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Jugando al '5 y 6' con las revisiones de carros: análisis del Director de Motor
José Clopatofsky analiza artículo del Plan de Desarrollo que adelanta un año la técnico-mecánica.
¿Cada cuánto debes hacer la revisión técnico mecánica? Foto: iStock
Empecemos en orden. Están debatiendo un artículo del Plan Nacional de Desarrollo con el cual se busca adelantar un año la revisión técnico mecánica, de seis a cinco años, para los “carros nuevos”.
Lo primero es que un carro de cinco o seis años no es nuevo. Cabe más bien declararlo como menos viejo porque un vehículo deja de ser nuevo apenas le ponen las placas y las afectaciones que pueda sufrir por su adolescencia, madurez y vejez no se dan como en los humanos en años, sino en kilómetros de uso.
Por esa razón, y con toda lógica, los de servicio público deben pasar revisión a los dos años de la matrícula y este plazo ya es demasiado generoso pues muchos de estos, por ejemplo, un taxi, puede tener 100 mil kilómetros en un año y esa carga de trabajo amerita un chequeo externo de esas partes de seguridad al menos.
Ese adelanto del año es mucho más razonable aplicarlo a este tipo de automotores en los cuales hay pasajeros de por medio y sobre cuyos percances siempre se dice que hubo falla mecánica, argumento muy liviano para salir del paso en los accidentes en los cuales el número de afectados es exponencial por la cantidad de ocupantes que llevan, por ejemplo, los buses. Claro, en este mundo no se meten los parlamentarios, porque sería un tema altamente impopular y reductor de votos en este periodo pre electoral, así la inseguridad vial esté de por medio.
Volviendo al tema, citan los proponentes y contradictores variados argumentos, pero se resumen en pocas frases. Dicen que es para bajar la accidentalidad, contra lo cual otro grupo sostiene con total razón que esta generación de automóviles no es la mayor causante de accidentes sino son los más viejos, los que eluden las revisiones y transitan en malas condiciones mecánicas.
Ahí juega el dudoso argumento sobre las cifras de evasión de TRM y SOAT, que las confrontan y dramatizan contra el número de documentos existentes en las oficinas de los entes reguladores del tránsito, pero que distan mucho de la realidad del parque automotor efectivo pues muchos de esos registros corresponden a vehículos desahuciados, en patios, en talleres, abandonados y víctimas de muertes mecánicas sin certificado de defunción, por lo cual siguen vivos en las estadísticas.
Jezmi Barraza y Álvaro Monedero, representantes liberales. Foto:Cámara de Representantes
Pero ese es otro cuento en el cual se oye decir que hay seis millones de automotores evasores. Si es así, el debate es de control político ético al Ministerio del Transporte y las autoridades que deben ejercer la vigilancia por esa monumental negligencia y sería más útil que el anticipo de las revisiones.
Argumentan que ese adelanto de 12 meses en el chequeo de emisiones beneficiaría el medio ambiente, cuando en la realidad el 90 % o más de los carros modernos suelen tener sus sistemas siempre en orden y sus propios autocontroles electrónicos los bloquean cuando exceden las emisiones. Este argumento se debe esgrimir contra vehículos de generaciones previas a estas tecnologías, por lo cual es muy poco incidente la propuesta.
Jorge Iván González es filósofo de la Universidad Javeriana. Foto:Néstor Gómez. EL TIEMPO
Menos sustentable en ese aspecto es lo que el propio director Nacional de Planeación, Jorge Iván González, sostiene para darle el visto bueno al artículo: “Yo creo que está atado muy fuerte al tema de la transición energética y de la seguridad vial. La propuesta inicial que vino del Congreso era pasar de 6 a 4 años, pero se dejó en 5”, dijo en EL TIEMPO.
Lo de transición energética no encuadra en este tema, es un argumento distractor. Pero hay una razón técnica que sí apoya este anticipo y es que en nuestras vías el desgaste del vehículo es mucho mayor por su mal estado, insuficiente diseño y, en muchos casos, el uso abusivo de la capacidad mecánica de un vehículo en terrenos muy adversos. Este trato y condiciones en diferentes proporciones y niveles causan prematuros daños en las suspensiones, frenos y algunas partes estructurales que la RTM puede detectar y son incidentes en la accidentalidad.
Claro, sin caer en el despropósito que desembocó en una ley que obliga a los CDA a obtener una póliza de seguro que ampare al vehículo por un año a partir de la revisión, como si un peritaje de estos pudiera garantizar que en el siguiente kilómetro, día o mes no surja un daño que pueda causar un accidente, inclusive si no es por motivos mecánicas del vehículo. La técnico-mecánica solo puede dar un diagnóstico en el momento y en ciertos sistemas básicos de un vehículo y no puede amparar el uso futuro que se haga del automotor.
Esta disposición, que es ley aprobada, es el espejo sobre la forma como se juega con el funcionamiento del sector automotor, que debería regirse plena y seguramente por el Código Nacional de Tránsito. Pero este es un obsoleto reglamento que está a la espera de una actualización que el Ministerio del Transporte y sus agencias no han sido capaces de presentar en al menos los pasados diez años de anuncios.
Como existe este irresponsable vacío, pues en el Congreso todo el mundo puede meter mano para remendar, como es el caso de este seguro que se legisló sin que existan las pólizas, los cálculos de riesgos, la viabilidad y sobre todo, su esencia al tratar de responsabilizar a los CDA en situaciones que no les competen. Un absurdo.
Dicen los proponentes del “5 y 6”, los representantes Jezmi Barraza y Álvaro Monedero, ambos del Partido Liberal, que son ajenos a los efectos económicos de la propuesta. Por supuesto, no iban a decir otra cosa. Y aunque no tengan intereses en el tema, asunto que ya están hurgando los medios, no se puede obviar que los CDA adelantarán las visitas de los afectados por el recorte, operación que implica recibir unos 67 millones de pesos por su trabajo un año antes.
En la práctica, si eso se aprueba el primer efecto práctico es el que acabo de citar, pues para los dueños de carros “nuevos” es probable que ya no lo posean cuando se inicie su plazo para la RTM. O pagarla 12 meses antes, vistos desde hoy, no es algo que les cambie la vida, como tampoco en una medida visible e importante para la seguridad vial.
Es una propuesta imponderable, como lo fue el famoso “5 y 6”, que era el desaparecido sistema nacional de apuestas con los resultados de las carreras de caballos que probablemente muy pocos recuerdan y muchísimos no conocieron. Con la diferencia de que, en este juego, sí hay unos ganadores anticipados.