Eln pasa de ser considerado grupo armado organizado a ‘organización rebelde’

Antes de que se den a conocer los protocolos del cese del fuego bilateral con el Ejército de Liberación Nacional (Eln), los cuales serían publicados antes de finalizar esta semana, según de la delegación de Gobierno, el presidente Gustavo Petro dio a conocer a través de una resolución, la 194 del 8 de julio, las nuevas directrices para los diálogos con el ese grupo.

(Además: Lo que aportarían los negociadores a mesa de diálogos con las disidencias de Mordisco).

En estas, el Ejecutivo reitera la agenda que fue acordada en México el 10 de marzo, y que incluye las discusiones frente a “la participación de la sociedad civil en la construcción de paz, democracia para la paz, transformaciones para la paz, víctimas, fin del conflicto y plan general de ejecución de los acuerdos suscritos”.

En este mismo punto se reitera que es grupo es reconocido como un actor político, tal como se estableció en resoluciones pasadas. “El Gobierno nacional, en el ámbito de sus competencias constitucionales y legales, dado el reconocimiento político del Eln como organización armada rebelde, se encuentra adelantando negociaciones y diálogos de carácter político con una agenda de paz”, reza la reciente resolución.

Uno de los elementos nuevos de este documento es la exigencia del “lenguaje respetuoso”. “Las partes acordaron que usarán entre sí un lenguaje respetuoso”, dice la resolución, que a renglón seguido “ordena a las autoridades del Gobierno a que en el marco del cese al fuego tengan en cuenta que las partes actuarán bajo el marco de un proceso de paz y usarán lenguaje de desescalamiento del conflicto armado”.

(Le puede interesar: Misión ONU destacó labor del Gobierno en la implementación ante Consejo de Seguridad).

En ese mismo sentido, se señala que en los actos istrativos expedidos por el presidente Gustavo Petro “se harán sobre el reconocimiento de que son una organización armada rebelde” y no un grupo armado organizado (GAO). Este último punto debe verse en contraste con algunas declaraciones del primer mandatario en mayo pasado, cuando dejó en duda el reconocimiento político del Eln y puso como condicionante el cese del fuego.

Las nuevas directrices generaron rechazo voces de la oposición, quienes cuestionaron por considerarlo irrespetuoso para las víctimas de esa guerrilla.

“Mientras Gustavo Petro pide a los de su gobierno usar “lenguaje respetuoso” con los criminales del ELN, él y varios de sus funcionarios no bajan de “esclavistas” y “señores feudales” a los empresarios colombianos”, opinó el representante del Centro Democrático, Andrés Forero.

Sin embargo, y pese a las críticas que recibió el Gobierno tras la publicación de la resolución, de las delegaciones que se encuentran en La Habana ven los puntos que se incluyeron en el documento como algo positivo. “Todo proceso de negociación debe partir del reconocimiento y de la dignidad del otro. Es parte del proceso, de los desafíos de esta negociación, excluir la violencia y eso incluye la violencia en el diálogo político”, señaló monseñor Héctor Fabio Henao, delegado de la Iglesia católica en la mesa con el Eln.

Analistas coinciden con esta visión, pero agregan algunos matices. Tal es el caso de Isaac Morales, de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, quien opina que el artículo sobre el lenguaje va en consonancia con la política de ‘paz total’, pero, no obstante, considera que el camino para el desescalamiento del conflicto debe estar en todos los escenarios.

“El desescalamiento debe tender a todos los ámbitos relacionados con el conflicto, que incluye el lenguaje y cómo se expresan las partes, pero creo que el trasfondo debe estar orientado es a las acciones y a las expresiones reales de voluntad de paz por parte de una organización, que como la misma resolución dice, es una organización rebelde”, señaló.

(Siga leyendo: Las nuevas directrices para diálogos con el Eln: se incluye ‘lenguaje respetuoso’).

Andrés Felipe Ortega, analista en temas de paz y profesor de Ciencias Políticas de la Javeriana, considera que, aunque el objetivo del Gobierno es buscar puntos de acuerdo y un lenguaje común, hay que ver más allá.

“No recuerdo que esto ocurriera en otros procesos, pero considero que tiene que ver con un aspecto: con el Eln el Gobierno ha tratado de ir paso a paso, de una forma muy cuidadosa en lo que dice o hace, y ven el tema del lenguaje como una forma no solo de desescalar, sino de generación de confianza”, dijo.

Estos se suman a las directrices que se incluyeron en el decreto que ordena la suspensión de operaciones militares contra el Eln, que prohíbe entrar en o armado, obstaculizar las labores del mecanismo de verificación y omitir información a este, impedir la atención de enfermos o heridos de la población civil e incurrir en perfidia.

También hay que mencionar las instrucciones que recibieron las Fuerza Militares y que ordena que cada comandante en su área de responsabilidad debe identificar y georreferenciar el área de injerencia del Eln, con el fin de hacer seguimiento a las acciones que afecten a la población civil.

CAMILO A. CASTILLO

@camiloandres894

REDACCIÓN POLÍTICA