Egan Bernal la rompió en un Giro de Italia que coronó a un inesperado campeón, Simon Yates: las conclusiones

El Giro de Italia termina con un Simon Yates (Visma) como campeón, cuando muy pocos esperaban que remontara ese minuto y 21 segundos que Isaac del Toro, exlíder, le tenía en la general y antes de la jornada decisiva del sábado en la que dio cátedra de ciclismo.

Yates sentenció la carrera y pareciera que la bendición que el papa León XIV le dio al lote de la carrera el domingo en Roma la hubiera recibido el veterano corredor el sábado 31 de mayo hacia Fintestre, siete años después de que en ese alto perdiera la camiseta rosada de líder de la carrera y perdiera más de 38 minutos.

Fue un Giro que quedará en el recuerdo por la ‘pelea de egos’ entre Del Toro y Ríchard Carapaz (EF), segundo y tercero, respectivamente, en la fracción del sábado, de la que no vale la pena seguir hablando, pero que sentenció un título a favor de Yates.

El británico fue recuperado por el Visma, pues a sus 32 años veía lejos volver a ilusionarse con pelear una gran carrera en el equipo Jayco del que salió por la puerta de atrás y se la jugó toda en una subida que no le traía buenos resultados, ayudado por un inmenso Wout van Aert, que lo llevó en el ‘coche’ en la travesía antes del final de tercera categoría. Simon Yates no ‘mostró la cara’ durante las dos primeras semanas.

Fue un ‘espectador’ de la pelea entre el mexicano y el ecuatoriano y guardó energías para el final. Es claro que Visma tenía diseñado su plan, pero también contaron con que Yates tenía un poco más de gas en el tanque de reserva que sus dos rivales, que como la mayoría, lo miraron por ‘encima del hombro’ y lo descartaron.

Una ‘carrera rosa’ en la que Egan Bernal (Ineos) recuperó la confianza de poder estar adelante peleando la clasificación en una de las tres ‘grandes’ y en la que Einer Rubio (Movistar) cumplió la meta de terminar en el top 10, un registro que dirá a las claras que la actuación colombiana ha sido buena, pero que pudo ser mejor.

Egan fue un corredor que movió la competencia en las dos primeras partes, pero al que le faltó resto para rematar mejor. Rubio estuvo al contrario, fue de menos a más, y aprovechó ir a su ritmo, a paso, a lo que le daban sus fuerzas para, por segunda vez consecutiva, hacer parte de los 10 mejores.

Bernal completó su tercer top 10 contando sus nueve participaciones en las tres carreras de tres semanas: fue campeón en el Tour de Francia del 2019, del Giro de Italia del 2021, cuarto en la Vuelta a España ese año y terminó de séptimo en Italia ayer, pasando la prueba de reencontrarse con fuerzas.

Nairo Quintana se dedicó a ayudarle a su compañero Rubio para cumplir su objetivo, pero lo que mejor hizo fue hablar corto con el Papa.

El campeón del Giro de Italia del 2014 y de la Vuelta a España del 2016 cruzó algunas palabras con el estadounidense.

“Tenía la mayor ilusión de saludarlo y de estrecharle la mano. Era un momento especial y lo aproveché”, dijo Quintana en Caracol Televisión.

“Le dije lo orgullosos que nos sentimos los católicos y los latinos que nos representara y le dije que Dios le diera sabiduría”, precisó.

El grupo se apostó a lo ancho de la calle y los líderes de las modalidades de la competencia se abajaron de sus bicicletas y se fueron al encuentro con el Papa.

Simón Yates, el líder, Isaac del Toro, el mejor joven, Lorenzo Fortunato, el campeón de la montaña; y Mads Pedersen, el más regularon, caminaron al encuentro con el Papa.

“Le dije que era colombiano y le repetí que nos sentíamos muy orgullos de él”, sentenció el corredor boyacense.

Es la séptima vez que el ciclismo colombiano ubica a dos de sus corredores dentro de los 10 corredores más importantes de la general, camino que abrieron Rigoberto Urán y Sergio Henao, séptimo y noveno, respectivamente, en el Giro del 2012.