En muchos países, sobre todo de Occidente, el 14 de febrero se celebra el Día de San Valentín con regalos entre esposos y enamorados, se extendió también a amigos y colegas. En Colombia se llamaba tradicionalmente Día del Amor y la Amistad, pero así como entraron Halloween y Santa Claus y la nieve en Navidad, también se filtró San Valentín. Para la industria de flores, una de nuestras importantes exportaciones, es un día de celebración. Los cultivadores van a recordar el 2025 como el año del gran susto, cuando una pelea entre dos peleones estuvo a punto de dañar el negocio más importante del año.
La historia de san Valentín (el santo) es una mezcla de mucho mito con pocos hechos históricos, como sucede con gran parte de las celebraciones. Lo que parece ser un hecho histórico es que Valentín era un sacerdote, o un obispo, que vivió en el siglo III en Roma, fue decapitado por el emperador Claudio II el año 269 y posteriormente fue reconocido como mártir y santo por la Iglesia católica. Lo que parece ser más leyenda que historia es que Valentín en secreto casaba soldados romanos, que por orden del emperador debían ser célibes para luchar mejor (en el siglo III, en Roma, los célibes eran los militares, para los sacerdotes católicos el celibato fue instituido como obligación en el siglo XII).
Valentín fue canonizado dos siglos después por el papa Gelasio I. Se cree que la razón (o una de las razones) del Papa para canonizarlo e instituir el Día de San Valentín como día del amor, el 14 de febrero, fue una movida estratégica para sustituir la fiesta pagana de las lupercales, que se celebraba el 15 de febrero.
En esas fiestas paganas se celebraba a Luperco, un dios de la fertilidad relacionado con la loba que amamantó a Rómulo y Remo, los fundadores de Roma. En esa fiesta sacrificaban cabras, hacían tiras con su cuero, y recorrían la ciudad con poca ropa azotando a las jóvenes, para 'aumentar su fertilidad'. Definitivamente es mejor regalar flores. Con el tiempo, el día se fue estableciendo. Geoffrey Chaucer (siglo XIV), autor de los eróticos cuentos de Canterbury, escribió poemas relatando cómo en San Valentín los pajaritos hacen el amor.
El matrimonio por amor está relacionado con la igualdad y la autonomía de las mujeres.
En el año 1969 el papa Pablo VI eliminó la festividad del calendario litúrgico, pero se mantuvo entre la gente, porque fiesta comercial mata fiesta religiosa. Pero en este caso San Valentín va mucho más allá de lo comercial y creo que se puede ver como un símbolo de progreso.
El matrimonio, o la unión (sea cual sea) por amor es un hecho más moderno de lo que muchos imaginan; coincide con la Revolución Industrial y el crecimiento de la urbanización y de las sociedades más abiertas. En todas las culturas (sí, incluso las ancestrales americanas) el matrimonio era producto de una negociación entre familias, sin que los interesados se conocieran siquiera. En algunas culturas la familia del novio pagaba, en otras la novia 'traía' una dote, y se arreglaba a muy temprana edad. Las sociedades eran pequeñas y cerradas y las oportunidades de encuentro, y de escogencia, eran muy escasas.
La unión por amor coincide también con el crecimiento de la autonomía individual, especialmente de las mujeres. Todavía estamos lejos de una situación justa, pero progresamos en esa dirección, más en las sociedades ricas y desarrolladas. Una encuesta reciente sobre si es legítimo golpear a la esposa dio en la avanzada Alemania que un escandaloso 4 % estaba de acuerdo; pero en Tajikistán fue del 77 %, y en Ruanda, del 96 %. En Estados islamistas la situación es peor, si eso cabe.
El matrimonio por amor está relacionado con la igualdad y la autonomía de las mujeres. Cada vez más nos acercamos a la situación de avanzada, anunciada por Shakira, en la que las mujeres no lloran, facturan.