La EPS Sura no se ha acabado, y debe continuar prestando los servicios de salud como lo ha venido haciendo, así como lo manifestaron durante el pronunciamiento donde se conoció la solicitud. La petición que hizo este martes ante la Superintendencia Nacional de Salud, si bien pretende la salida del sistema, no implica que vaya a dejar de atender o afectar de alguna forma la prestación actual de los servicios, por lo que los s de esta EPS pueden tener la seguridad de que seguirán contando con su atención habitual, el giro de los recursos para la prestación de servicios de salud por parte del estado y con el respaldo y garantías que ofrece la Supersalud.
Esta semana empezamos a analizar la totalidad de la documentación presentada por la EPS Sura, para lo cual tenemos un plazo máximo de 30 días hábiles. En caso de hallar alguna inconsistencia o incumplimiento en los requisitos, la Supersalud debe devolver esa documentación a la EPS para que, en un término no superior a los 20 días hábiles, se haga la subsanación necesaria. Posterior a ello vienen 15 días hábiles más, en los que la Supersalud decidirá si acepta o no la petición de la EPS Sura.
Luego de cumplido todo lo anterior y en caso de que resulte viable el plan para el desmonte gradual presentado por la EPS, se daría la vía libre para la implementación de este plan, con lo que se daría inicio al traslado progresivo de los afiliados a otras EPS que cuenten con la capacidad istrativa y ofrezcan las condiciones necesarias para recibirles. De llegar a este punto, la Supersalud mantendrá permanente vigilancia sobre el estricto cumplimiento del plan, verificando que durante el proceso se proteja la continuidad y calidad que debe ofrecer la EPS a la que llegue el .
Existe también otra opción, en la cual después del estudio realizado por la Supersalud no apruebe la petición. En cuyo caso la EPS debe, como entidad que recibe y istra recursos públicos del sistema de salud y además se encarga de la prestación de un servicio, que es un derecho, continuar con la prestación de los servicios en salud a la población afiliada.
Como se puede ver, el desmonte de la EPS Sura no va a darse de un día para otro. El tiempo mínimo que conllevaría el estudio de la solicitud es aproximadamente de tres a cuatro meses, sin contar con el tiempo que se establezca para la implementación del desmonte en caso de ser aprobado.
Es importante precisar también que la situación financiera que presentan las EPS no es algo nuevo. El modelo de aseguramiento basado en lo financiero no responde a las necesidades que tenemos como país a nivel epidemiológico, a nivel demográfico y a nivel istrativo. El sistema de salud se basó en esperar para prestar servicios a las personas cuando ya habían desarrollado algún tipo de enfermedad, en muchos casos en estadios avanzados, cuando requerían ya de un servicio de especializado y de alto costo. Las medidas de prevención y de promoción son precarias, y la excusa, según se ha dicho, es que la plata no es suficiente. Aún cuando con evidencias a lo largo de la historia, incluyendo la expedición de leyes de punto final, se ha demostrado la ineficiencia en la istración de los recursos públicos destinados para la atención en salud de las y los colombianos. Casos como el de Saludcoop, los recientes hallazgos en Nueva EPS y Sanitas, hablan por sí solos.
Esto que estamos viviendo comprueba que la insistencia por parte del Gobierno del Cambio para lograr la transformación del sistema de salud no es capricho. Se necesita un sistema que responda a las necesidades reales que tiene el país en materia de salud.
Sobra decir, que la Supersalud continuará luchando día a día por que se respete la continuidad en la prestación de los servicios para todos los s de la EPS Sura, y de todas las EPS activas, cuenten o no con medidas adoptadas por parte de la Superintendencia, y que mantiene sus acciones de inspección, vigilancia y control sobre todos los actores del sistema.
LUIS CARLOS LEAL
Superintendente Nacional de Salud