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Linda Caicedo: la historia de la estrella de la Selección femenina Sub-17
A los 17 años ya fue campeona con América y Cali, y ahora jugará un Mundial.
"Mamá, no quiero muñeca, yo quiero balón y guayos”, dijo Linda Caicedo, así, con la mirada inocente de una niña que solo tenía 5 años y ya creía tener claro lo que quería, no para esa Navidad, no para su infancia, sino para toda la vida.
A su mamá, Herlinda Alegría, no se le hizo raro. Desde que la tuvo se dio cuenta de que Linda tenía una fijación por el fútbol, acaso muchas patadas en el vientre, como dicen las mamás, o acaso era porque desde que gateaba ya empujaba el tetero como si fuera redondo, lo empujaba y lo recogía y lo volvía a empujar, y cuando ya caminaba hacía goles con todo lo que se encontraba en el camino, los muñecos que no usaba, hasta las ollas de la cocina. Linda necesitaba el balón urgente.
Jugaba en las calles destapadas del barrio La Gaviota, en el corregimiento de Villa Gorgona (Valle del Cauca), donde creció jugando con niños, con niños más grandes, con niños más grandes pero menos hábiles. Allí, de tanto jugar, destrozaba zapatos con voracidad. Cada tanto, el mismo diálogo en la casa: “Mamá, es que los zapatos se me dañaron”.
Y doña Herlinda corra a comprarle unos nuevos, optó por comprarle unos de caucho, para que aguantaran, pero ni así. Linda, que llegaba a la casa todos los días con las rodillas raspadas, necesitaba los guayos. Y necesitaba balón, y una cancha. Y necesitaba un equipo donde demostrar que su idea de infancia no era una locura. Y así, tan pequeñita, Herlinda y su esposo, Mauro Caicedo, la llevaron a la primera escuela de fútbol, Real Juanchito.
–No hay más niñas –advirtieron.
–No importa –dijo la mamá.
-¿Puede jugar con los niños?
–Sí, puede.
–Pues, tráigala.
Y ahí arrancó su historia hasta hoy, cuando es figura de la Selección Colombia que clasificó al Mundial de India y que este domingo juega la final del Sudamericano Sub-17 contra Brasil.
El recorrido de Linda
Linda Caicedo, jugadora del América. Foto:Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
A los 10 años, ¡solo 10 años!, Linda, que ya tenía su balón y sus guayos y se abría camino en la escuela de niños, llegó al club Generaciones Palmireñas. Llegó calladita, pero nadie contaba con que Linda gritaba en la cancha, gritaba con amagues, gritaba con goles. Quería sacar en la cancha todas las jugadas y los goles que nacían en su cabeza.
En la familia nadie jugaba fútbol. Y a su mamá no le gustaba. Y si hoy le gusta es solo por ella. Por verla a ella. Se volvió una mamá futbolera. Era quien la llevaba a los entrenamientos, se sentaba a un costado de la cancha a tratar de entender esa pasión de su hija. Se llegó a preguntar, lo ha confesado, por qué había tenido hija y no hijo. Pero fue entendiendo, fue aceptando. “Uno debe apoyar a los hijos en lo que les gusta: las mujeres también podemos”, dice Herlinda con su voz orgullosa.
Linda Caicedo con su familia. Foto:Archivo particular
Para entonces, sus primeros entrenadores ya no tenían duda de que era una jugadora diferente. “La recuerdo como una niña humilde, sencilla; le ayudábamos para cosas, se le regalaban uniformes. Una niña calladita, tranquila, que no se imaginaba lo que iba a vivir; desde pequeña marcaba esa diferencia, con mucho talento. A los 10 años jugaba con las de 13, 14, y les sacaba ventaja”, cuenta Felipe Taborda, el DT que la recibió en Generaciones Palmiranas.
De allí, Linda pasó al Atlas de Cali, jugó el Pony Fútbol (tradicional torneo infantil), integró la Selección Valle, y siempre haciendo goles, siempre con sus amagues, y con su baile en los festejos de gol; luego fue al América, el club del que es hincha, lo cual ya era un primer sueño hecho realidad.
–Hija, pero estás muy pequeña –advirtió Herlinda.
–Yo puedo, mamá, yo puedo –respondió Linda.
No jugó el primer tiempo. Cuando la metieron nos cogimos de las manos los cuatro, mi otra hija, María, una sobrina y mi esposo, y decíamos: ‘Dios, ayúdanos’
Y pudo. La niña que pateaba los muñecos y clamaba a su mamá por que le comprara guayos y balón se convirtió en figura del fútbol femenino colombiano. El estreno en América fue un momento que la familia no olvidará: “No jugó el primer tiempo. Cuando la metieron nos cogimos de las manos los cuatro, mi otra hija, María, una sobrina y mi esposo, y decíamos: ‘Dios, ayúdanos’. Teníamos nervios. Y cuando hizo el primer gol (contra Cortuluá) ya nos soltamos: fue increíble, muy bonito, una emoción inolvidable”, cuenta Herlinda.
Con solo 14 años, Linda fue campeona en 2019 con América y goleadora del campeonato con 7 tantos. El sol naciente estaba alumbrando. “Linda es muy talentosa, tiene una combinación de muchos factores: físicos, como la potencia, la fuerza; técnicos, como jugadora de buen pase, con control, y tácticamente es inteligente, de buenas decisiones. Si sigue por ese camino, entrenando bien, estamos ante una de las grandes figuras del fútbol colombiano y mundial”, dijo el técnico Andrés Usme, que la tuvo en el América.
Linda Caicedo, goleadora del Cali. Foto:Dimayor
No pudo jugar la Copa Libertadores ese año con el equipo escarlata, por la edad, pero no tardó en tener revancha. Pasó al Deportivo Cali, el rival de la ciudad. De nuevo fue campeona de la liga femenina, en 2021. Jugó, al fin, la Copa Libertadores. El continente pudo conocer a la jugadora que deslumbraba en Colombia, la del juego intrépido y feliz.
El exfutbolista argentino Juan Pablo Sorín quedó rendido: “Cómo juega al fútbol Linda Caicedo. Tiene 16... sí, 16 años. Goles, asistencias, pisadas... repertorio completo...”, escribió durante esa Copa en Twitter.
El sueño en la Selección
Denle una pelota y ella hace magia con ella. Hace de un pase un truco, hace que el fútbol sea talento, picardía, destreza. Una pared, un túnel; amague por aquí, sale por allá; mira para allá, patea por aquí; no la paran, no la encuentran, no la detienen, es como si flotara en la cancha esperando la pelota, y cuando la tiene compite con el viento, veloz, inatajable, y lo vence, y con la pelota ahí, pegada a su pie, dócil, suya, como si fuera la misma pelota que le pidió de niña a su mamá.
Me iré trazando más objetivos en mi carrera, pero por ahora es acabar este año de la mejor manera y poder ir a jugar en el exterior
Su llegada a la Selección ha sido especial. Una primera fase del Sudamericano muy buena, con 3 goles. Hizo dos más en el cuadrangular final. Guio al equipo para clasificar al Mundial de la India. Y apenas tiene 17, ¡sí, 17! Los cumplió el pasado 22 de febrero, a pocos días del Sudamericano.
Y cuando habla de su futuro lo hace con ímpetu, como si fuera mayor. “Me iré trazando más objetivos en mi carrera, pero por ahora es acabar este año de la mejor manera y poder ir a jugar en el exterior”, le dijo a EL TIEMPO.
Linda ya se graduó de bachillerato, en el colegio Gran Colombia de Villa Gorgona. Estudia inglés de manera virtual. No ha decidido qué carrera quiere hacer, le gusta la dirección técnica, la istración de empresas. Le gustaría jugar en Estados Unidos y estudiar allí. Le gusta el Barcelona, el PSG. ira a Messi, a Neymar, a Mbappé, a Catalina Usme, la jugadora de la selección mayor que ha sido su imagen por seguir; a Marta, la estrella brasileña. Le gusta ir al cine, leer, leer un montón, se lleva un libro para cada concentración (disfrutó mucho el libro de Jorge Valdano Los 11 poderes del líder).
Y si a su mamá se le pregunta cómo es Linda, responde como responden las mamás: “No es porque sea mi hija... pero es muy buena hija, buena persona, tiene humildad, tranquilidad, paz, armonía, es dedicada. El fútbol para ella es lo primero”.
Lo suyo es fútbol, fútbol, fútbol, la pelota, la cancha, jugar, volver a ser campeona, brillar en la Selección, tener un gran Mundial, irse a jugar al exterior y no parar de crecer. Esa es Linda Caicedo, la misma que tenía claro desde que gateaba qué quería para su vida.