Comienza una semana para meditar. Para ponernos en paz con Dios y con nuestros semejantes. Para pensar mucho más en el más allá que en el más acá. Pero también es inevitable prepararnos muy bien para la avalancha de acontecimientos que se nos viene encima. Y, más que un deber, es toda una obligación tener que pensar con cabeza fría en las importantes decisiones que debemos tomar en relación con la elección de nuevos funcionarios. Porque, políticamente, todo se ve muy enredado y bastante confuso. Y aunque a muchos ciudadanos les quedará fácil decidir por cuál candidato deben votar para nuevo presidente de la república, porque son conocidas su hoja de vida y sus notables realizaciones como altos funcionarios, para tantos otros esa escogencia no será tan fácil. No podemos olvidar que Colombia está sumida en una gran confusión, y que varios de los ciudadanos que aspiran a dirigir los destinos del país no tienen obras dignas de mostrar a sus pretendidos electores.
Federico Gutiérrez, nuevo y fortalecido aspirante presidencial, quien acaba de obtener una notable acogida, está convencido de que ya tiene la sartén por el mango, pues en número de votos le está pisando los talones a Gustavo Petro. No obstante, existen millones de ciudadanos que no comulgan con las ideas de este candidato recién llegado, porque él es nadie menos que un fiel partidario del expresidente Álvaro Uribe. Pero llegó a la contienda disfrazado con piel de oveja, y con esa identidad está haciendo carrera.
Varios de los ciudadanos que aspiran a dirigir los destinos del país no tienen obras dignas de mostrar a sus pretendidos electores.
En estos momentos tan confusos uno siente que en Colombia lo único seguro es la inseguridad, en las ciudades y en los pueblos. No obstante, abundan los candidatos, y los colombianos en general no sabemos bien para dónde vamos. Hay tanto aspirante que hasta Luis Pérez, mediocre exgobernador de Antioquia, se coló en esa fila, más para echar “pinta” que para captar adeptos. Y aunque a muchos nos preocupa la candidatura de Gustavo Petro, lo cierto es que, con más de cuatro millones de votos entre pecho y espalda, tiene una ventaja muy respetable.
Sin embargo, hay candidatos que avanzan y multiplican sus adeptos. Y ante el peligro de un gobierno populista de Petro, crece la adhesión a otros candidatos, como Sergio Fajardo, quien va palo arriba, respaldado por gente de peso y por ciudadanos comunes y corrientes, quienes le cuentan de viva voz sus necesidades y sus angustias. Fajardo ha hecho una campaña a pie. Conversa con los ciudadanos y ve con sus propios ojos qué marcha y qué no marcha en las ciudades y en los pueblos. Esa campaña cuerpo a cuerpo lo ha hecho muy popular. No es candidato de balcón, de discurso “veintejuliero”, sino de a pie. Escucha de viva voz las quejas y las necesidades de la gente. Así va multiplicando el número de sus partidarios.
Mientras el ambiente político se agita y mientras los candidatos a la presidencia intensifican sus actividades proselitistas, la población capitalina compra boletas para asistir al Festival Iberoamericano de Teatro, maravillosa herencia cultural y de entretenimiento que nos dejó la inolvidable empresaria, directora y actriz Fanny Mikey. Ella fue el alma del Teatro Nacional, sede construida en la calle 70 con carrera 10.ª en Bogotá, donde hay permanentes funciones. Y gracias a la inolvidable Fanny, este gran Festival de Teatro se celebra todos los años en Bogotá.
Los organizadores dicen que este año presentarán, en las 16 salas de teatro que tiene la ciudad, 30 obras de primera categoría en las cuales participarán 400 artistas de diferentes nacionalidades. Y aunque Fanny Mikey ya no está en este mundo –murió en un hospital de Cali, víctima de dolorosa enfermedad renal–, su recuerdo brilla por todas partes en este nuevo Festival Iberoamericano de Teatro. Por lo tanto, en memoria de la inolvidable actriz e insuperable promotora del teatro, colombianos y extranjeros podrán disfrutar en Bogotá de las excelentes obras que presentarán las compañías de teatro nacionales e internacionales. Y el espíritu de Fanny Mikey, como todos los años, siempre estará presente.
LUCY NIETO DE SAMPER
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