En una audiencia que se hizo a puerta cerrada, la defensa del funcionario de la Dian, Ómar Ambuila, jefe del Grupo Interno de Trabajo de Control de Carga en Buenaventura, quien fue enviado a prisión por delitos de contrabando, aseguró que los lujos que su hija ha exhibido en sus redes sociales no provienen de fuentes ilícitas, sino de su actividad como youtuber e influencer en las redes sociales.
Ambuila fue capturado el viernes junto con su hija Jenny Ambuila, y su esposa Elba Chará Gómez, tras ser vinculados a una investigación por los delitos de lavado de activos, favorecimiento al contrabando, enriquecimiento ilícito y concierto para delinquir.
La defensa de Ambuila hizo esta afirmación después de la polémica que se ha levantado por las fotos que Jenny Ambuila subía a sus redes sociales, en las que muestra un costoso estilo de vida.
Entre sus lujos están un Lamborghini rojo de más de 300.000 dólares que figura a su nombre, vehículo que fue una de las pistas que tuvo la Fiscalía para destapar la red de corrupción por la que hoy está preso su padre.
La joven, según la Fiscalía, no desempeña ninguna actividad económica y su padre, como funcionario de la Dian, no ganaba más de 10 millones de pesos, lo que pone en duda de dónde salió el capital para sufragar el excéntrico estilo de vida que llevaba la familia.
Además del costoso vehículo, en sus redes sociales Jenny Ambuila exponía viajes, su participación en festivales de música por todo el mundo, y compras en lujosas tiendas.
Jenny Ambuila estudiaba en una de las más costosas universidades de Estados Unidos y tendría a su nombre una camioneta Porsche blanca en la que se movía por las calles de Miami, en La Florida.
De acuerdo con la investigación, el envío de sumas de dinero a sus familiares en el exterior, era una de las modalidades para sacar del país las utilidades que lograban los capturados, provenientes de redes de contrabandistas para dejar pasar los contenedores llenos de mercancía ingresada ilegalmente al país.
Para ese fin, dice la Fiscalía, los de la organización también creaban empresas fachadas para intentar dar apariencia de legalidad a sus movimientos financieros.
JUSTICIA