Es bastante común escuchar de productos de belleza y cuidado de la piel que tienen dentro de sus componentes ácido hialurónico. Principalmente en aquellos que están dirigidos a prevenir la aparición de arrugas. Pero más allá de un ingrediente extraño, esta biomolécula está también presente de manera natural en nuestro cuerpo.
Está en numerosos tejidos como la piel y los cartílagos y su principal función es atraer y retener agua para que estos se mantengan en buenas condiciones. El problema se presenta cuando al envejecer se reduce su presencia en el organismo y, como consecuencia, estos tejidos pierden hidratación y elasticidad, lo que puede dar lugar a arrugas, por una parte, o a rigidez en las articulaciones por el desgaste de los cartílagos.
“El ácido hialurónico es como el colchón de la piel, después de los 25 años disminuye la producción y empiezan a aparecer las arrugas, por eso es que este ingrediente sirve para mejorar todo lo que es la apariencia de la piel, para que se vea más bonita y lozana", explica Ángela Guatibonza, dermatóloga del Hospital San José.
Es su capacidad para atraer agua la que ha hecho a este componente atractivo para su uso como ingrediente en tratamientos estéticos y rellenos dérmicos para eliminar líneas de expresión y signos de la edad.
La dermatóloga también señala que como material de relleno en procesos estéticos se inyecta a este ácido en diferentes densidades. Por ejemplo, el reticulado se usa para relleno en ojeras, surcos nasogenianos, los que parten de la nariz hacia los laterales de la boca, y en los labios, mientras que el no reticulado se inyecta para hidratar la piel.
Su uso tópico, como en cremas, ayuda también a devolverle a la piel hidratación, mejorando su apariencia y elasticidad, pero no se obtienen los mismos resultados que al inyectarlo.
Otros usos médicos
Las propiedades del ácido hialurónico también lo han hecho atractivo para su uso en otros campos como en el tratamiento de enfermedades degenerativas de las articulaciones como la artrosis.
Aunque aun es un uso que es objeto de estudio, se han encontrado buenos resultados en la mejora de la funcionalidad y manejo del dolor en pacientes que sufren de esta enfermedad y que son tratados con esta sustancia.
También es empleado en oftalmología dentro de productos dirigidos a tratar la resequedad crónica ocular como gotas lubricantes que permitan mantener el ojo humectado.
REDACCIÓN EL TIEMPO
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