Gilberto Rodríguez Orejuela fue un narcotraficante colombiano conocido en la década de los 80 y 90 por liderar al poderoso cartel de Cali, la organización criminal que en su momento llegó a controlar el 80 por ciento de los envíos de cocaína a los Estados Unidos.
La DEA lo vinculó desde 1976 con actividades de narcotráfico luego de confiscar 290 kilos de pasta de coca que salía de Perú a Colombia y que, según esa agencia, hacía parte de una operación financiada por Rodríguez Orejuela, junto a su hermano Miguel.
En septiembre de 1978 se descubrió una red de distribución de cocaína en Queens, en Nueva York, que según los informantes era controlada por Rodríguez Orejuela y a través de al cuál se importaron varias toneladas de drogas a ese país.
En su fachada Gilberto Rodríguez Orejuela contaba con varios negocios legales como cadenas de droguerías, emisoras radiales, inversiones en equipos de fútbol y hasta en la industria automotríz, todos ellos terminaron con serias implicaciones legales por su relación con la exportación de drogas.
Los Rodríguez Orejuela fundaron el cartel de Cali junto a José Santacruz y luego con la unión de Hélmer Herrera, con quienes crearon una estructura de producción y envío de drogas hacia Centroamérica y los Estados Unidos
La guerra con Pablo Escobar
A finales de los años 80 la buena relación que había sostenido con el cartel de Medellín, comandado por Pablo Escobar se resquebrajó y terminó en una cruenta guerra entre ambas organizaciones criminales, con atentados con carro bomba, como el del edificio Mónaco que ordenó Helmer Herrera, socio de Gilberto Rodríguez, quien a su vez fue declarado como objetivo militar por Escobar.
La pelea se dio por la manera cómo Escobar quería enfrentar la guerra contra el Gobierno por la extradición y las decisiones que tomaba de asesinar a altos dignatarios del Estado para generar terror frente a la posibilidad de enviar presos colombianos a los Estados Unidos.