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Millonarios vs. Nacional: el día que nació la rivalidad que ahora llega a una final
Desde finales de los años 80, se convirtió en el duelo más importante del fútbol local.
Millonarios vs. Nacional Foto: Sergio Acero Yate y Jaiver Nieto. EL TIEMPO
La historia de la rivalidad entre Millonarios y Atlético Nacional nació a finales de los años 80 y fue creciendo a medida que pasaban los años y los verdes ganaban y ganaban estrellas. Hasta hace 10 años, los azules eran los que tenían más títulos de Liga. Nacional pasó de largo.
Ahora, por primera vez en la historia, Millos y Nacional jugarán, mano a mano, por un título de Liga. Si ganan los de Alberto Gamero, quedarán con 16 estrellas. Si el título es para lo de Paulo Autuori, será el número 18.
El año clave de esta rivalidad fue 1989, por circunstancias que se contarán más adelante. Pero desde 1987, los dos equipos intentaban sacudirse del dominio del América de Cali, que irrumpió en 1979 y luego obtuvo cinco títulos seguidos, de 1982 a 1986.
Ambos equipos apelaron a técnicos de la casa. En el caso de Millos, el elegido fue Luis Augusto García, que ya había sido asistente técnico del brasileño José Teixeira y fue campeón del torneo de reservas en 1980. Formado como jugador en Santa Fe, el ‘Chiqui’ llegó a las filas azules en 1974.
1987 / Arriba: Wilman Conde, Rubén Cousillas, Miguel Prince, Gildardo Gómez y Hernando García. Abajo, Gabriel Jaime Gómez, Carlos Estrada, Mario Videla, Arnoldo Iguarán, Eduardo Pimentel y Mario Vanemerak. Foto:Cortesía Guillermo Ruiz
En Nacional, la apuesta fue por Francisco Maturana, que había sido dos veces campeón como jugador y en 1986 había hecho un gran campaña con el Cristal Caldas, en su primera experiencia como DT.
El primer cruce: la contratación de Ricardo 'Chicho' Pérez
Ricardo 'Chicho' Pérez Foto:Archivo EL TIEMPO
Millonarios le apostaba a una gran nómina con foráneos, Nacional se la jugó por un proyecto de ‘puros criollos’. Y ahí comenzó la primera puja entre ambos clubes. Ambos buscaron a un volante de marca del Caldas, Ricardo ‘Chicho’ Pérez.
“Tuve a ‘Chicho’ sentado dos días en mi oficina, arreglando todo lo del contrato. Pero luego nos sacó el cuerpo: dijo que se iba para Nacional. Para nosotros fue un desaire muy feo”, recordó Guillermo Ruiz Bonilla, quien en 1987 era el gerente deportivo de Millonarios. Ya el equipo le había adelantado dinero al Caldas. El tema terminó en litigio con Dimayor y la solución fue que Nacional entregó el pase del arquero Fabio Calle a Millos. Calle había llegado al club un año antes.
Pero no fue la única lucha. Millos arregló con Medellín, de club a club, la llegada de Luis Carlos Perea, Gildardo Gómez y Leonel Álvarez, los tres jugadores más importantes de ese club, todos con proyección a la Selección Colombia: hicieron parte del equipo que fue al Mundial de 1990, al igual que ‘Chicho’ Pérez. Pero el ‘Coroncoro’ y Leonel no quisieron ir a Bogotá. Seis meses después, firmaron con Nacional. Gómez estuvo un año en Millos y en 1988 se vistió de verde.
Las dos apuestas comenzaron a funcionar y tanto Millonarios como Nacional le plantaron cara al América. Millonarios tenía un gran poder ofensivo. “Me gustaba ir a presionar al frente, no esperar. Siempre buscaba goleadores, gente que rompiera por los extremos”, recordó el DT García para el libro Los mejores técnicos del fútbol colombiano, del autor de estas líneas.
Nacional tenía otro tipo de juego, de mucho toque de balón. Y ahí comenzó una guerra mediática. Eduardo Pimentel, símbolo y uno de los capitanes de ese Millonarios, criticó duramente el juego de los verdes.
“En el 87, nosotros les ganamos un partido 0-1 allá en Medellín. Antes del partido, en el lobby del hotel, me entrevistaron. Yo dije lo que pensaba: que Nacional jugaba futbolito, que tocaba la pelota pero no avanzaba, que había que poner los arcos en oriental y occidental. Mucha gente opinaba que jugaban muy bonito. Eso a ellos no les gustó mucho”, recordó el hoy máximo accionista de Boyacá Chicó.
Incluso, los directivos de Nacional, en algún momento, le dijeron a Maturana si no podían tener más poder ofensivo: inmediatamente les pidió que contrataran a los delanteros de Millonarios.
Una batalla campal en el aeropuerto
Cuando Millos no pudo llevar a Perea y Leonel, llegaron jugadores como Wilman Conde, Mario Vanemerak, Mario Videla y Rubén Cousillas. Y luego de otro partido en Medellín, hubo un problema muy grave en el aeropuerto de Rionegro.
“Casi todo el equipo ya estaba en la sala de espera y nosotros, con Mario Vanemerak, nos quedamos comprando unos turrones. La policía nos acompañó, pero yo sí vi muchos hinchas a la entrada. De pronto sonaron varias camionetas. Se bajaron muchos más hinchas y vinieron a agredirnos a Mario y a mí. El resto del equipo se dio cuenta y salió. Se armó casi una batalla campal”, afirmó Pimentel.
Desde entonces, el ambiente para los partidos entre azules y verdes se volvió terrible. “Las declaraciones de algunos y también algunos medios hicieron que la hoguera se aumentara y eso transformaba a los aficionados, se volvió un cosa inmanejable”, dijo Alexis García, jugador de Nacional en esos años y hoy técnico de Equidad.
Lo que sí es cierto es que, por lo menos en 1987 y 1988, la superioridad fue casi total de Millonarios, a tal punto de que Maturana, en un partido del octogonal del 88, cambió su forma de jugar.
En ese octogonal, Maturana jugó con tres volantes de marca, ‘Chicho’, Leonel y Luis Fernando Suárez. “Lo habíamos preparado todo, cómo se movía cada uno de ellos individualmente. Nosotros normalmente jugábamos a lo nuestro, pero contra Millonarios, siempre estábamos pendientes de lo que hacía la ‘Gambeta’ Estrada, Rubén Darío (Hernández), Arnoldo (Iguarán). Lo jugamos siempre pensando en el empate”, exclamó Suárez, hoy técnico de la Selección de Costa Rica.
Ese partido lo ganó Millonarios 1-0, con gol de Wilman Conde en el último minuto, con un remate con la pierna derecha, que no era su perfil. “Los teníamos amarrados, lo teníamos todo planeado, pero les salió esa”, declaró Suárez.
#TBT Para muchos, este fue el gol de la estrella 13. El 6 de noviembre de 1988, #Millonarios le ganó 1-0 a Nacional en El Campín con un golazo en el último minuto de Wilman Conde. Aquí lo recordamos. #EstamosEnTodosLados
En la segunda vuelta del octogonal, Nacional le ganó 3-1 a Millos y le quitó un invicto de 26 partidos. Ese día, Estrada marcó el que para muchos fue el mejor gol de la historia del fútbol colombiano, haciendo 21 en el área, llevándose la pelota arriba de la cabeza y luego dejándola caer para rematar cruzado. “Yo me acuerdo que cuando la Gambeta hizo ese gol, yo fui y lo abracé para felicitarlo”, recordó Alexis.
El partido clave: ¿historias de brujería?
Pero el partido clave de la rivalidad se jugó el 26 de abril de 1989 en El Campín. Millos había perdido 1-0 con Nacional en Medellín ocho días antes y esperaba darle la vuelta para clasificar a la semifinal de la Copa Libertadores.
“Nosotros no le podíamos ganar a Millonarios. Entonces, la mujer de Luis Carlos Perea nos dijo que había una señora que nos arreglaba ese asunto. Allá fuimos Perea, Alexis y yo. La señora prendió un círculo de fuego, nos metió ahí y a mí me había dicho antes: "Lléveme unos calzoncillos azules y una correa". Y lo hice y santo remedio. Empezamos con una rachita muy buena. Millos no nos volvió a ganar y decidí no volvérmelos a quitar. Recurrimos a la brujería para ganarle a Millonarios. Luego mi abuelita dijo: ‘Pero los debe usar al revés’. Y desde entonces los uso al revés. Sólo me pongo calzoncillos azules”, le dijo René Higuita a Mauricio Silva Guzmán, en una entrevista con la revista Bocas.
Nacional avanzó luego de un 1-1 polémico, con un mal arbitraje del chileno Hernán Silva, que los viejos hinchas azules se encargan de recordar a cada rato. Del lado verde, había sabor a revancha.
“A mi me parece que el que ganara esa serie era campeón, Millonarios era un muy buen equipo. Ese partido fue bisagra para nosotros, ahí nos dimos cuenta de que podíamos ser campeones”, recordó Suárez.
Y lo fueron: en semifinales eliminaron a Danubio (0-0 en Montevideo y 6-0 en Medellín) y en la final, le ganaron a Olimpia de Paraguay, en una interminable tanda de penaltis en El Campín, donde terminaron jugando porque el Atanasio Girardot no fue aceptado por la Conmebol por capacidad.
Hoy, uno de los protagonistas de esa historia sigue calentando el ambiente. Tréllez apareció en redes sociales a hablar de la final entre azules y verdes:
Jugaremos la final y se repetirá la historia del 89!! Y OLEEEE.
Han pasado casi 32 años. Las diferencias de esa época se quedaron en la cancha, a tal punto de que ‘Chicho’, que no se hablaba con Pimentel, fue técnico de su equipo, el Boyacá Chicó. Que la rivalidad, siempre, sea en el campo de juego.