Estrés, uno de los enemigos de la tensión arterial en la pandemia

El estrés es una parte normal de la vida. Todos en algún momento hemos pasado por él, ya sea por un tiempo corto o por tiempos prolongados. Puede originarse por causas como no dormir lo suficiente, o por una enfermedad; puede ser de origen emocional, por falta de trabajo, dinero o por la muerte de una persona cercana.

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El estrés también puede provenir de causas menos dramáticas como obligaciones y presiones del día, y que uno piensa que no tienen solución. El 30 por ciento de la población en Estados Unidos vive en un estado de estrés extremo, mientras que cerca de la mitad (48 por ciento) considera que su estrés ha aumentado en los últimos cinco años. Todo lo anterior puede, de una u otra forma, llevar a la hipertensión arterial (HTA).

Los trastornos hipertensivos constituyen uno de los problemas sociosanitarios más importantes. Se calcula que la cuarta parte de la población mundial que ha sobrepasado los 50 años es hipertensa. De todo esto se desprende que el 30 por ciento de la población adulta del mundo sufre hipertensión arterial. Y la pregunta que muchos se hacen es: ¿esto puede pasarle a los jóvenes o solo a los mayores?

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La HTA puede presentarse en cualquier persona, sin importar sexo, edad, raza o condición social. El estrés y la ansiedad pueden causar episodios de HTA en cualquier momento. Pueden producir cifras elevadas de presión (picos) temporales, de poca duración o más duraderos, y con el tiempo van produciendo daño en el corazón, arterias, riñones y cerebro.

Las personas con antecedentes familiares o personales de HTA tienen más probabilidades de sufrir un evento cardiovascular como un infarto o un accidente cerebrovascular.

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Las personas estresadas generalmente tienen hábitos menos saludables que hacen que se eleven más sus cifras tensionales. El tabaquismo, el licor y la comida en exceso generalmente acompañan al estrés. Muchas veces consumen medicamentos, no siempre formulados por un médico, para manejar los síntomas, pero estos pueden también producir HTA.

El organismo generalmente reacciona y libera sustancias como la adrenalina y el cortisol, que son hormonas que pueden producir respiración más rápida, sudoración fría, taquicardia, palpitaciones, y los vasos sanguíneos se contraen más, especialmente en las extremidades, las cuales no van a recibir la cantidad de sangre apropiada, produciendo un estrechamiento de las arterias, lo que lleva a producir HTA.

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Es frecuente que estos cambios se asocien a dolor de cabeza, tensión en la espalda y dolor abdominal.

Hoy en día, con la situación mundial del covid-19 se ha generado más ansiedad y estrés en un gran número de personas por múltiples factores, como lo son el encierro, la falta de trabajo, la misma preocupación por las enfermedades que puedan estar sufriendo y que, en muchas oportunidades, no asisten a consultas por el miedo a contagiarse.

Son un sinnúmero de causas que pueden producir estrés y ansiedad. No solo las situaciones malas producen estrés. Escenarios como un nuevo matrimonio o una promoción en el trabajo también pueden generar estrés.

El estrés crónico puede llevar a la depresión, la cual es un factor de riesgo para enfermedad coronaria. Y, si se vuelve permanente, con el tiempo podría aumentar más su presión arterial y, por lo tanto, el riesgo de un infarto o de un accidente cerebrovascular.

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Existen medios para hacer el diagnóstico de HTA por estrés. La toma frecuente de la presión arterial ayuda a determinar las cifras de presión que tenemos en diferentes horas del día. El estrés crónico está asociado con cifras mayores de presión sistólica ambulatorias en la población de adolescentes y mujeres y con una mayor presión arterial diastólica ambulatoria en los adolescentes varones.

Se ha visto que los hombres pueden ser más vulnerables al estrés crónico como determinante de la regulación de la presión arterial que lo que pueden ser las mujeres en una etapa temprana de la vida. Para mejor seguimiento se realiza un Mapa (monitoreo ambulatorio de presión arterial) de 24 horas.

*Nota: La presión arterial sistólica se conoce como la alta, y la presión arterial diastólica, como la baja.

-Analice su horario: no viva apurado a todas horas, programe su tiempo.

-Respire para relajarse: respirar profunda y lentamente puede ayudarlo a relajarse.

-Ejercicio: la actividad física elimina el estrés de forma natural. Se aconseja realizar entre 150 y 200 minutos semanales de ejercicio de moderada intensidad, esto se puede hacer en sesiones de 30 a 40 minutos, al menos cinco días a la semana. De igual manera, esto ayuda a controlar el colesterol.

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-Yoga y meditación: el yoga y la meditación fortalecen su cuerpo y le ayudan a relajarse. Pueden disminuir su presión arterial sistólica en 5 milímetros de mercurio (mm Hg) o más.

-Duerma lo suficiente: dormir poco empeora su presión arterial.

-Cambie su disposición: si tiene problemas, trate de no quejarse tanto. Hay que reconocer lo que le está sucediendo y concentrarse en la solución.

*Cardiólogo, director del Centro Cardiológico de Bogotá.

Especial para EL TIEMPO