La diminuta isla de Tinián fue el punto de despegue de los aviones estadounidenses que transportaban bombas atómicas a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945. Ahora están abriendo una nueva pista justo al sur de las ruinas que datan de la Segunda Guerra Mundial.
En una ventosa mañana de febrero, a unos cientos de metros de distancia, aviadores estadounidenses reabastecían de combustible a aviones japoneses durante un ejercicio militar utilizando más pistas de aterrizaje, islas y aviones japoneses que los que los dos enemigos convertidos en aliados jamás hayan reunido para ejercicios en el Pacífico Norte.
“No nos preocupa el pasado, nos preocupa el futuro”, dijo el Coronel Inadome Satoru, comandante del Grupo Novena Ala Aérea de Japón. “Podemos asegurar la estabilidad mostrando fuerza”.
Asia y el Pacífico se dirigen hacia un momento ansioso y bien armado con ecos de viejos conflictos y riesgos inmediatos. Inquietos por la acumulación militar y las amenazas territoriales de China —junto con la guerra de Rusia en Ucrania y dudas sobre la determinación de EE. UU.— las naciones de la región están reforzando sus presupuestos de defensa, el entrenamiento conjunto, la fabricación de armas y la infraestructura lista para el combate.
El miedo se instala, con China y EE. UU. enfrascados en una contienda estratégica volátil y con las relaciones diplomáticas en su peor momento en 50 años.
Carrera armamentista regional
Xi Jinping, el líder de China, tiene como objetivo lograr un “rejuvenecimiento nacional” que incluiría desplazar a Estados Unidos como el dirigente dominante en la región, controlar el al Mar de China Meridional y traer a Taiwán —una isla autogobernada que China ve como territorio perdido— bajo el control de Beijing. En respuesta, Estados Unidos y muchos de los vecinos de China están recurriendo al poder duro, acelerando la carrera armamentista más importante en Asia desde la Segunda Guerra Mundial.
El 13 de marzo, Corea del Norte lanzó por primera vez misiles de crucero desde un submarino. El mismo día, Australia dio a conocer un plan de 200 mil millones de dólares para construir submarinos de propulsión nuclear con Estados Unidos y Gran Bretaña.
Japón también está logrando capacidades ofensivas sin igual desde la década de 1940 gracias a misiles Tomahawk de EU. India ha realizado entrenamientos con Japón y Vietnam. Malasia está comprando aviones de combate de Corea del Sur. Los funcionarios estadounidenses están tratando de acumular una enorme reserva de armas en Taiwán para convertirlo en un “puercoespín” que podría atajar una invasión china, y Filipinas planea expandir las pistas y los puertos para albergar su mayor presencia militar estadounidense en décadas.
Nada de esto puede ser suficiente para igualar a China, cuyo arsenal ahora incluye un suministro cada vez mayor de misiles y ojivas nucleares. En un punto crítico tras otro durante el año pasado, el Ejército chino también ha demostrado comportamiento provocativo: desplegando un número récord de aviones militares para amenazar a Taiwán y disparando misiles a las aguas de la zona económica exclusiva de Japón por primera vez en agosto; enviando soldados para desalojar un puesto de avanzada del Ejército indio en diciembre, intensificando las batallas sobre la frontera de 3 mil 400 kilómetros entre los dos países; y en febrero, cegando temporalmente a la tripulación de una lancha patrullera filipina con un láser y volando peligrosamente cerca de un avión de la Marina de EE. UU.
Muchos países esperan que ejércitos más fuertes desalienten a China, pero la carrera armamentista también refleja una disminución de la confianza en EE. UU. En muchas capitales asiáticas, hay preocupación sobre lo que podría producir la política estadounidense —la pesadilla de una reacción exagerada a las provocaciones chinas o el abandono con una retirada.
Los cálculos apuntan a un orden global inestable, moldeado por el gobierno de un solo hombre en una China más militarizada con un crecimiento económico lento, políticas polarizadas en un Estados Unidos muy endeudado y una agresión más audaz de Rusia y Corea del Norte.
La transformación china
El Indo-Pacífico alberga al 60 por ciento de la población de la Tierra, cubre dos tercios del planeta y representa el 65 por ciento del producto interno bruto mundial.
China ahora gasta alrededor de 300 mil millones al año en su Ejército, reporta SIPRI, contra 22 mil millones en el 2000, ajustado por inflación, sólo superado por el presupuesto de defensa de 800 mil millones de dólares de Estados Unidos.
La Armada de China ya ha superado a la Armada de EU, alcanzando 360 barcos de batalla en el 2020, en comparación con el total de 297 de EU, según la Oficina de Inteligencia Naval de EU. El arsenal nuclear de Beijing es más pequeño que el de Estados Unidos y Rusia, pero la brecha se está reduciendo.
El científico titular de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos dijo al Congreso en marzo que China ahora parece tener el arsenal líder mundial de armas hipersónicas, que pueden volar a varias veces la velocidad del sonido y maniobrar en vuelo para evitar ser interceptados.
Pero más que nada, las crecientes hostilidades con EE. UU. han puesto nerviosa a la región. Elevando el nivel de preocupación: declaraciones de comandantes estadounidenses que sugieren que la guerra podría llegar en el 2027, o incluso en el 2025, y los comentarios combativos de los líderes de China. Qin Gang, el Ministro de Relaciones Exteriores chino, advirtió en marzo que el conflicto entre su nación y EE. UU. era inevitable si Washington “prosigue por el camino equivocado”.
Interdependencia en defensa
En el 2006, Japón e India comenzaron a compartir evaluaciones de seguridad debido a preocupaciones sobre los esfuerzos de China por expandir pistas de aterrizaje y puertos en Asia. Desde entonces, han firmado varios acuerdos que tipifican los planes de defensa entrelazados de la región. Uno concedía a bases mutuas para suministros y servicios; otro alentó la cooperación en manufactura militar. Este año, han llevado a cabo un entrenamiento naval juntos y su primer ejercicio conjunto de combate.
Ahora que los misiles de China y Corea del Norte pueden alcanzar las grandes bases estadounidenses en Japón y Guam, todas las ramas militares de Estados Unidos han comenzado a apuntar a un enfoque disperso en el Indo-Pacífico, “el escenario prioritario” para la seguridad global, de acuerdo con el Departamento de Defensa de EE. UU., que ha destacamentado a 300 mil soldados en la región. Filipinas, Japón, Australia, Palau, Papúa Nueva Guinea y los territorios de Estados Unidos en todo el Pacífico están trabajando con funcionarios estadounidenses para expandir el militar, a menudo con infraestructura compartida.
“¿Puede Estados Unidos hacerlo solo?”, preguntó el Coronel Jared Paslay de la Fuerza Aérea de EU, líder del equipo de integración conjunta de las Fuerzas Aéreas del Pacífico. “Preferiría que no fuera así”.
Japón es ahora el mayor donante bilateral de ayuda en Asia. Su Gobierno está presionando para reinterpretar la Constitución adoptada en 1947. Japón acogió el pacifismo después de aterrorizar a Asia y perder la Segunda Guerra Mundial, pero ahora, al igual que Alemania, se está rearmando y recientemente acordó elevar el gasto militar al 2 por ciento del PIB, o en un 60 por ciento, durante los próximos cinco años, lo que le daría el tercer presupuesto de defensa más grande del mundo.
Durante un descanso de vuelo, el Capitán Shotaro Iwamoto, de 37 años, un pilotos japonés de F-15s, dijo que había realizado una “visita significativa” al lugar donde las bombas atómicas que mataron a decenas de miles de personas en Japón fueron cargadas a aviones estadounidenses. Salió decidido a esforzarse más en su inglés para poder comunicarse más rápida y fácilmente con los aliados estadounidenses en el aire.
Altos comandantes de Estados Unidos, Japón y Australia también realizaron un viaje compartido al área. Para muchos, el horror de la última guerra mundial y las amenazas del presente parecían levantarse como calor de las viejas pistas aéreas de la isla.
“Si no somos una fuerza creíble de disuasión, podríamos terminar en una circunstancia donde quizás tendríamos que considerar algo así nuevamente”, dijo el Capitán Robert Graham de la Real Fuerza Aérea Australiana. “Esperemos nunca vernos allí”.
*Chris Buckley contribuyó con reportes a este artículo.
DAMIEN CAVE
THE NEW YORK TIMES
BBC-NEWS-SRC: https://www.nytimes.com/2023/03/25/world/asia/asia-china-military-war.html, IMPORTING DATE: 2023-05-26 17:00:08