En agosto, un atentado cada cinco días contra oleoductos: Eln sigue presionando al Gobierno para lograr ventajas en la mesa de la ‘paz total’

Sólo en el mes de agosto el Eln triplicó el número de atentados contra la infraestructura de petróleo y gas que había cometido en todo el año: van siete ataques desde que se rompió el cese bilateral del fuego hace 26 días (dos contra el oleoducto Bicentenario y cuatro contra el Caño Limón-Coveñas), lo que eleva a nueve el total de las acciones de ese tipo cometidas por dicha guerrilla en 2024.

(Lea: Lo que hay detrás del nuevo ciclo de violencia que golpea a Arauca: ¿qué buscan los grupos armados?)

La escalada terrorista amenaza el suministro de gas para miles de personas en Arauca en el nororiente del país y vuelve a poner al delicado ecosistema de la región en la mira de ese grupo guerrillero, que desde comienzos de la década de los 80 empezó a utilizar los atentados contra la infraestructura como presión para el pago de 'vacunas' a empresas del sector.

Cuatro décadas después, el mismo método criminal busca presionar al gobierno del presidente Gustavo Petro para que acceda a las demandas de la organización subversiva: salir de la lista de Grupos Armados Organizados (en la que comparten posición con las disidencias de las Farc y el ‘clan del Golfo’) y frenar el avance de los diálogos con el frente Comuneros del Sur, que se le rebeló al Comando Central del Eln y mantiene una mesa paralela de paz en Nariño.

El mes se cierra como arrancó: con esa guerrilla acudiendo a prácticas que van contra el Derecho Internacional Humanitario -DIH- para buscar ventajas políticas y estratégicas. A comienzos de agosto, fue el paro armado que confinó por nueve días a más de 50 mil personas en el sur de Chocó (y que provocó tres muertes indirectas debido a las amenazas a la movilidad) lo que fue visto como la estrategia de los ‘elenos’ para posicionarse en la mesa de la ‘paz total’. Ahora llegan con los renovados ataques 'contra el tubo'.

Por eso al país están volviendo imágenes como la de la gigantesca columna de humo y la explosión que  alarmaron este jueves 29 de agosto a los residentes de la vereda Villanueva en el municipio de El Carmen, en límites de Norte de Santander y Cesar, donde los guerrilleros realizaron el más reciente ataque contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas. 

Los ataques contra el oleoducto Caño Limón y el asesinato de José David Villa Solano, un joven soldado de 19 años que pertenecía al Batallón Especial Energético y Vial N.° 21 del Ejército en Norte de Santander, se contradicen con los recientes pronunciamientos de alias Antonio García, máximo jefe de ese grupo, quien, en su habitual tribuna -su cuenta de X-, manifestó que el grupo armado mantiene, supuestamente, la voluntad de paz.

Esta violenta arremetida ocurre en medio de la pausa más prolongada en la mesa de diálogos desde la reanudación de las conversaciones de paz, en noviembre de 2022, y menos de un mes después de que el cese del fuego entre el Gobierno y la guerrilla llegó a su fin.

Los analistas prevén que las acciones en contra de la Fuerza Pública y la infraestructura aumentarán como una forma de ejercer presión. Carlos Velandia, excomandante del frente 'Domingo Laín' del Eln, ya había anticipado que algo así podría ocurrir: “Se infiere que todas las estructuras y frentes del Eln serán 'liberadas' (en su accionar violento)", afirmó. 

Para Germán Valencia, del Grupo de Investigación Hegemonía, Guerras y Conflictos del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, este es un claro intento del Eln  por ejercer presión y buscar que el Gobierno ceda. “Están volviendo a viejas prácticas que se creían superadas para enviar un mensaje y mostrarse. Simbólicamente es muy fuerte porque atacan una actividad económica muy importante para el país y es sin duda un ataque directo a la economía del Estado. Sin embargo, es un muy mal mensaje para la ciudadanía que le apuesta a la paz. El Eln está apagando la paz”, manifestó el académico.

Frente a este panorama, desde la delegación de Gobierno han optado por guardar silencio, misma postura que han adoptado los voceros del Ejecutivo en los otros tableros de negociación que hoy están en crisis. Mientras tanto, la orden que tiene la Fuerza Pública es golpear a esa guerrilla en todo el territorio nacional (en Norte de Santander las tropas dieron de baja el miércoles a cuatro presuntos guerrilleros), si bien el Gobierno no se decide aún a utilizar el poderío aéreo contra los frentes elenos que se han hecho fuertes en varias zonas del país, incluso en medio de las negociaciones de la 'paz total'. 

Cifras abiertas divulgadas por el Ministerio de Defensa, con corte a julio de 2024, revelan que el año 2023 fue el de mayor número de atentados contra oleoductos en Colombia de los últimos cuatro años. Según esos datos, el año pasado se produjeron en total 37 acciones terroristas contra oleoductos, lo que representó un incremento del 85 por ciento con respecto a los 20 que se produjeron durante el 2022.

El dato de ese año también marcó el final de una tendencia a la baja que se venía presentando desde 2019 (71 atentados), 2020 (49 hechos), 2021 (31 casos) y 2022 (20 ataques).

El mes más crítico del 2023 fue abril, cuando se registraron un total de ocho ataques contra la infraestructura petrolera, y junio, con siete casos. 

El departamento de Arauca, con 23 casos, concentró el 62 por ciento del total de ataques a la infraestructura petrolera producidos en el 2023. Los hechos se produjeron principalmente en los municipios de Saravena (18 ataques) y Arauquita (5 ataques).

Los datos del Ministerio señalan que, con los nueve ataques que se han producido durante este 2024, ya son 1.299 atentados contra la infraestructura petrolera desde el 2007, año en el que esta cartera comenzó a hacer la medición estadística disponible en formato abierto. Eso significa un promedio de 71 actos terroristas de esta clase cada año.

Tras esta nueva ola de violencia terrorista contra la infraestructura petrolera, el pasado lunes el ministro de Defensa, Iván Velásquez, indicó que las Fuerzas Militares dispusieron el envío de más tropas para ejercer vigilancia sobre esta infraestructura y reforzar la seguridad en esta zona del país.

“Se van a intensificar los patrullajes para prevenir estos atentados que no solo atentan contra la economía, sino contra el medio ambiente. Además, se adelantarán las respectivas labores investigativas por parte de la Fiscalía”, dijo el ministro Velásquez.

Por su parte, el general Javier Hernando Africano López, comandante de la Tarea Quirón del Ejército, señaló que las tropas se desplegaron para brindar seguridad a los operarios que están reparando los daños cometidos contra el oleoducto.

“En el acto terrorista del pasado lunes en Saravena, Arauca, se reportó una afectación al medio ambiente e inclusive a los servicios básicos de energía en el sector. De esta manera, las acciones terroristas de este GAO continúan afectando a la población y civil y al medio ambiente”, reportó el oficial.

Inteligencia de la Fuerza Pública da cuenta que en la zona de Arauca delinque el Frente de Guerra Oriental del Eln, cuyo cabecilla es alias Pablito. Esta estructura está conformado por 13 subestructuras, destacándose la ‘Domingo Laín’, la ‘Efraín Pabón Pabón’ y el frente ‘José Daniel Pérez Carreño’.

Este frente tiene aproximadamente 600 hombres en armas y 640 personas que hacen parte del componente de redes de apoyo al terrorismo.

JESÚS BLANQUICETT Y CAMILO CASTILLO

Redacción Justicia y política