En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
¿Por qué preocupa que Corea del Norte defina a Seúl en la Constitución como 'enemigo'?
Jong-Un asegura que Corea del Sur es el 'Estado más hostil' y que ya no cabe una 'reconciliación'.
Líder norcoreano Kim Jong Un habla en una sesión de la Asamblea Popular Suprema. Foto: KCNA / AFP
El líder norcoreano, Kim Jong-un, anunció este martes que quiere inscribir en la Constitución a Corea del Sur como principal enemigo nacional, así como la necesidad de invadirla y anexionarla en caso de guerra.
Pionyang también cerró este martes varias agencias que trabajan por promover la cooperación y la reunificación con Corea del Sur, aumentando las tensiones en la península.
En la primera jornada de la actual sesión parlamentaria celebrada el lunes, Kim insistió en que la Carta Magna debe reflejar que el vecino es el "Estado más hostil" y que con él que ya no cabe "reconciliación ni reunificación", mensajes que instó a interiorizar en el plano educativo o militar.
"En mi opinión, podemos especificar en nuestra Constitución la cuestión de ocupar, subyugar y recobrar completamente la República de Corea (nombre oficial del Sur) y anexionarla como parte del territorio de nuestra República en caso de que estalle una guerra", dijo Kim en una larga alocución reproducida por la agencia KCNA.
"Hoy la Asamblea Popular Suprema pone fin a casi 80 años de relaciones Norte-Sur y legisla nuestra nueva política para el Sur", clamó el mariscal, sugiriendo la materialización de un cambio fundamental en materia diplomática que se ha ido fraguando tras el fracaso de la cumbre sobre desnuclearización de Hanói de 2019.
Si la República de Corea viola ni siquiera 0,001 milímetros de nuestro espacio será considerado una provocación de guerra
El mandatario norcoreano también señaló que no reconocerán la frontera marítima de facto entre ambos países y amenazó con una guerra abierta si Seúl viola "ni siquiera 0,001 milímetros" de su territorio.
"Si la República de Corea viola ni siquiera 0,001 milímetros de nuestro espacio terrestre, aéreo y marítimo, será considerado una provocación de guerra", agregó.
Recientemente, el líder norcoreano había definido a Seúl como el "principal enemigo"
del país y había asegurado que los intentos de reconciliación eran "un error".
Las nuevas medidas son una muestra de lo que muchos expertos ven como un giro estratégico y diplomático cada vez más profundo y peligroso en la Península de Corea.
¿Por qué se agravaron las relaciones y qué viene ahora?
Kim Jong Un habla durante una sesión de la Asamblea Popular Suprema. Foto:KCNA / AFP
¿Qué aumentó la tensión en Corea?
En sus Constituciones, tanto el Norte como el Sur reivindican su soberanía sobre toda la península. La República Popular Democrática de Corea y la República de Corea (los nombres oficiales del Norte y el Sur) fueron fundadas hace 75 años, pero todavía se consideran mutuamente entidades ilegales.
Además, se encuentran técnicamente en conflicto puesto que las hostilidades de la guerra de Corea (1950-1953) terminaron con un armisticio, pero nunca llegó a firmarse la paz entre ambos países.
Hasta ahora, las relaciones entre ambas eran gestionadas por el Ministerio de Unificación en Seúl y el Comité para la Reunificación Pacífica en Pyongyang, una de las agencias abolidas por la asamblea norcoreana esta semana.
"Los dos Estados más hostiles, que se encuentran en guerra, están ahora en una aguda confrontación en la península de Corea", afirma un texto aprobado por el Parlamento, según KCNA. "La reunificación de Corea nunca puede alcanzarse con la República de
Corea del Norte disparó unos 200 proyectiles de artillería en aguas frente a su costa occidental la mañana del 5 de enero, hacia la isla Yeonpyeong del Sur. Foto:EFE/EPA/JEON HEON-KYUN
Las relaciones entre las dos Coreas se deterioraron en el último año, con la suspensión de un acuerdo militar firmado en 2018 para contener las tensiones en la frontera después de que Pyongyang lanzó un satélite de espionaje.
Desde entonces, la tensión no ha parado de crecer. Durante la reunión anual del Comité Central Partido de los Trabajadores de Corea a finales de 2023, Kim amenazó con un ataque nuclear contra el Sur y ordenó reforzar el arsenal militar de su país para una "guerra" que podría "estallar en cualquier momento".
El domingo, el aislado país comunista lanzó un misil hipersónico de combustible sólido, en la primera prueba armamentística de Pyongyang que se da a conocer este año.
Días antes, Corea del Norte llevó a cabo unos ejercicios militares con fuego real cerca de la tensa frontera marítima con Corea del Sur, que llevaron a Seúl a movilizar maniobras de sus propias tropas y a evacuar algunas islas cerca de la divisoria.
A finales del año pasado, Pyongyang consiguió poner en órbita un satélite de espionaje que prendió las alertas a nivel internacional.
¿Por qué preocupa el aumento de las tensiones?
El discurso del líder norcoreano y las nuevas medidas que plantea no solo suponen una nueva muestra de la dialéctica hostil que el régimen ha intensificado en las últimas semanas, sino también, en opinión de los expertos, otro hito más dentro del profundo giro estratégico y diplomático por el que parece estar optando Pionyang desde el fracaso en 2019 de las negociaciones sobre desnuclearización con Estados Unidos.
Desde entonces, el régimen ha apostado por modernizar su ejército, rechazar ofertas de diálogo y acercarse más a Pekín y Moscú, con quien ha intercambiado armas, mientras que Seúl y Washington han reforzado sus mecanismos de disuasión y su cooperación militar lo que ha llevado a la península a nuevas cotas históricas de tensión.
La Península de Corea vive su situación más peligrosa desde principios de junio de 1950
Un inquietante artículo publicado en la web 38North el pasado jueves por dos eminencias estadounidenses, Robert Carlin, partícipe en incontables negociaciones con Pionyang, y Siegfried Hecker, testigo de excepción de los avances del programa nuclear norcoreano, asegura que "la Península de Corea vive su situación más peligrosa desde principios de junio de 1950 (cuando empezó la Guerra de Corea)".
"Puede que suene demasiado dramático, pero creemos que, al igual que su abuelo en 1950, Kim Jong-un ha tomado la decisión estratégica de ir a la guerra", arranca el texto.
Ambos argumentan que Kim ha abandonado la línea que ha guiado la estrategia exterior norcoreana en las últimas tres décadas -normalizar lazos con Estados Unidos- al considerar que toda opción está agotada y que, por ello, el lenguaje belicista y hostil que Pionyang ha intensificado desde 2023 no es "bravuconería".
Lanzamiento del cohete portador Chollima-1 que transporta el satélite de reconocimiento Malligyong-1. Foto:North Korean Central News Agency/Efe
La reciente alocución de Kim pareció validar algunos de sus argumentos, ya que además de disolver toda organización de intercambio civil con el Sur, abogó por una serie de gestos sin aparente vuelta atrás como cercenar las líneas férreas que conectan las dos Cores hasta dejarlas en "un nivel irrecuperable" o destruir el Arco de la Reunificación, un icónico monumento a la entrada de Pionyang.
El líder reconoció, además, que el entorno de su país "se ha vuelto hoy la zona más peligrosa del mundo" bajo amenaza de "guerra", vocablo que repitió una quincena de veces.
La decisión del expresidente estadounidense Donald Trump de no aceptar la propuesta norcoreana de desarme y levantarse de la mesa en Hanói generó, en opinión de Hecker, Carlin y otros expertos, una humillación y desconfianza en Kim y el régimen que puede llevar décadas revertir.
A esto se suma un panorama global que se ha vuelto desde entonces más multipolar, con EE. UU. forzado a diversificar aún más sus esfuerzos diplomáticos en conflictos cada vez más numerosos y preocupantes.
Y muchos son los analistas que creen que una hipotética victoria de Trump en noviembre y una nueva oferta suya de diálogo no cambiarían nada para Kim, desairado por el desplante y más cómodo buscando apoyos en otro paria internacional deseoso de cooperar económica y militarmente como es Rusia y sabiendo que el músculo bélico chino es un garante cada vez más sólido.
¿Cómo responde Corea del Sur?
Tras las declaraciones del Norte, el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, advirtió que Seúl "castigará con mucha más dureza" a Pionyang en caso de ataque.
"Si Corea del Norte nos provoca, los castigaremos con mucha más dureza", afirmó Yoon durante una reunión de su Gabinete celebrada en Seúl, según informó la Oficina Presidencial.
"La convencional táctica de paz disfrazada que amenaza con elegir entre la guerra y la paz ya no va funcionar", añadió el presidente conservador sureño, en aparente referencia a las políticas conciliadoras de anteriores Gobiernos liberales en Seúl.
"La falsa paz que ganamos al ceder ante las amenazas de provocación solo va a suponer un peligro mayo para nuestra seguridad", añadió el presidente sureño.
El presidente Yoon Suk adelanta una visita de Estado de seis días a los Estados Unidos. Foto:EFE
Lo cierto es que Corea del Sur y EE. UU. parecen fiar su estrategia al creciente despliegue de unas armas estratégicas muy superiores a las del régimen, confiando en que se dé por disuadido y en que, tarde o temprano, pueda querer volver a negociar.
Esta última posibilidad la defienden algunos expertos surcoreanos, que ven en esta dialéctica hacia el Sur un intento de enardecer la ira contra el enemigo para crear más cohesión interna en tiempos de penuria y una señal de que Pionyang ya no ve en Seúl -donde gobierna un conservador que prioriza mostrar músculo- a un interlocutor útil para tratar con Washington.
Sean cuales sean las verdaderas intenciones del hermético país, el caso es que el panorama en la península, donde hoy el armamento desplegado es mayor, más sofisticado y más destructivo que cuando Trump y Kim intercambiaban insultos y amenazas, no invita a hacer apuestas de riesgo.