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Las pruebas que pasan en Tolemaida perros que estarán en operaciones militares
En el país hay 1.736 caninos que prestan servicio en antiexplosivos, rescate y detección de drogas.
Entrenamiento de perros en el Ejército. Foto: Sergio Acero. EL TIEMPO
Dos pastores belgas malinois: Shayna y Ulises, fueron desplegados a comienzos de febrero a Turquía, como parte de la misión del Ejército Nacional enviada para apoyar las labores de búsqueda de desaparecidos tras el terremoto de 7.8 grados que azotó a esa nación.
Shayna y Ulises fueron elegidos por su experiencia en atención de rescate, ya que han participado en intervenciones como las presentadas en el colapso del Edificio Space, en Medellín, la tragedia en Mocoa (Putumayo) provocada por una avalancha y en San Andrés y Providencia por los desastres que dejó el huracán Iota.
“Estos caninos tienen la habilidad y destreza necesarias para realizar búsqueda de personas en estructuras colapsadas y hacer la recuperación de estas”, señalaron fuentes de la institución.
Entrenamiento de perros en el Ejército. Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO
Caninos como estos hay 1.736 en todo el país, y se encargan de realizar labores de búsqueda y rescate de personas, desminado humanitario, identificación de sustancias explosivas y narcóticas y seguridad de instalaciones. Sin embargo, para que lleguen a este punto deben pasar todo un entrenamiento a cargo del Batallón de Ingenieros de Operaciones Especiales N. 90 del Comando de Ingenieros del Ejército Nacional, que se encarga de los procesos de reproducción, cuidado y enseñanza de los perros que se convertirán en compañeros de trabajo de todos los soldados.
En el Fuerte Militar de Tolemaida, ubicado en Nilo (Cundinamarca) está uno de los dos centros de reproducción canino del país en el que todo un grupo especializado de oficiales, suboficiales y soldados profesionales se encargan de entrenar en sus primeros meses a los héroes de cuatro patas para que luego puedan ser trasladados a un centro de transferencia canina para que cumplan con diferentes labores humanitarias y militares según sus habilidades.
De acuerdo con el coronel Suárez, comandante del Batallón de Ingenieros de Operaciones Especiales N.°90, grupo encargado del centro de reproducción canino, el objetivo de tener estos criaderos es lograr un relevo generacional de los perros, para que cuando lleguen a una edad determinada, que puede oscilar entre los 5 y 8 años, se retiren de sus funciones y tengan una vejez al lado de una familia adoptante o del soldado con quien compartió sus años de servicio.
Entrenamiento de perros en el Ejército. Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO
Hoy en día, según el manual de la Federación Cinológica Internacional (FCI), las razas de caninos que pueden reproducirse y acompañar funciones militares y humanitarias son el labrador retriever y el pastor belga malinois.
“Estos perros tienen unas características especiales sensoriales y adaptables a diferentes condiciones geográficas. Además, tienen en su instinto habilidades que son necesarias para las labores que realizarán. Por ejemplo, los labradores, que son perros del grupo número 8 según la FCI, son cobradores y levantadores de presa. Es decir, le lanzas un objeto, él lo trae. Esto no hay que enseñárselos, ellos ya vienen con el instinto”, señaló el sargento Jonathan Arcila, comandante del Centro de Reproducción Canina.
Por su parte, los perros de raza pastor belga son protectores y tienen un temperamento fuerte que los hace estar siempre pendientes de cualquier estímulo.
En Tolemaida, su crianza consiste en que desde el día 2 de su nacimiento y hasta el día 18, hay todo un programa de estimulación biosensorial en el que, por medio de estimulaciones táctiles, aeroespaciales y térmicas, los caninos empiezan a desarrollar sus habilidades tempranamente para que el entrenamiento pueda realizarse fácilmente.
El proceso del juego es fundamental en la crianza y en el desarrollo de un canino, y de acá parten todas las funciones y labores que realizan a lo largo de su vida militar. El lanzarle una pelota y que el perro la traiga es la base para que luego asocien olores y puedan después identificar narcóticos, sustancias explosivas y búsqueda de personas. Todo parte de una transición y asociación de olores.
“Los caninos son otros compañeros para nosotros, ellos madrugan con todo el batallón, hacen sus marchas y su acondicionamiento diario. Sin embargo, en lugares como Tolemaida, por el calor, los caninos solo hacen su acondicionamiento en horas de la mañana para cuidarlos de que les pueda dar un golpe de calor”, señaló el teniente Juan Camilo Castillo.
En el centro de reproducción canina existen dos pistas de entrenamiento, una para los cachorros que apenas harán un reconocimiento de sonidos y texturas, que consta de planchas en lata, botellas de plástico, redes y túneles pequeños y otra para caninos más grandes que están ad portas de graduarse de esta primaria para ir a los centros de transferencia, o bachillerato, en los que se especializarán en las labores que más se acoplen a sus habilidades.
Sin embargo, no todos los caninos logran graduarse de este colegio, hay algunos que por condiciones físicas o porque son carentes de alguna habilidad no pueden ir a los centros de transferencia a seguir con su carrera militar. Estos otros héroes de cuatro patas se quedan en otras dependencias para ser entrenados en seguridad de instalaciones, integraciones cívico-militares o eventos de acercamiento con las comunidades.
Ese fue el caso de Frank, un labrador amarillo que por tener displasia de cadera no pudo continuar con sus hermanos de camada para ir a los otros cursos de entrenamiento. Sin embargo, el sargento Arcila, quien fue uno de sus entrenadores en su crianza, quiso adoptarlo y hacerlo parte de su familia.
“Un perro no es algo que se pueda desechar y ya, ellos son nuestros compañeros, nuestros soldados de cuatro patas, y luego de que Frank no pasó los últimos exámenes debido a su condición física, este batallón quiso enseñarle otras labores para que se quedara acá, en donde sabemos que va a tener una buena vida. Ya luego que cumplió los 3 años, por su displasia de cadera, Frank se pensionó y yo empecé el proceso para adoptarlo”, explicó Arcila.
Frank es uno de los caninos más queridos del batallón, se presenta en actividades cívico-militares con uno de sus espectáculos estrella, que es buscar una tapa de plástico escondida en las manos de varias personas de la comunidad, en el que siempre da con la mano ganadora y se gana el cariño de todos los asistentes.
Centro de transferencia canina:
Los caninos que llegan a la segunda y última fase de entrenamiento, teniendo en cuenta su historial clínico, sus habilidades y personalidad, se clasifican en diferentes cursos para que se especialicen en una labor determinada, entre las cuales hay una especialidad básica de seis meses que consta de búsqueda de sustancias narcóticas, búsqueda de explosivos o seguridad de instalaciones; y una avanzada, de un año, en la que hay actividades de rastro e intervención, búsqueda y rescate, y desminado humanitario.
“En esta etapa los caninos se enfrentan a pistas de entrenamiento con mayor dificultad. Para los caninos que clasifiquen a la atención de desastres el Ejército tiene todo un pueblo hecho a tamaño real, con escombros y toda una puesta en escena para que el perro pueda desenvolverse en un escenario real”, explicó el teniente Castillo.
Una vez cumplen con el entrenamiento, acompañan a los batallones en sus diferentes labores militares y humanitarias que se despliegan por todo el país.
Entre las labores que pueden desempeñar los caninos está el incorporarse a los equipos de Explosivos y Demoliciones (EXDE), que, junto con su compañero humano de operaciones, son una de las partes claves para la identificación de sustancias explosivas y salvaguardar la vida del pelotón.
En palabras del capitán John Jiménez, comandante de la compañía de Ingenieros de Eliminación de Artefactos Explosivos, “un canino hace más patria que cualquier soldado. Él es quien nos dice si hay presencia de sustancias explosivas o no para luego hacer toda su neutralización. Si no fuera por estos caninos, el campesino no podría ir a coger sus cultivos porque estaría rodeado de minas o nuestros soldados no podrían transitar libremente por el territorio”.