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Banco de la República cumple un siglo: habla el gerente de la entidad que pone orden
El gerente Leonardo Villar habla de los hitos que han marcado los primeros 100 años de la entidad.
Leonardo Villar asumió la gerencia del Banco de la República en enero de 2021. Foto: Cortesía Banco de la República
Condensar 100 años de historia e institucionalidad en una charla de 53 minutos sin pretender que nada se quede por fuera es una tarea titánica, por decir lo menos, más cuando esa centuria está ligada al desarrollo y acontecer mismo del país.
El reto no podía ser para nadie distinto a Leonardo Villar Gómez, quien en la actualidad lleva las riendas de la entidad que este 23 de julio completa un siglo de labores encaminadas, entre otras, a mantener el dinero suficiente circulando para que la economía del país marche sin mayores sobresaltos: el Banco de la República.
El llamado ‘banquero de los banqueros’ mencionó a lo largo de la entrevista concedida a EL TIEMPO las circunstancias que dieron origen al banco central de Colombia, los cambios y responsabilidades encomendadas como autoridad monetaria, pero también como custodio del patrimonio nacional; su compromiso con el desarrollo cultural, su papel en la preservación de la estabilidad financiera en momentos de grandes crisis locales e internacionales, además de los retos que trae la revolución tecnológica y que apuntan al declive del dinero físico, tal como lo conocemos hoy, y la llegada de las llamadas monedas digitales, entre otros.
¿Qué pasaba en Colombia en 1923 que llevó al gobierno de turno a crear un banco central?
Gerente del Banco de la República Leonardo Villar durante una entrevista concedida al diario El Tiempo hoy 7 de octubre del 2022. FOTO MAURICIO MORENO EL TIEMPO CEET Foto:MAURICIO MORENO EL TIEMPO
Era un periodo en el que ingresaban a la economía recursos importantes provenientes de la indemnización por la invasión de Panamá por parte de Estados Unidos en la guerra de los Mil Días, la producción de café y el país comenzaba a crecer de manera significativa, En ese contexto era muy importante ordenar la economía, se necesitaba una entidad, primero, que emitiera una única moneda (peso) porque en ese momento los bancos comerciales emitían su propio dinero, lo que no generaba mayor confianza; lo segundo, que sirviera de respaldo a esos bancos comerciales, como prestamista de última instancia en caso de que se presentaran corridas de depósitos que los quebraran, pues estos operaban sin regulación adecuada.
¿Qué entidad ejercía ese rol hasta entonces?
Alrededor de 1880 se creó una entidad oficial llamada Banco Nacional encargada de financiar al Gobierno, pero en la guerra de los Mil Días se llegó a extremos con la emisión, lo que hizo que el país entrara en un proceso de hiperinflación. Todo eso obligó a pensar en un banco central como sucedía en otros países, donde la emisión de moneda era mucho más controlada y ordenada, y se emitiera con respaldo en oro.
¿Es ahí cuando entra la Misión Kemmerer?
Sí, aunque en realidad fueron dos, y de la primera (marzo de 1923) surgió, entre otras ideas, la necesidad de tener un banco central, para lo cual el 11 de julio de ese año se expidió la Ley 25, que preveía que unos meses más tarde se creara. Pero la anécdota más interesante de esto es que a los cuatro días de expedida dicha ley se quebró uno de los bancos comerciales más importantes del país, el Banco López, lo que llevó a que se tuviera que crear el Banco de la República más rápido de lo previsto, el 15 de julio.
¿Cuál fue la primera sede de la entidad?
El edificio Pedro López, donde hoy funciona el Ministerio de Agricultura, que era propiedad del banco quebrado. Se compró ese inmueble, y esos recursos sirvieron para devolverles el dinero a los clientes y evitar que perdieran todo. A la actual sede donde operamos se llegó en 1950, luego de la demolición de un hotel muy lindo que estaba en el terreno y que quedó muy mal tras el famoso Bogotazo (9 de abril de 1948).
¿Qué sigue para el banco a partir de entonces?
Sede del Banco de la República en el centro de Bogotá (carrera 7a. con Calle 13), donde opera desde 1950. Foto:El Tiempo / cortesía
Con la creación de un único emisor y la moneda de curso legal (el peso) se genera una estabilidad importante durante un periodo, pero con la Gran Depresión de 1929 y 30, que obligó a los bancos centrales del mundo a apreciar sus monedas frente al oro, el valor de este cayó y hubo que hacer nuevas reformas que contuvieran esa situación. Incluso hubo una segunda Misión Kemmerer en 1931, y luego de un proceso importante en el cual se gana en instrumentos para manejar la emisión, la inflación, la tasa de cambio frente al dólar que se estaba convirtiendo en la principal, se avanza en un proceso que permite una relativa estabilidad de la economía hasta la década de los años 50.
Hay unas transformaciones en las que los bancos centrales de América Latina empiezan a adquirir funciones de fomento industrial y agropecuario que llevan a plantear la discusión de si estas entidades deben ser manejadas por el Gobierno, porque hasta ese momento el Banco de la República era propiedad de los bancos comerciales, pero con funciones públicas, por lo que, entonces, se cambia su esquema y se crea la junta monetaria, con lo cual las decisiones de política monetaria y las decisiones de istración de los fondos que manejan las toma el Gobierno.
¿Quién integraba esa junta?
Estaba compuesta por funcionarios públicos y presidida por el ministro de Hacienda, lo que era comprensible en ese momento, pero tuvo un gran problema y es que la emisión de dinero empezó a hacerse con criterios muy atados a las necesidades y problemas de los gobiernos, y el resultado fue un disparo de la inflación por encima del 32 por ciento en la década de los años 90.
Ahí es cuando viene una reforma más radical que convierte a la junta directiva en un órgano autónomo (1991) que no es ni del sector privado ni del gobierno de turno, lo cual no quiere decir que no sea del Estado, con un mandato claro de mantener la inflación baja. Esto ha funcionado bien porque desde ese momento esta empezó a bajar y a finales de esa década cayó al 16 por ciento. Con la crisis de 1999 bajó a un dígito y permitió que llegáramos alrededor de la meta de largo plazo del 3 por ciento hasta el choque fuerte de la pospandemia.
¿Qué lleva a abandonar la defensa de la tasa de cambio?
Con la crisis del sistema Upac (1999), el banco deja de defender la tasa de cambio específica o lo que llamábamos banda cambiaria. Se centra en mantener una meta de inflación con una estrategia de inflación objetivo y se inicia un papel muy importante de anclar la credibilidad en una meta establecida por el banco que se ajusta de forma gradual y se fija para el mediano plazo en 3 por ciento, nivel al que se llega en la segunda década de este siglo.
¿Bajo qué criterios el Banco emite dinero?
Se trataba de un secuestro extorsivo Foto:Archivo particular
En realidad nosotros emitimos todo el tiempo, pero solo lo que se requiere para mantener la tasa de interés de corto plazo (a un día) en niveles que ha predefinido la junta directiva y que se necesitan para lograr la meta de inflación. Sin duda, hoy se emite con criterios distintos a los del pasado, es decir, no porque el Gobierno necesite más plata o porque su déficit fiscal sea mayor y requiera dinero para financiarse, en ese caso debe buscarlo en los mercados como cualquier otro agente.
¿Los bancos centrales de otros países tienen tantas funciones como el de Colombia?
Hay actividades que son comunes a todos los bancos centrales, como por ejemplo, la istración de las reservas internacionales del país. Manejar esos recursos, que en Colombia llegan a 58.000 millones de dólares, permite adquirir conocimientos que le facilitan la istración de otro tipo de recursos del Gobierno, como los del Fondo de Ahorro y Estabilización (FAE) que se generan a través del sistema de regalías o los mineros para los entes territoriales. El Banco actúa también como prestamista de última instancia de la banca comercial, les presta a muy corto plazo cuando no tienen suficiente liquidez. Y tiene un papel importante de intervenir en el mercado de títulos de corto plazo.
Pero acá está muy ligado también a lo cultural...
Sí, tiene la función de guardián del patrimonio cultural, que fue algo que surgió por razones casuales, lo que adquirió dimensiones muy importantes por el desarrollo del Museo del Oro; la Biblioteca Luis Ángel Arango, la más importante del país; el apoyo a las artes, a la promoción de la música, que ahora se hace no solo en Bogotá sino en todas las sucursales del país. Eso fue algo que surgió de la historia misma del Banco, pero se consolidó con la Constitución del 91. Hoy esa labor cultural es muy reconocida y irada por otros bancos centrales que ven la calidad de lo que se hace.
¿Cuál ha sido el papel en las crisis financieras y económicas?
Como prestamista de última instancia en el contexto de la crisis (1999). Cuando muchos bancos quebraron y tuvieron que ser rescatados por el gobierno de turno pero este no tenía liquidez para salvarlos, entonces, el Banco facilitó los recursos con respaldo patrimonial del Gobierno y su credibilidad, lo que permitió una coordinación muy eficaz que evitó que esa crisis fuera mayor. Pero lo más importante fue que los recursos destinados a salvar a esas entidades se recuperaran plenamente con la venta de estos al sector privado.
El Banco dio un paso clave en su modernización con la construcción de la central de efectivo, ¿cómo le ha ido con esta?
La central de efectivo del Banco de la República, ubicada en la Avenida El Dorado con carrera 68, tardó una década en consruirse. Foto:El Tiempo / cortesía
El Banco tiene unas actividades que no son muy conocidas: las industriales, que ocupan un porcentaje muy grande la nómina de trabajadores. Estas incluyen la producción de monedas metálicas y billetes. Cada año se producen allí, más o menos, 1.000 millones de billetes y un número similar de monedas (en la fábrica de Ibagué), ambos de distintas denominaciones. Producir esas cantidades y ponerlas a disposición del público en cualquier ciudad o pueblo de Colombia es una actividad bastante compleja. La central está ubicada en la calle 26 con avenida 68, su construcción se inició en 1995 y tardó una década.
Mucha gente se pregunta qué pasa con los billetes viejos y deteriorados...
En su actividad industrial, el Banco está comprometido en hacer una producción cada día más limpia desde el punto de vista ambiental, y dentro de eso está el proceso de reciclaje de billetes viejos o deteriorados, los cuales destruye una vez los bancos comerciales se los hacen llegar. Al destruir ese papel se genera una materia o ripio que, en la medida que no dañe el medioambiente, se convierte en abono para ciertos cultivos.
¿El Banco sigue siendo una entidad en su mayoría manejada por hombres?
Sí, ahí hay unos sesgos históricos que diría no se han acabado de corregir, pero que los estamos tratando de equilibrar lo más rápido posible para que la mujer tenga un papel más protagónico sobre todo en cargos directivos, porque ellas representan un porcentaje más o menos igual al de los hombres en toda la estructura, pero hay que reconocer que en cargos directivos aún nos falta. Hemos avanzando para que haya mayor equidad de todos los géneros, lo cual nos mereció el sello Equipares que otorga el Ministerio del Trabajo. Hay dos mujeres en la junta directiva, Bibiana Taboada y Olga Lucía Acosta, y Marcela Ocampo, quien ocupa la gerencia ejecutiva.
Con la revolución tecnológica que se está dando en el mundo financiero, ¿cuál es el siguiente paso del Banco?
Estamos trabajando de forma intensa en el desarrollo de un sistema de pagos inmediatos plenamente interoperable, siguiendo experiencias exitosas en este frente, como las observadas en los últimos años en Brasil o en la India. Ese sistema contribuirá a acelerar el desarrollo de las transacciones electrónicas que ya existen en el país y a reducir por esa vía el uso de dinero físico. En cualquier caso, mientras exista demanda por billetes y monedas para hacer las transacciones, el Banco seguirá suministrando esos medios de pago.
Y cómo conmemorará el banco este centenario...
Vamos a sacar una moneda conmemorativa del centenario en octubre. Será de 20.000 pesos y a para evitar lo que nos ha sucedido con otras monedas conmemorativas que hemos sacado, como mla de la Pola. Con esta haremos una emisión suficiente, porque queremos que coleccionistas y muchas personas la puedan tener. No le puedo adelantar las características que tendrá, esas se conocerán más adelante, pero lo que puedo anticipar es que será una emisión generosa.