Según Sanofi, compañía que ofrece soluciones de salud innovadoras dentro de una amplia gama de afecciones comunes o crónicas, la dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica con síntomas que aparecen de manera frecuente como erupciones en la piel.
En Colombia, la prevalencia global de la dermatitis atópica es aproximadamente del 10 por ciento, y, de acuerdo con estudios realizados en el año 2010, en seis ciudades del territorio nacional, Barranquilla encabeza la lista con un 19 por ciento. Dichas cifras, han llevado a diferentes instituciones a enfocarse en una enfermedad, que si bien tiene tratamiento y control, debe saberse diagnosticar, ya que depende de varios factores como su clasificación y ubicación, la manera en la que el especialista la va a tratar.
Esta es una enfermedad que puede incidir en el desarrollo cotidiano de la vida. Casi el 65 % de los niños con dermatitis atópica moderada tienen afectaciones en su descanso por la comezón, mientras que en los pequeños que la padecen de forma grave la cifra se eleva a 92 %, según estudios recientes.
La dermatitis atópica es una enfermedad sistémica, crónica e incurable que se manifiesta en la piel. Se caracteriza por la aparición de brotes que causan comezón intensa que provoca lesiones rojas, sangrado y posteriormente costras.
Otro de los síntomas principales es la resequedad de la piel, que se incrementa durante la temporada invernal debido a las bajas temperaturas y la humedad, por lo que los dermatólogos recomendaron cremas humectantes para evitar mayores molestias.
Especialistas coinciden en que es complejo que exista la percepción de que una piel lastimada o enrojecida es sinónimo de contagio o de limitaciones sociales. De este modo, aparte de las repercusiones médicas, económicas y familiares, los menores con dermatitis atópica sufren rechazo, se aíslan y esto acentúa su carga emocional y preocupaciones, así como la de sus cuidadores.
José Antonio Ortega Martell, coordinador académico del Colegio Mexicano de Pediatras Especialistas en Inmunología Clínica y Alergia (Compedia), explicó hace poco que un Estudio Internacional de Asma y Alergias en la Infancia (ISAAC, por sus siglas en inglés) ha alertado que este problema está aumentando a nivel mundial, “poniendo en riesgo el futuro de nuestros niños”.
Y recalcó que la dermatitis atópica también es una afección sistémica que perjudica a otros órganos. “Asimismo, al poseer un componente alérgico, es común que el paciente curse con otras enfermedades que tienen el mismo origen, como asma o rinitis alérgica, lo cual complica aún más su calidad de vida”, lamentó.
En este contexto, Antonio Loaeza, director médico de Sanofi, señaló que, si bien la dermatitis atópica no es curable actualmente existen tratamientos que permiten un mejor control de la enfermedad, así como la prevención de sus complicaciones.
Hasta ahora este tipo de fármacos solo estaban indicados en pacientes adultos, aunque en algunos países se ha aprobado ya su uso pediátrico. “Hoy celebramos que sus beneficios se extienden a pacientes pediátricos desde los seis años, para que nada les impida descubrir el mundo con esa curiosidad y energía propias de la niñez”, afirmó Loaeza.
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