La senadora Jael Quiroga, del Pacto Histórico y cabeza de la UP, presentó hace unos días el proyecto para crear un estatuto para la igualdad de las mujeres. Le tomó más de un año redactar este extenso proyecto, que busca consagrar la igualdad de los hombres y la mujeres en la sociedad. En diálogo con EL TIEMPO, la senadora explicó los alcances del proyecto y los ejes en los que gira la propuesta.
¿Para una persona de a pie, cómo explicarle cuál es la propuesta de ustedes y a qué le apuntan?
El centro de este estatuto es la igualdad. Eso quiere decir que hemos estado en desigualdad, con relación con los hombres en este caso, y se necesita enmendar esa situación que hemos tenido durante tanto tiempo. Y hacerlo mediante ley obliga al Estado, en su conjunto, a que se apliquen medidas para reestablecer esa igualdad. Es una ley estatutaria, entonces tiene varias llaves que lo que hacen es protegerla de otras reformas que se puedan hacer. Por eso la ponemos, porque toca derechos fundamentales como el derecho a la participación, a la salud, a la justicia, que ya son leyes. El objeto es crear el Estatuto de la igualdad, que garantizará los derechos de las niñas y las mujeres en toda su diversidad.
¿Por qué apuntarle a un gran estatuto y no a reformas individuales?
Hay muchas leyes sueltas, dispersas. Y se necesitaba una ley que pudiera agrupar las recomendaciones de Naciones Unidas sobre el tema, las recomendaciones del sistema interamericano, de la jurisprudencia, de la doctrina. Por ejemplo: en este proyecto participaron más de 20 expertas, que han escrito documentos importantes sobre el tema y que no han sido escuchadas y por eso es importante recoger esos aportes. En el Congreso han existido muchos proyectos de ley que al final se apagan y no son aprobados y nosotras los tuvimos en cuenta para incluirlos en el estatuto. Es un marco jurídico que recoge todas las leyes y los conceptos de la jurisprudencia nacional e internacional, sobre la igualdad en relación con los derechos de las mujeres, para decirle al Estado cuáles el comportamiento que debe tener.
¿Cómo hacer para decirle a los congresistas, también a la opinión pública, que este no es un proyecto que simplemente recoge lo que ya existe y que es necesario su trámite?
Hicimos una campaña muy grande. Esto se hizo con 25 oficinas legislativas, de las UTL de congresistas de todos los partidos. Hablé con las senadoras y los senadores, les enviamos los documentos preliminares y se fue construyendo colectivamente con cada equipo de trabajo de cada congresista. También hicieron sus aportes las mujeres, las feministas. Este es un trabajo de un año. La cooperación internacional fue de las primeras visitas que hicimos, por supuesto a ONU Mujeres, para trabajar técnicamente con ellas. Usaid patrocinó, a través de la organización Codhes, para contratar tres consultoras.
El Congreso ha sido renuente a este tipo de proyectos…
Por supuesto que hay congresistas que tienen sus prevenciones con el proyecto. Y por eso les hemos dicho que es importante que las niñas y las mujeres en toda su diversidad no sigan siendo excluidas en este país. Y que conversemos, porque sentimos que el proyecto es armónico, completo, y que integra todas las inquietudes. Y hemos reiterado: en lo que estemos de acuerdo, pues echemos para adelante, tal vez nos toque seguir en esta lucha tal cual pasó con la paridad en la participación política que no quisieron aprobar. Esperamos que mientras se discuta el proyecto muchos se hayan convencido de que es importante que las mujeres participemos. De hecho, en este proyecto se dice que el registrador puede hacer un diagnóstico sobre las barreras y los obstáculos que tienen las mujeres en el territorio, y para que puedan ayudar a disminuir la brecha en cuanto a la participación política, vital para la democracia en este país.
Ya que habla de la paridad, que ha sido rechazada en el código electoral. ¿será este tema un freno para el estatuto?
Soy muy optimista. No creo que se pueda caer este proyecto de ley por la paridad. Nosotros estamos pidiendo participación paritaria y no solamente política, sino en todos los ámbitos de la vida pública y privada. Y sabemos que esto será de manera progresiva. Por ejemplo: se le pide a la empresa privada que haga unos comités o comisiones paritarias de trabajadores.
¿Qué le han dicho esos partidos que tienen, quizá, un planteamiento conservador?
Creo que a los partidos religiosos les causa mucho ruido, por ejemplo, lo de la interrupción del embarazo, lo de la eutanasia, lo de la autonomía sexual, lo de las mujeres trans, entre otras cosas. Incluso me han preguntado que si el concepto de las mujeres en toda su diversidad se refiere también a las mujeres trans. Y claro que están porque son reconocidas y muchas necesitan reconocimiento legal. Ha habido un limbo jurídico en el Congreso respecto a los derechos de la población LGBTIQ+. Entonces cuando me han preguntado les he dicho que están incluidas las mujeres trans. Hay personas que no les parece que se toquen en temas comos los derechos sexuales y reproductivos. Eso es algo que nos distancia, pero que podemos hablarlo, discutirlo. Ya lo hemos hecho con las mujeres religiosas y quedamos de seguir conversando. Fueron 45 congresistas, entre hombres y mujeres, que firmaron el proyecto para radicarlo y queda abierto para quienes quieran sumarseHay algunos que van a tener debates con nosotras, pero se logrará sacar adelante, se lo aseguro. Lo sacaremos adelante como una primera reivindicación de las mujeres en Colombia. Y vamos a tener un marco jurídico legal que nos garantizará, de alguna manera, nuestros derechos durante todo nuestro curso de vida.
Este Congreso se ha caracterizado por el ritmo lento, ¿cómo hacer para sacar adelante un proyecto que pueden asociar con el Gobierno?
Podría pensarse eso, interpretarse de esa forma sí. Pero no es así. Estuve hablando con mujeres del Centro Democrático, estuve hablando con hombres del partido de Vargas Lleras, y son gente que han estado luchando también por los derechos de las mujeres, que han pasado proyectos de ley para proteger a las mujeres que se han quedado en el camino. A la maternidad, a la lactancia. Todo eso está dentro de nuestro Estatuto y me sorprende que muchos liberales, conservadores nos estén apoyando. Lo he conversado mucho y ellos están de acuerdo. Y por eso fue que se trató de llegar a un gran consenso, pues esto no es solo del Pacto Histórico. No somos las únicas interesadas en los derechos universales de las mujeres. De ninguna manera.
Sería bueno que hicieras una encuesta, una consulta, con congresistas y te darás cuenta de que muchos están de acuerdo. Por ejemplo: los ponentes en comisión primera, la mayoría, son hombres. También hemos conversado con Paloma Valencia. Ella no está de acuerdo con algunas cosas, por supuesto, pero las hemos dialogado. Me dijo: no estoy de acuerdo con que se delegue al presidente para que reglamente algunos temas. Entonces le dije: conversémoslo en el debate. Y si no es conveniente, pues lo cambiamos. Son cosas del Ministerio de la Igualdad. También hablé con María Fernanda Cabal y le dije que si no estaba de acuerdo en algo que lo habláramos. Entre las mujeres nos tenemos que poner de acuerdo para sacar adelante los que nos afecta directamente. Y con los colegas hombres, muchos están de acuerdo con nosotras. Es que quién no está de acuerdo en que a nosotras se nos reconozcan los derechos. Creo que pocos, que dicen ay, es que quieren una Colombia solamente de las mujeres. Eso son bobadas. En el Congreso, la mayoría, están de acuerdo, con reparos, claro. Podemos diferir, por supuesto, para eso es el debate.
Dice que muchos ponentes son hombres. ¿Tendrá esto un efecto en el trámite del proyecto?
Lo que pasa es que en la Comisión Primera tenemos que atenernos a los representantes de los partidos que están allí. Y me parece que hay mayoría de hombres. Habrá ocho ponentes, la mayoría hombres. Entonces se atiene una de los que están en este momento, pero las mujeres de esos partidos, con las que hemos conversado y estamos de acuerdo, son las que nos ayudarán a que estos colegas entiendan.
¿Qué elementos le gustaría destacar de la iniciativa?
El estatuto también está enfocado en crear el derecho del cuidado. Actualmente no lo es y el proyecto lo va a reconocer como un derecho. Y eso me parece lo más innovador de la revisión de los derechos. Ese vacío es el culpable de la desigualdad entre las mujeres y los hombres porque ese trabajo de cuidado, que nuestras madres, abuelas, mujeres jóvenes han hecho en la casa, ha tenido una división sexual muy fuerte. A las mujeres nos relegaron al hogar, a cuidar los niños, los discapacitados, los abuelos, etc, y nos perdimos de esta sociedad. Entonces uno de los componentes es que vamos a atender ese vacío normativo frente a ese reconocimiento y las implicaciones que ha tenido para la sociedad, y obliga al Estado a que se redistribuya el trabajo del hogar. Los convenios internacionales no plantean y acá no se ha tenido cuenta. El Estado debe garantizar que las mujeres puedan salir del hogar a trabajar, a educarse, etc.