En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Noticia

Nostradamus

Después del apocalipsis, una era en la que el ser humano dejaría de ser su propio depredador.

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
La gracia del fin del mundo es que todo siga después. Hacia el final de los años ochenta, cuando la guerra colombiana estaba en todas partes, vimos en el sótano de la clase de Religión un documental malévolo –narrado por el perverso Orson Welles– que empezaba por llamarse Las profecías de Nostradamus, “el hombre que vio el mañana”. “Déjenme advertirles que estas predicciones no son nada reconfortantes”, señalaba Welles en el principio. Y luego, durante noventa minutos sin treguas, se nos vaticinaba allí un siglo XXI resignado a la Tercera Guerra: un par de torres derribadas, una confrontación global que partía del río que divide Ucrania, un anticristo que destruiría Europa. Vendrían sangre y fuego, y luego nada. Y, después del apocalipsis, una era en la que el ser humano dejaría de ser su propio depredador.

(También le puede interesar: Proverbios)

Digo esto porque en las noticias de esta semana ya no hay futuro, ya no hay agua, ya no hay luz, ya no hay cómo evitar el imperio de la inteligencia artificial, 32.623 palestinos y 1.200 israelíes han sido asesinados en el horror oficiado en Gaza, Zelenski ruega que no dejen a Ucrania sola, Irán responde al ataque de su consulado en Siria e Israel recupera algo del apoyo que ha perdido Netanyahu, y no hay cómo serenar a nuestro Presidente que, más dispuesto a vaticinar el Armagedón que a cumplir esperanzas, sigue convenciéndose de que la enorme marcha del domingo no es una marcha de “el pueblo”, sino de “la oposición”: yo, que creo en las causas progresistas, veo marchar a millones de colombianos que quieren atajar sus peores presagios.

Se vio venir el fin del mundo en los años 1000, 1504 y 1524. El explorador Cristóbal Colón, que fue testigo de los precipicios de la Tierra, calculó que ocurriría sin falta en 1658. Durante trece días de octubre de 1962 se dio por hecho la debacle nuclear. Y en el final del siglo XX el locutor cristiano Harold Camping llegó a profetizar cinco fechas distintas para el Día del Juicio Final, las películas de desastres, de Las profecías de Nostradamus a El día después, retrataron sin atenuantes la ruina por venir, y el país nuestro se redujo a una suma de puntos de encuentro por si volvían a atacar esos narcos fundamentalistas que empezaron su trama macabra siendo amigotes pintorescos –dicen los archivos desclasificados por la NSA– de tantos políticos colombianos. En fin: las noticias de estos años les dan la razón a los miedos y a los vaticinios.

Valga recordar, sin embargo, que la literatura apocalíptica, desde el Libro de las Revelaciones de la Biblia hasta las novelas distópicas, suele conducirnos a una moraleja que les devuelve el prestigio a las moralejas: la gracia de todo fin del mundo es que desentierre la vocación a la vida. Por supuesto, es increíble, o sea humano en la peor de las acepciones, que dos guerras mundiales no hayan sido suficientes para entender que el anticristo no es solo el megalómano de turno –Hitler, Stalin, Putin, Trump– sino la complicidad de las sociedades con la subyugación y el exterminio. Tampoco el desangre colombiano ha despertado a la especie. Pero cuando uno lee y ve y oye estos relatos del acabose, por ejemplo, cuando se tropieza con La guerra de los mundos o con el verso de T. S. Eliot “así se acaba el mundo: no con estruendos, sino con lamentos”, nota que vivir es resistirse al horror y captar la belleza.

Welles, que en 1938 creó pánico en los oyentes que creyeron que su adaptación radial de La guerra de los mundos era el noticiero de verdad, termina la película de Nostradamus con la promesa de mil años de paz: se nota, en su hastío risueño, que sospecha que el fin del mundo no es el fin de la Tierra, sino el fin la depredación, y que el alivio no nos ha venido en gana.

www.ricardosilvaromero.com

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.