz, nacido en Ibagué hace 47 años, respondió estas preguntas a propósito del estreno de su álbum Nueve, en el que recoge canciones que lanzó en meses recientes, así como su dúo con Andrés Cepeda, bautizado El gran teatro.
Otros de los títulos de estreno son Hay una grieta en el cielo y La canción del fin del mundo. Por ahora, Cruz está a la expectativa de lo que suceda con ellas, y tiene puestos los ojos ya en su próxima gira, que comienza en Bogotá en marzo. Estas son sus respuestas:
¿Cuál es el significado de Nueve? ¿Qué quiso expresar en este álbum?
Más allá de la obviedad de que es el noveno disco de mi carrera, me puse a investigar acerca del número nueve, de su significado, su poder, sus “propiedades”, y descubrí que es un número de cierre de ciclos y comienzo de etapas nuevas. Y como el disco habla de gestión de recuerdos. La mejor manera de cerrar esos ciclos es con la gestión afortunada de esos recuerdos, que no nos pesen y nos anclen al suelo, que sean más bien tierra fértil para crecer. El nueve es un número que supone sabiduría y perfección, que son búsquedas con las que me identifico. No significa que sea sabio o que el disco sea perfecto, pero sí somos lo sabios y lo perfectos que podemos ser en este momento, con nuestras condiciones, siempre con el deseo de ser cada vez mejores.
¿En qué momentos compone mejor? ¿Qué atmósfera necesitan sus canciones?
No creo que haya fórmulas de horarios ni lugares para escribir. Todo depende de qué tan calibrado esté el “radar”. He escrito canciones en mi casa, en mi estudio, en un sofá, en la ducha, en un avión, en un carro, en un tren. Se trata de estar atento al mensaje que manda el universo. Otras veces, de ponerse en la búsqueda de ese mensaje, del elemento fundamental de la canción, a partir de ahí, encontrar la premisa, y luego el desarrollo más afortunado.
¿Cuál es su juguete favorito para oír música?
Mi referencia favorita son los monitores que tengo en mi estudio, unos KRK Rokit 8. Pero el mejor plan del mundo es oír música en el carro.
¿Cuáles son sus tres canciones favoritas para encender una fiesta?
Lo que voy a decir refleja perfectamente mis 47 años:
- Pal bailador, de Joe Arroyo
- Vale la pena, de Juan Luis Guerra
- Dile, de Don Omar
¿Cuál era el cantante al que más imitaba cuando era niño?
Ufff, ¿de niño? Soy de la generación de la omnipresencia de Michael Jackson, y de ponerse el guante blanco, y de intentar, sin éxito en mi caso, el moonwalk.. Nadie fue inmune a eso.
¿Qué instrumento le habría gustado aprender a tocar?
El universo del piano me parece maravilloso. Me habría encantado ser un gran pianista. Nunca tuve la disciplina para ser virtuoso en ningún instrumento, mis virtudes pasan por otro lado, pero no lo digo con algún tipo de orgullo. Me sigo castigando por la poca disciplina que tengo para ciertos requerimientos de mi oficio.
¿Cuál es el ruido que más detesta?
El ruido que generan esos taladros que se usan para perforar el asfalto, lo de las obras en las calles, eso puede desquiciar a cualquiera, además que no hay escapatoria, de ese ruido no te puedes resguardar.
¿Qué banda sonora tiene un significado especial para usted?
Creo que a varios de mi generación nos impactó mucho La noche de los lápices y su banda sonora. Recuerdo cuando uno de mis primos mayores llevó a mi casa un VHS con Rodrigo D, esa película y esa banda sonora dejaron una huella tremenda. El impacto cultural de Pulp Fiction y su banda sonora es innegable.
¿Qué elementos considera que debe tener una buena canción?
El elemento fundamental, para mí, es el punto de vista. Que la canción se sienta personal, que no se sienta genérica. A partir de ahí creo que uno ya entra en una cantidad de consideraciones personales de gusto, de épocas, en fin, pero el punto de vista le da el sello del artista.
¿Cuál ha sido su tema más difícil de interpretar?
Para este disco me pasó algo que no me había pasado nunca en mis 20 años de grabar: por primera vez me quebré emocionalmente grabando una canción. Normalmente hago dos pasadas de arriba abajo de la canción, para ir poniéndome en situación, así que llegó el momento de grabar la voz de Hay una grieta en cielo. Empecé a cantar esa primera toma, la de calentamiento, y cuando llegué al coro final fue como si me pegaran en el alma y me largué a llorar, no pude seguir cantando. Lo que dice y lo que pasaba en cuanto a producción en ese momento, me conmovió profundamente.
¿Cuál ha sido el éxito más inesperado de su carrera?
¡Todo en mi carrera ya sido inesperado! Deseado, pero de alguna manera inesperado. Recuerdo que venía de todas las cosas maravillosas que habían pasado con Cruce de caminos: 6 sencillos, doble disco de platino en Colombia, disco de platino en Venezuela, en fin, y era un reto enorme hacer “el siguiente disco”. Fui a España a grabar con Nacho Mañó y entregamos el proyecto a la disquera. Nacho me enseñó que uno debía dejar que la disquera escogiera los sencillos para que no tuvieran a quien echarle la culpa si las cosas no salían bien. El caso es que entregue el disco y cuando me dijeron que el primer sencillo era Desde lejos creí que se habían enloquecido. No me malinterpretes, amo esa canción, pero yo no le veía el “colmillo comercial”. Ahora que esa canción es lo que es, me sigo sorprendiendo, y al tiempo me lleno de orgullo, porque la canción es un ejercicio de desapego que no es común en el “melodrama” que rodea la música romántica Iberoamericana.
¿Nombre cinco canciones que marcaron su vida?
¡Qué difícil solamente cinco! Pero soy obediente, vamos a intentarlo:
- Duerme negrito, de Mercedes Sosa
- Parao, de Rubén Blades
- Sea, de Jorge Drexler
- Tan joven y tan viejo, de Joaquín Sabina
- Tengo fe, de Carlos Vives
¿Qué canciones lo devuelven a la adolescencia?
Ufff, ese ejercicio nostálgico me encanta. Tengo varias playlists por esa onda. Tal vez cosas de Soda Stereo, como Sobredosis de TV. Hombres G y los Toreros Muertos. November Rain, de Guns ‘n Roses. Canciones de Erasure. Los merengues clásicos de Sergio Vargas o Juan Luis Guerra de las fiestas de 15 de la época.
¿Qué "nana" le cantaban sus papás?
No recuerdo ninguna en particular en modo “nana”, pero para mí todo lo de Mercedes Sosa me refiere a mi mamá, a su guitarra y sus bohemias. Eso era lo que yo vivía en casa cuando niño: mi mamá cantando y sus amigos y gente cercana acompañándola en los coros.
¿Cuál es la canción que más le gusta interpretar?
De este nuevo disco y para esta nueva gira tengo mucha curiosidad de cómo se va a comportar en vivo La canción para el fin del mundo, y de mi repertorio en general, tal vez te diría que “Baja la guardia”, es una canción que tiene una intensidad y un rango vocal muy emocionantes, se disfruta mucho.
¿Qué canción le habría gustado componer y por qué?
Sea, de Jorge Drexler; Breaking Bad, de Leiva; Ni Beatles ni Stones, de Dani Martin; Ya casi llegamos, de Arath Herce; Si tus piernas, de Dani Fernández, Hace una hora, de Juan Pablo Vega; Nudito, de Ale Zeguer; Al otro lado del camino, de Fito Páez; Paloma, de Andrés Calamaro; Y sin embargo, de Joaquín Sabina; Paciencia, de Lenine. ¿Sigo? ¡Esa lista puede ser muy larga!
¿Dónde cantó por última vez el Happy Birthday?
En mi casa en el cumpleaños de mi hermana, a finales del año pasado.
¿Qué canción no se cansa de oír?
Something, de los Beatles.
¿Qué jingle nunca se le ha salido de la cabeza?
Tengo una memoria tremenda para todo lo que tiene que ver con tv de mi infancia y adolescencia, y recuerdo particularmente un jingle de una gaseosa que la letra empezaba: “En la vía hay un trancón, todos tienen que parar…”
¿Con quién, que ya no está, le habría gustado compartir escenario?
Uy, mucha gente. Tal vez el maestro Armando Manzanero.
¿Quiénes son mejores: The Beatles o The Rolling Stones?
No creo en mejores o peores en la música, creo en gustos, y a mi me gustan más los Beatles.
¿Mozart o Beethoven?
A mi me gusta más Mozart, sin ser yo un gran conocedor.
¿Cuál fue el primer disco que compró?
Fue un vinilo de Soda Stero en vivo, Ruido Blanco, todavía lo tengo, es de las fichas más preciadas de mi colección.
¿Cuál fue la primera canción que compró en una plataforma digital?
Uy, creo que fue una mía, a mi me tocó esa transición… tal vez Desde lejos. No recuerdo, la verdad, pero creo que iba por ahí.
¿Hay algún tipo de canción o género que no le guste?
De todos los géneros procuro buscar algo que me conecte, no soy de cerrar la cabeza en ese sentido. Y en todos los géneros hay canciones que no me gustan, en algunos más que en otros. Tal vez lo que siento más lejano es la orilla más pesada del metal. Lo que no comparto es la misoginia, o la validación de comportamientos de relaciones personales que ya están mandados a recoger, y que igual artistas actuales siguen perpetuando en sus letras.
¿Cuándo fue la última vez que gritó?
Hace poco en la carretera, con alguien que se me atravesó. El tema del tráfico generalmente me descompone.
¿Cuál es la mejor canción de despecho que se le viene ahora a la cabeza?
La verdad es que Odiame, de Julio Jaramillo, es una tremenda canción de despecho. ¡Esa premisa de “odio quiero más que indiferencia” es durísima.
¿Cuál es el mejor sonido de la naturaleza?
Cuando empieza a caer la lluvia, cuando todavía no es aguacero.
¿Quiénes le hablan al oído?
Mi esposa, María Paz Mateus. Daniel Álvarez, gran amigo y además de mi oficina de management, y Humberto Rodríguez, que es uno de mis amigos entrañables, y que me ha servido de guía desde hace varios años.
LILIANA MARTÍNEZ POLO
REDACCIÓN DE CULTURA
@Lilangmartin