En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Número de colombianos indocumentados en EE. UU. se habría duplicado en últimos 3 años
Diego Chaves-González, del Migration Policy Institute, sobre la ola de colombianos en EE. UU.
El programa de reunificación familiar de colombianos que acaba de anunciar EE. UU. podría estar comenzando a dar resultados. Al menos eso piensa Diego Chaves-González, director senior para la iniciativa de América Latina y el caribe en el Migration Policy Institute (MPI), que acaba de publicar una radiografía muy completa sobre la diáspora colombiana en este país.
Según Chaves-González, el programa podría ser una de las explicaciones en el marcado descenso de arrestos de connacionales en la frontera durante el mes de junio que documentó este martes la agencia para Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (B).
Otros factores, como el temor a ser deportado sin posibilidad de volver a EE. UU. por más de 5 años, también podrían estar influyendo en la disminución de un tráfico que ha batido todos los récords previos en estos últimos 18 meses.
Chávez-González anota, no obstante, que el número de indocumentados colombianos en EE. UU. se habría duplicado en estos tres años y que sigue siendo urgente desarrollar políticas integrales y seguras que ofrezcan vías legales frente a la población de migrantes.
Diego Chaves-González, director senior para la iniciativa de América Latina y el caribe en el Migration Policy Institute (MPI). Foto:Migration Policy Institute
El instituto donde usted trabaja, el Migration Policy Institute (MPI), acaba de publicar una completa radiografía sobre los colombianos que viven en Estados Unidos. ¿Por qué decidieron hacer este ejercicio?
Es rutinario que hagamos este tipo de evaluaciones y esta vez le tocó el turno a los colombianos. En la embajada de Colombia en Estados Unidos también querían tener algunos datos y algo de información al respecto. Una cosa llevó a la otra y simplemente decidimos hacer este barrido de datos de los colombianos en los Estados Unidos. Ojalá que sirva para la toma de decisiones.
Sabemos que el gobierno colombiano actual tiene una agenda en su plan nacional de desarrollo con respecto a la diáspora colombiana que está en el exterior. Y por lo que nos compete a nosotros desde el MPI, desde un centro de pensamiento que está basado en los Estados Unidos, pues queremos contribuir un poco con esa conversación.
El estudio trae muchas revelaciones. ¿Por qué no nos cuenta cuáles fueron las que más le llamaron la atención?
Según los cálculos que nosotros hicimos, hay alrededor de 1.8 millones de migrantes de origen colombiano que se encuentran viviendo en los Estados Unidos. Estas cifras incluyen tanto a los inmigrantes que llegaron desde Colombia, conocidos como los inmigrantes de primera generación, así como a sus hijos nacidos en los Estados Unidos, los colombianos de segunda generación, que son más o menos 760.000 personas.
Frente a los migrantes de primera generación (1.1 millones), el 62 por ciento son personas documentadas, mientras que el 38 son indocumentados. Aquí vale la pena destacar que ha habido un crecimiento considerable por parte de la población colombiana en las últimas décadas.
Frente a la categoría de migrantes documentados, hay un 76 por ciento que han sido naturalizados y el restante 24 por ciento corresponde a la población documentada que cuenta con algún tipo de visa temporal, green card o estatus de refugiado.
Migrantes en la frontera horas antes del fin del Título 42. Foto:EFE
Y frente a la cifra de migrantes indocumentados, que para el año 2019 se calculaba más o menos en 171.000 personas, nos parece interesante mencionar que entre 2020 y 2023 han entrado al país cerca de 194.000 migrantes.
Es decir, la cifra de población indocumentada es más o menos de 350.000 personas. Esa cifra se ha duplicado en los últimos tres años y es un tema muy importante para considerar.
En general ustedes concluyen en el reporte que la diáspora colombiana es una de las que más ha crecido en la historia reciente. De hecho, la población se ha sextuplicado en los últimos 40 años. Pero viene creciendo a un paso acelerado en esta última década. ¿Qué cree que ha jalonado esta tendencia?
No podemos desconocer que hay una realidad económica en América Latina que ha generado un proceso de movilidad humana relativamente considerable
Lo que voy a decir no está basado en evidencia, sino más bien es un análisis de lo que hemos observado con respecto también a otros flujos migratorios. No podemos desconocer que ha habido un movimiento muy fuerte de población venezolana en todo el hemisferio. No podemos desconocer el hecho de que muchas de las personas que salieron de Venezuela eran familias mixtas, venezolanas, colombianos.
No podemos desconocer tampoco el hecho que los venezolanos que se asentaron en Colombia echaron raíces, tuvieron parejas y luego decidieron, ya con esa pareja conformada y consolidada, migrar hacia el norte. Y no podemos desconocer que hay una realidad económica en América Latina que ha generado un proceso de movilidad humana relativamente considerable. El tapón del Darién se llamaba tapón porque impedía el paso. Esa ya no es la realidad de hoy en día, ya no es un tapón. Es un corredor de movilidad de personas. Entonces, creo que esa es la conjugación de varios elementos que hacen que la población colombiana o que el porcentaje de población colombiana del que me estaba refiriendo ahora, la de indocumentados, se haya duplicado.
Otro fenómeno es la violencia, por supuesto. Pero allí tocaría hilar mucho más fino y mirar exactamente de dónde está saliendo la población en Colombia. Y para eso no tenemos todavía los datos suficientes que nos puedan explicar este fenómeno. Y por supuesto, digamos, hay un tema muy fuerte que se mostró en el 2022 y en el 2023, que fue un tema de desaceleración económica para los países en América Latina que dejó a muchas personas en una situación muy vulnerable y que, dado estas aperturas de nuevos corredores de movilidad, como por ejemplo lo que mencionaba del Darién, permitió mayor volumen de personas moviéndose en Sudamérica hacia los Estados Unidos y hacia otras partes.
El río Muerto es la primera ruta que guía a los migrantes hasta el otro lado de la frontera. Deben cruzar varios ríos a lo largo del trayecto. Foto:EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda
No lo menciona como una de las razones, pero ¿qué tanto cree que influyó en esta ola el hecho de que México, por ejemplo, ya no está exigiendo visas a los colombianos y por lo tanto ahora pueden comprar un tiquete aéreo hacia este país y desde allí a la frontera con EE. UU.?
Algo que nos ha mostrado la migración es que cuando se generan mayores restricciones empiezan a proliferar mecanismos de migración irregular. Las personas que tienen la intención de emigrar lo hacen, bien sea por vías legales o no legales. De alguna manera, por supuesto, la migración que hemos visto de muchos colombianos en la frontera sur de los Estados Unidos es de clase media. Lo que puede dar cuenta de lo que usted muy bien menciona.
Las personas que tienen la intención de emigrar lo hacen, bien sea por vías legales o no legales.
Pero no creo realmente que la decisión de migrar se vea únicamente afectada por este fenómeno de quitar una restricción y entonces, por ende, todo el mundo se va a mover. Creo que la gente lo va a hacer indiferentemente o indistintamente de si encuentra los caminos legales o no los encuentra.
Y eso lo hemos visto en otros momentos en el hemisferio. Se ponen restricciones y la gente empieza a moverse por trochas. Creo que hay que buscar un balance entre una cosa y la otra para no generalizar.
El gobierno de Gustavo Petro ha venido tratando de empujar algunas iniciativas para intentar promover la migración legal a EE. UU. y la regularización de colombianos en ese país. La semana pasada, por ejemplo, el Departamento de Seguridad Interna anunció el inicio de un Programa de reunificación familiar para colombianos. ¿Qué tan importante es?
Yo creo que la embajada de Colombia en los Estados Unidos está haciendo una labor muy interesante de velar, por un lado, por los derechos de la población colombiana que está en los Estados Unidos. Específicamente la población que está de manera indocumentada, que tiene alguna orden, por ejemplo, de deportación. Y yo creo que ha habido un esfuerzo de recalcar algunos temas y de trabajarlos con el gobierno de los Estados Unidos, y eso me parece que es algo interesante.
La reunificación familiar es parte de la presión que ha hecho el gobierno colombiano sobre la istración Biden. Y pues presión implica también negociación, implica diálogo. Y creo que en este momento hay una buena base para sentar ese diálogo, más allá de las decisiones específicas de reunificación familiar. De todas maneras es muy importante y podría explicar, en parte, por qué ha disminuido la migración en este último mes.
Hay una agenda de trabajo que se quiere hacer tanto con la istración de Estados Unidos como con la población migrante que está fuera de Colombia. Y aquí, digamos, el plan nacional de desarrollo, así como otras reformas que cursan por el Congreso, quieren de alguna manera tratar de conectar la diáspora colombiana con esas grandes transformaciones a las que les está apuntando el actual gobierno nacional. Y eso parece que es un tema interesante: conectar la agenda migratoria con las grandes apuestas de desarrollo que tiene el país. No solo con los colombianos que están en los Estados Unidos, sino también con la población venezolana que está en Colombia. Conectar esos mundos con el desarrollo, con las apuestas de desarrollo que tiene el país, es importante.
Reunificación familiar de colombianos en Estados Unidos. Foto:Archivo Particular
El gobierno también está empujando otras iniciativas, entre ellas que se conceda un DED o "deportación diferida" a los colombianos que se encuentran de manera irregular en EE. UU. ¿Que tan viable lo ve?
Muy poco viable que EE.UU. lo conceda. Yo pienso que la embajada está haciendo una gran tarea al visibilizar la situación que hay en este momento para muchos colombianos en los Estados Unidos. Pero no creo que el DED sea la mejor apuesta para hacerlo.
Yo, digamos, no soy un experto en política migratoria en los Estados Unidos, pero sí he podido hablar con algunos colegas de nuestro programa de Estados Unidos y este tipo de programas como el DED se han utilizado más para países en donde el retorno es muy difícil, porque son estados inviables.
Me parece interesante que se estén buscando alternativas para la población colombiana, como s de vías legales para los colombianos en los Estados Unidos, y eso creo que es algo que hay que seguir apoyando, hay que seguir impulsando ese tipo de mecanismos y hay que seguir trabajando en posibles vías.
También quieren entrar en el llamado "visa waiver program", que exime a los ciudadanos de otros países del requisito de visa para poder ingresar a EE. UU. ¿Qué posibilidades le ve?
Eso es un tema de años. Es un ejercicio que empieza hoy y que puede que en un par de gobiernos veamos los resultados de lo que empieza a cosecharse a partir de ahora. Para calificar para ese tipo de programas tiene que llegarse a un umbral de rechazo de visas específico y en este momento Colombia dista mucho de poder alcanzar ese umbral. Entonces primero hay que bajar ese número de rechazo. Algo de eso se hizo en el gobierno de Juan Manuel Santos y con Europa. Es algo que toma tiempo y no produce resultados inmediatos. Pero si se trabaja sobre una agenda bilateral, como pienso que se está trabajando ahora, podrían cosecharse los beneficios de estos diálogos más a futuro.
Visa a Estados Unidos. Foto:iStock
Pasemos a hablar de las cifras de la B que publicaron este martes. Durante el mes de junio se registró un tremendo desplome en la cantidad de colombianos llegando a puestos fronterizos: de casi 19.000 en mayo, a poco más de 5.000 en junio. ¿Qué lo explica?
En parte pudo haber influido la promesa del programa de reunificación familiar. Pero hay otros. Con el fin en mayo del llamado Título 42 ha crecido el temor.
¿Arriesgo mi vida para cruzar hasta los Estados Unidos, invierto una serie de recursos para cruzar a los Estados Unidos y si me deportan no puedo volver a entrar durante los próximos cinco años o más? Creo que ese tipo de cálculo racional que está haciendo el individuo en este momento de alguna manera ayuda a que esos números estén bajando cada vez más.
San Ysidro, California, frontera entre Estados Unidos y México. Foto:AFP
Hay que seguir trabajando en la expansión de vías legales para entrar a los Estados Unidos, así como para entrar a cualquier país en el hemisferio. Creo que hay que seguir tratando de montar una agenda alrededor de eso, una agenda que involucre al sector privado, que involucre a otros actores más allá de los gobiernos, que el diálogo trascienda el ejercicio de los gobiernos y que empiecen a dinamizarse un poco los temas de movilidad humana.
Es curioso lo que dice, pues la expectativa era que con el fin del Título 42 se iba a presentar un tsunami migratorio hacia EE. UU. y está pasando lo contrario. Entre mayo y junio se presentó una reducción general del 30 por ciento en las detenciones…
Estamos enfrentados a una era de movilidad humana que no tiene precedentes
Sí, eso es cierto. Pero hay varias cosas que me llaman la atención. Una de ellas es la aplicación de nuevas tecnologías como el CBP One, que permite a los migrantes que llegan agendar una cita con las autoridades y eso podría estar influyendo. Se le está poniendo algo de orden al caos. Pero es aún prematuro para decir si realmente las políticas están dando resultados. Eso solo el tiempo lo dirá. Estuve hablando, por ejemplo, con autoridades panameñas hace unos días y me han dicho que de todas maneras sigue habiendo un aumento en el número de personas que están cruzando por el Darién.
Sigo creyendo que es un momento de acción colectiva, de un llamado a la acción colectiva de los gobiernos, de trabajar en el a vías legales, de ser creativos, para generar nuevos mecanismos de trabajo y cooperación porque estamos enfrentados a una era de movilidad humana que no tiene precedentes. En este momento hay 18 millones de personas aproximadamente en situación de movilidad en la región. Esto es el equivalente a toda la población de un país como Ecuador. El reto que tenemos es bastante grande.