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‘La incertidumbre y cambios regulatorios no ayudan a acelerar la inversión’: Argos
Jorge Mario Velásquez asegura que la estabilidad es clave para desarrollar los proyectos.
El empresario Jorge Mario Velásquez. Foto: Cortesía Argos
El 27 de febrero, Grupo Argos cumplió 90 años de operaciones en Colombia y 20 países más. Hacia adelante, tiene pensado ejecutar inversiones importantes para nuevos proyectos en energías renovables no convencionales, concesiones viales y aeroportuarias, además de seguir expandiendo su negocio de cemento.
Sin embargo, para que estos planes lleguen a buen término, Jorge Mario Velásquez, presidente del Grupo Argos, comenta que es necesario contar con una certidumbre regulatoria y estabilidad en las reglas de juego.
También habla del futuro de este holding luego del intercambio de acciones con Nutresa y Sura, y no descarta que más adelante se puedan vender a terceros las participaciones cruzadas entre Grupo Argos y Sura.
Al cumplir 90 años, ¿cuál es el balance que hace de la compañía?
La empresa arrancó en 1934 como un emprendimiento y el año pasado consolidó los mejores resultados de su historia, no solo en cifras, sino también en posibilidades de transformación estratégica. En este momento estamos viviendo el nacimiento de una quinta etapa con la transformación de la inversión en Estados Unidos y el intercambio de acciones con los grupos Nutresa y Sura. Es una historia construida por muchas personas durante nueve décadas, no hay una sola persona que pueda decir “esta historia la construí yo”. La empresa fue democratizada en su propiedad, enlistada en la bolsa muy rápidamente y hoy es propiedad de 19 millones de colombianos a través de los fondos de pensiones.
Jorge Mario Velásquez, presidente del Grupo Argos. Foto:Milton Díaz. El Tiempo
¿Qué viene para la compañía después del intercambio de acciones con Nutresa y Sura?
Desde que firmamos el acuerdo macro a mediados del año pasado he dicho que este acuerdo es balanceado, razonable y equitativo para todas las partes. El Grupo Argos desinvirtió el 9,9 por ciento que tenía en Nutresa a cambio de acrecentar su participación en Grupo Sura, para concentrarnos en un negocio de infraestructura y tener más del 50 por ciento de los derechos económicos del conglomerado financiero más importante del país. No es la intención ni la vocación de Grupo Argos consolidar o controlar al Grupo Sura porque la entidad de Grupo Argos es un holding de infraestructura y materiales de construcción. Estamos estudiando alternativas, pero en el mediano plazo yo veo dos organizaciones separadas, cada una con su propia estructura accionaria, a lo mejor listadas en la Bolsa de Nueva York y enfocadas en sus propios negocios. A esto le vamos a dar tiempo, lo estamos estudiando y lo haremos en una transición acordada con los accionistas, pero cada vez más estos grupos estarán especializados en sus propios negocios.
¿Estas participaciones cruzadas pueden terminar vendiéndose a otros interesados?
Yo no descarto, pero no afirmo que vendamos las participaciones, puede haber varias formas y mecanismos. Lo que sí creo es que estos dos grupos van a ser mucho más especializados sin participaciones cruzadas en un futuro y listados en una bolsa como la de Estados Unidos, que tenga la liquidez, la materialización de valor y los mecanismos adecuados para compañías de este tamaño. Si se va a vender, combinar o liquidar, eso no se ha definido.
¿Cuál es el tamaño de Grupo Argos hoy en día?
Actualmente, Grupo Argos tiene un negocio de cemento (Cementos Argos), de energía (Celsia), de concesiones (Odinsa) e inmobiliario (Negocio de Desarrollo Urbano). Sus activos suman alrededor de 53 billones de pesos, vende 22,6 billones de pesos de manera consolidada, tiene un ebitda de 5,5 billones de pesos y una utilidad neta en el 2023 de aproximadamente 1,5 billones de pesos.
Este año marca una nueva era para el negocio de cemento tras la combinación de activos en Estados Unidos con Summit Materials, que tiene un valor de alrededor de 9.400 millones de dólares, 12 millones de toneladas de cemento, puertos, 300 plantas de concreto y 5.500 millones de toneladas de agregados. Este es un hecho transformacional porque servirá para que sigamos creciendo en Estados Unidos.
¿A qué nuevos mercados esperan llegar con el negocio de cemento?
En Estados Unidos, a través de Summit Materials, queremos buscar la expansión del negocio de agregados, también estamos estudiando alternativas de expansión en países de Centroamérica (como Guatemala) para tener instalaciones de molienda. El año pasado expandimos la capacidad de exportación desde Colombia, con una inversión superior a 40 millones de dólares. Esto se suma a la modernización de la planta en República Dominicana y las inversiones que estamos haciendo en Colombia para distribución y digitalización.
Grupo Argos acuerdo por el que desinvertirá su participación en Grupo Nutresa. Foto:Twitter: @Cementos_Argos / captura de pantalla
¿Y en el negocio de energía qué viene?
En Celsia hay una clara vocación de ser un actor muy importante en energías renovables no convencionales. El año pasado hubo una desinversión de los activos que tenía en Centroamérica, que permitió tener unos ingresos de 400 millones de dólares. En Colombia tiene 17 plantas solares, cerca de 300 megavatios instalados y proyectos por 400 megavatios adicionales. También anunciamos un proyecto eólico de 218 megavatios en Perú. En Celsia tenemos la convicción de seguirnos convirtiendo en un jugador relevante en energías renovables no convencionales y en los negocios de transmisión y de distribución de energía en la región.
¿Cómo perciben las condiciones actuales para hacer realidad ese crecimiento?
Hay que decirlo muy claramente, la estabilidad regulatoria y de las reglas de juego son un elemento fundamental para la inversión en este sector, en el de infraestructura y en muchos otros. En un ambiente de volatilidad, la incertidumbre regulatoria y los cambios regulatorios son un elemento que no ayuda a acelerar la inversión. Nosotros hemos dicho que de darse las condiciones de permisos, tramites, licencias y la construcción de las líneas de transmisión, seguiremos pensando en invertir en Colombia. En un foro de EL TIEMPO, la presidenta de Acolgén (Natalia Gutiérrez) decía que es bien difícil la materialización de los proyectos de energía renovable. Solo seis de cada 10 megavatios que se adjudicaban en subastas lograban construirse, esto indica la dificultad que se está teniendo para pasar de la estructuración de un proyecto a su puesta en marcha. Ahí hay un llamado de atención a que, como país, tenemos que buscar mecanismos para agilizar esa inversión. Esto también sucede en las concesiones viales y aeroportuarias. En la medida en que haya estabilidad en las reglas y garantías en las fuentes de pago de los contratos que son de largo plazo, eso no solo llama a actores nacionales, sino también a internacionales, además de financiadores. Es importante enfatizar en que la estabilidad regulatoria es muy importante para garantizar las inversiones.
¿Cómo avanza la venta de los parques eólicos de Celsia en La Guajira?
Celsia ha dicho que Acacia 2 y Camelias han tenido unos retrasos por distintas razones: licenciamiento ambiental, las consultas con comunidades y la entrada de la línea de transmisión Colectora. Lo que la junta ha decidido es que se van a evaluar todas las alternativas, entre ellas la venta. El hecho de que en La Guajira no solo está Celsia, sino que son como 2.500 megavatios en proyectos debería movernos como país, articular fuerzas y hacer todo lo posible para que los obstáculos se puedan aliviar. Si esto pasa, Celsia haría inversiones en La Guajira sin lugar a dudas, pero tampoco nos podemos quedar toda la vida esperando y mantener ahí, por cinco años más, los equipos que hemos comprado. Entonces, aparecen proyectos en otros países donde se pueden utilizar. Yo tengo la confianza de que todos los proyectos, no solo los de Celsia, sino los de otros generadores, se puedan desatrancar porque el país necesita instalar nueva capacidad de generación.
¿Cómo ha sido el apoyo del Gobierno para superar estas dificultades?
Yo esperaría que esta discusión que se ha abierto en el país, luego de que Celsia anunció que una de las alternativas es la venta de estos proyectos, sirva para que entre todos los actores podamos encontrar caminos –respetando la institucionalidad, las comunidades y los permisos ambientales– para acelerar la construcción de estas iniciativas. Si hay una señal clara de poder construir esos parques eólicos, la organización estaría interesada en construirlos.
¿Cuáles serán las apuestas en infraestructura?
Para este año anunciamos inversiones de 2 billones de pesos para ejecutar mayoritariamente en Colombia. Además, tenemos proyectos aeroportuarios y viales en estructuración y desarrollo por aproximadamente 4.000 millones de dólares. El más relevante es la iniciativa privada que estamos estructurando para la ampliación del aeropuerto El Dorado y pasar de 40,5 millones de pasajeros movilizados el año pasado a 65 millones. Igualmente, hay otra iniciativa para mejorar las pistas y calles de rodaje. Estas son inversiones de 2.500 millones de dólares y estamos en el trámite de presentarlas. Este proyecto está en el proceso de prefactibilidad a factibilidad, esto toma su tiempo. Hay cierta premura de hacer esa ampliación y la ANI y la Aerocivil son conscientes de esta necesidad. Entre la aprobación de la iniciativa, contratación, diseños definitivos, construcción y operación pueden pasar 4 o 5 años. Otro proyecto es el segundo aeropuerto de Cartagena, con una inversión de 800 millones de dólares, además de una serie de proyectos viales como la Perimetral de la Sabana, Conexión Centro y la ampliación del túnel de Oriente en Medellín, que tendría una inversión de 1,2 billones de pesos para que tenga doble calzada.
¿Cómo ve la disposición del Ministerio de Transporte para estas iniciativas?
Estas iniciativas están en estudio y los trámites se van surtiendo razonablemente. Para que estas inversiones se materialicen es muy importante la seguridad y estabilidad en las normas. Un proyecto de esta magnitud necesita una visión de largo plazo para monetizar las inversiones y para esto es clave la estabilidad y las fuentes de pago. Por ello he insistido en que es muy relevante que se mantengan los esquemas de vigencias futuras y los peajes como mecanismos contractuales de pago para las concesiones. La valorización como mecanismo de pago es viable, pero debe ser complementario o alternativo, no sustitutivo. Lo que ya es contractualmente vinculante no debería ser objeto de una modificación.
Jorge Mario Velásquez, presidente del Grupo Argos. Foto:Grupo Argos
¿Les interesan los proyectos férreos?
Yo diría que nunca digas nunca, el país tiene una deuda con los ferrocarriles. Estos proyectos requieren un planeamiento muy cuidadoso para poderlos hacer en los tramos donde haya carga suficiente. Rehabilitar los tramos férreos entre el centro del país y la costa Atlántica es un primer paso muy importante, y reactivar el tramo entre Sogamoso y Bogotá es una ganancia temprana. Habrá que ver cómo se estructuran los proyectos.