La Sergio Arboleda, primera en dictar clases en el metaverso

Miguel Ángel Sánchez se sienta en el sofá de su casa, enciende su computador y desde la pantalla dirige los pasos de su otro Miguel, el virtual, hacia el aula de clase dentro de la Universidad Sergio Arboleda. Antes de arribar a su clase de neuropedagogía, atraviesa por la cafetería donde aprovecha para comprar un café y saludar a su compañera. Todo a un solo clic.

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Así funciona el Metaverso Sergista, el mundo virtual universitario de la Sergio Arboleda que ha revolucionado la manera de enseñar y aprender, en donde gracias a la realidad virtual los estudiantes pueden recibir clases, hacer foros, tomar un café virtual, visitar la biblioteca, jugar baloncesto en la plazoleta, interactuar con sus compañeros y, por si fuera poco, ver las estrellas desde el observatorio.

“Desde hace dos años, aproximadamente, aprovechamos la crisis de la pandemia para innovar con pedagogía digital, ya que todos los estudiantes debían recibir sus clases en remoto. Fue así como nos pusimos el reto de impartir algunas clases 100 por ciento en el metaverso”, explicó Sergio Rodríguez Jerez, decano de la Escuela de Educación de la Institución.

La diferencia entre remoto y realidad virtual, según el decano Rodríguez, es que la enseñanza remota es con plataformas de viodeoconferencia, mientras que la realidad virtual es aquella con la que, en vez de estar frente a una pantalla plana, los estudiantes pueden tener clase en 360 grados, incluso con animaciones y con experiencias inmersivas. Esta incursión se hizo con estudiantes de postgrado y ya se trabajaba llevar más clases y carreras a este nuevo mundo.

“La gran ventaja del metaverso es que es infinito para el mejoramiento didáctico. Ver a un docente orientando su clase a través de un avatar fue una experiencia diferencial, novedosa y transcendental dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje que estamos viviendo. Una cosa es ver una clase de neurotenología, por ejemplo, en la que el profesor dibuja o pone una diapositiva del cerebro, y otra cosa es que en la realidad virtual se vea exactamente cómo funciona el cerebro en tres dimensiones y con una experiencia interactiva”, explicó Rodríguez.

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Como resultado de la integración del metaverso en el proceso de formación de los Sergistas, ya hay alumnos que aseguran sentirse en otra dimensión o, incluso, hay otros que señalan que este solo es el primer paso para que la institución se posicione como la universidad del futuro a nivel mundial.

“Tú estás en una realidad virtual en donde recreas escenas de una clase de una manera más profunda y directa. Uno aparece con su avatar, que sigue tus movimientos, tus gestos. Es una universidad nueva, es una estrategia didáctica porque uno entra a un nuevo mundo y el metaverso te ayuda a mejorar esos procesos de aprendizaje e interacción con otros. Esto es como cambiar de dimensión, es el futuro del que tanto nos hablaban y nos mostraban en películas, y poder vivirlo es una experiencia muy enriquecedora y gratificante”, expresó Miguel Ángel Sánchez, psicólogo profesional y estudiante de último semestre de la Maestría en Educación de la Sergio.

Durante las clases los estudiantes pueden ir tomando notas de lo que ven y escuchan, pues cuentan con un blog que hace las veces de cuaderno. Posteriormente tienen la opción de compartir y modificar dichos apuntes con los compañeros, permitiendo enriquecer las notas de clase propias o las de los otros alumnos.

Para Sánchez, de 48 años, lo más sorprendente del metaverso ha sido la forma en que ha logrado activar sus sentidos, pues, asegura, este mecanismo de aprendizaje le permite poner más atención a cada clase ya que siempre hay algún recurso que mantenga activo el cerebro.

“La parte emocional y sensorial se activa al momento de involucrarse con estos entornos virtuales, con los compañeros y con el docente. Todo ayuda a captar mejor la atención. En una clase normal o virtual convencional uno se dispersa fácilmente, hay fallas de sonido o a algunos les da pena mostrarse y activar la cámara, mientras que en el metaverso todos tus lóbulos del cerebro están activos, especialmente el occipital que es el de la visión, porque estás más atento a la virtualidad. Esto es una herramienta muy enriquecedora para mi aprendizaje”, relató.

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El hecho de poder crear a su propio Miguel Ángel Sánchez virtual, gracias a un avatar casi que idéntico, “le da un valor agregado a toda la interacción, pues, sientes, incluso, más cercanía con el mundo, porque cuando uno entra a la universidad y logra identificar a sus compañeros, gracias a la similitud que hay entre el avatar y la realidad, es algo bonito y agradable”.

Para acceder al metaverso Sergista solo se requiere de un computador, entrar al metaverso Altspace de Microsoft y ahí escribir el nombre de la Universidad Sergio Arboleda, donde podrá crear su avatar que resulta de tomar una foto para quedar lo más parecido posible.

“Son muy pocos los rasgos que puedes modificar, quizás algunos rasgos faciales, pero el sistema te toma una foto y el avatar se acomoda a esa foto, entonces no hay forma de crear algo que no eres”, indicó Sánchez.

Hoy por hoy, las instalaciones físicas de la universidad Sergio Arboleda, tal como están en Bogotá, se encuentren en la realidad virtual y construidas en el metaverso. “Somos pioneros en Colombia. Eso permite que la universidad pueda consolidarse como metarversidad, es decir, una universidad que esté en el metaverso”, detalló el decano de la Escuela de Educación de la Institución.

Como logros, ya destacan que en la institución se imparten clases, se realizan foros académicos y se diseñan experiencias de aprendizaje para mejorar la enseñanza, todo a través de ese nuevo mundo. El reto que ahora tiene la Universidad Sergio Arboleda es que “los estudiantes puedan tener todo el proceso istrativo en el Metaverso, como pagar y tener el servicio de bienestar. Ya estamos trabajando para hacerlo posible”, concluyó Rodríguez.