En la lucha que se libra contra las bandas criminales no puede haber tregua. Bogotá, que se ha convertido en el centro de operaciones de varias de ellas, ha pagado un alto precio por las acciones delincuenciales que vienen adelantando. Por eso cabe resaltar el golpe dado recientemente a una de estas estructuras, la denominada red de ‘los Maracuchos’. A este grupo se le atribuyen varios crímenes recientes que han conmocionado a la ciudadanía. Tras labores de inteligencia de la Policía y la Fiscalía se logró la captura de quince de sus integrantes, señalados de la muerte, el desmembramiento y el embolsamiento de sus víctimas.
‘Los Maracuchos’ están liderados por cabecillas de origen venezolano que de tiempo atrás libran una guerra contra otro grupo criminal (el ‘Tren de Aragua’) por el control del microtráfico en varios sectores de Bogotá y por el manejo de rentas ilícitas como los ‘pagadiarios’. Sus acciones se habían concentrado en el centro, donde, además, se dedicaban a la extorsión de comerciantes. La captura de esta semana y la aplicación de la extinción de dominio a varias de sus propiedades constituyen una respuesta eficaz y oportuna de las autoridades y es muestra de que las estrategias anunciadas con este fin empiezan a dar sus frutos.
Como lo hemos repetido en este espacio, desvertebrar la cadena criminal, perseguir sus rentas y bienes, además de aplicar todo el peso de la ley a sus integrantes, son los mensajes correctos para una sociedad que no puede verse sometida por el hampa.
Dicho esto –y según las pesquisas de los investigadores–, es hora de que Alcaldía y Policía adelanten un control absoluto de las actividades que tienen lugar en el sector de Santa Fe, donde ha quedado claro que estas bandas delinquen a sus anchas. A unas calles de allí, también se encontró el lugar donde aparentemente se desmembraban cuerpos, otra razón para indagar qué está pasando en varios inmuebles ubicados en pleno centro de la capital. Una tarea que no da espera.
EDITORIAL