Según el más reciente informe de la organización Transparencia Internacional, por primera vez en 11 años, Colombia mejoró en el Índice de Percepción de la Corrupción. Para el 2023, el país logró un punto más que el año anterior, con una evaluación de 40 sobre 100. Sin embargo, pese a la mejoría, aún queda mucho por hacer, ya que cualquier puntaje por debajo de 50 se considera un nivel de "gestión crítica".
Con el objetivo de avanzar en la lucha contra la corrupción, Transparencia Internacional recomienda implementar una Estrategia Nacional Anticorrupción, fortalecer las capacidades de los organismos de control y de justicia, y gestionar los efectos nocivos de la corrupción no solo en la pérdida de los recursos públicos y la vulneración de los derechos humanos, sino en ámbitos como el medio ambiente. Todo esto enmarcado en el establecimiento de un liderazgo ético, desde el nivel más alto del Gobierno, pero extendiendo el alcance también al sector privado.
Una muestra de este compromiso fue la participación voluntaria de 17 empresas del país en la Medición de Gestión Empresarial de Riesgos de Corrupción, desarrollada recientemente por Transparencia por Colombia. Esta herramienta se encarga no solo de evaluar cómo las empresas abordan la corrupción desde sus estructuras internas, sino también cómo se alinean con los estándares internacionales más rigurosos.
El listado de las 17 participantes abarca desde grandes corporaciones hasta medianas empresas, todas comprometidas con el reto de enfrentar los riesgos de corrupción y contribuir a un entorno empresarial más ético y transparente, destacándose entre ellas Bavaria, Carvajal, Corona, Grupo Argos, Nutresa, Movistar, Colpatria y Compensar.
La metodología empleada para la medición contempló diferentes variables, distribuidas en siete grandes categorías: gestión de relacionamiento; sistemas de reporte y denuncia de hechos de corrupción; gestión de proveedores y contratistas; disposición de información para grupos de interés; recursos humanos; gobierno corporativo y control de gestión.
Según los resultados de la medición, el nivel de avance de las empresas es satisfactorio, con una calificación promedio del 73 por ciento, lo cual refleja importantes esfuerzos de cara a la prevención de riesgos, cumpliendo con los preceptos legales para la prevención, detección, control y reacción frente a los posibles riesgos de corrupción. Sin embargo, el estudio también planteó una serie de oportunidades de mejora, sobre todo en la implementación de lineamientos para la protección al denunciante, aspecto en desarrollo en la mayoría de las compañías evaluadas.
Gestión y mitigación de riesgos
Faisuly Rodríguez, gerente de Riesgo y Cumplimiento de Compensar, una de las empresas que aceptó el desafío de evaluar sus políticas contra la corrupción, comentó que participar en este tipo de iniciativas les ayuda a las organizaciones a prevenir, detectar, sancionar y evitar la ocurrencia de riesgos y hechos corruptos.
“En nuestro caso, nos permitió conocer las fortalezas de las estrategias que implementamos en el día a día y también las oportunidades de mejora, para seguir aportando valor a nuestros stakeholders, con efectos sobre nuestra credibilidad, confianza y reputación corporativa”, aseguró.
En el informe, Compensar obtuvo una calificación satisfactoria, muy cerca del nivel óptimo, destacándose, entre otras cosas, por su programa de Ética y Transparencia, que incluye un protocolo para proteger a quienes presentan una denuncia, de manera que puedan confiar en que se gestionará de manera efectiva.
“Celebramos los buenos resultados, que reflejan la toma de decisiones justas, honestas y orientadas al mejoramiento de las condiciones de la organización y de quienes hacemos parte de ella, además de la apropiación de una cultura basada en relaciones de confianza con nuestros grupos de interés, donde la ética y la transparencia son elementos vitales”, agregó Rodríguez.
En el corto y mediano plazo, la entidad planea seguir fortaleciendo las oportunidades de mejora identificadas en la medición, así como compartiendo y aplicando buenas prácticas que le permitan robustecer su programa de ética y transparencia.
“Cuando las empresas promovemos este tipo de prácticas, incentivamos también la generación de hábitos de transparencia que se extienden más allá de los límites de la organización y terminan por impactar la vida de cientos de ciudadanos, contribuyendo de esta manera a la generación de una cultura de integridad y honestidad que se refleje en todas las esferas de la sociedad, y, por ende, en el bienestar del país”, concluyó Faisuly Rodríguez, gerente de Riesgo y Cumplimiento de Compensar.