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Alcohol y azúcar: ¿cómo afectan la memoria?
La ciencia ha demostrado que la ingesta de ambos ejercen efectos negativos en el cerebro.
Se cerebro deja de guardar recuerdos, por lo que pasa por un tipo de amnesia. Foto: iStock
Controlar la frecuencia y la cantidad del consumo de ciertos alimentos o sustancias hace parte de las recomendaciones que médicos y nutricionistas emiten con regularidad. En efecto, entre este grupo se encuentran tanto el azúcar como el alcohol, los cuales han demostrado producir efectos adversos en el cuerpo humano.
Así, desde hace décadas varios estudios e investigaciones han demostrado efectos nocivos para la salud de quienes lo consumen desproporcionadamente, no solo a corto plazo, sino a medio y largo plazo, siendo el cerebro uno de los órganos más afectados.
En primera medida, se ha demostrado que el etanol o alcohol etílico, presente en todas las bebidas alcohólicas sin importar su tipo, puede provocar una adicción que termine en alcoholismo. A pesar de que afecte de forma distinta a cada organismo, la sensación de consumirlo en grandes dosis se manifiesta en un estado de embriaguez que llevada al extremo puede provocar a su paso una intoxicación a tal punto que cause pérdida del conocimiento o hemorragias en el cerebro.
Asimismo, la resaca, o malestar que se experimenta después de la intoxicación por alcohol, tiene su origen en la deshidratación del cuerpo, que se manifiesta en síntomas como dolor de cabeza, mareo, náuseas o vómito.
En tal sentido, entre los efectos del consumo frecuente y excesivo de alcohol en el cerebro y el sistema nervioso es la posibilidad de desarrollar enfermedades graves como la psicosis, alucinaciones, delirios y otros trastornos psiquiátricos derivados del alcoholismo, a lo que se suma que el alcoholismo está asociado a los cambios en el comportamiento, así como trastornos emocionales.
Lo anterior se explica, dicen los especialistas, porque la serotonina-un neurotransmisor que regula el estado de ánimo y otras funciones- se altera y esto tiene consecuencias para el cuerpo.
Donas Foto:iStock
Además, el alcohol afecta al hipocampo, un órgano situado en el cerebro que se asocia con la memoria. Aunque puede empezar con pequeñas fallas en este sentido, también conocidas como ‘lagunas’, el problema puede ser más grave por los excesos, alterando la capacidad de memorizar los recuerdos a mediano y largo plazo.
Por otra parte, ciertos estudios han dejado en evidencia que la ingesta excesiva de azúcar tiene un impacto considerable en las funciones cognitivas como el autocontrol. Varias investigaciones al respecto muestran que el consumo de este componente tiene efectos similares a los de los estupefacientes en el centro de recompensa del cerebro.
De hecho, la ingesta de azúcar envía una señal al cerebro que activa el sistema de recompensa de este órgano vital y enseguida se libera dopamina, una sustancia química que genera sensación de bienestar, y es esta última la que induce a repetir el comportamiento en el futuro, sin dejar de lado los efectos nocivos del evento de glucosa elevada que tienen sobre el torrente sanguíneo y por ende en el cerebro, desencadenando déficit en la memoria y en la atención.
Un estudio publicado en 2016 en la revista científica Behavioral Brain Research encontró que marcadores inflamatorios estaban presentes en el hipocampo en dietas que contienen azúcar en exceso, una inflamación que conduce a dificultades y alteraciones en la memoria.