Descubrir cómo tratar la piel seca y la piel deshidratada es un enigma ancestral de belleza y salud. Desde las más antiguas civilizaciones, el cuidado de la piel a suscitado todo tipo de obsesiones, hasta el punto en que hoy reconocemos que no es solo un tejido, sino el órgano más grande y resistente del cuerpo.
Cada persona tiene uno tipo de piel diferente y, por esta razón, las medidas para mantenerla hidratada y saludable serán diferentes en cada caso.
Si bien la mayoría de personas puede creer que la piel seca y deshidratada son lo mismo o que parten de similitudes taxonómicas, lo cierto es que son dos tipos de piel totalmente distintos.
Por un lado, la deshidratación puede atacar a cualquier tipo de piel sin distinción (mixta, grasa o seca). Esta condición de la piel implica que carece de contenido acuoso, pero es capaz de producir aceite natural. La deshidratación puede ser genética o ambiental y puede sentirse escamosa y sin elasticidad, pero lo realmente importante es que puede tratarse y prevenirse en la mayoría de los casos.
Para tratar la piel deshidratada, los expertos recomiendan el uso de un humectante que contenga glicerina o ácido hialurónico, ya que estos ingredientes atraen el agua del ambiente hacia la piel para mantenerla suave y flexible. Por otro lado, hay que reducir el uso de los exfoliantes, que podrían empeorar la deshidratación y causar una peor inflamación. Para limpiarla, es buena idea usar un gel sin sulfato para evitar una deshidratación innecesaria tras lavarla.
No sucede lo mismo con la piel seca. Suele estar relacionada a factores genéticos y comúnmente se desencadena en enfermedades más complejas cuyo tratamiento es muy específico como, por ejemplo, la dermatitis atópica.
La dermatitis atópica suele ser descrita como una enfermedad sistémica inflamatoria crónica y autoinmune de la piel, intensamente pruriginosa y que comprende un amplio grupo de comorbilidades que van mucho más allá del picor y erupciones cutáneas, pudiendo llegar a tener un fuerte impacto psicológico en las personas afectadas.
No es una enfermedad estéticamente favorecedora y tampoco sencilla de sobrellevar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), representa una de las dermatosis más frecuentes en la población escolar de los países subdesarrollados y se encuentra dentro de las diez enfermedades más frecuentes en pediatría, afectando entre el 10% y 20% de la población infantil.
En Colombia el panorama de esta enfermedad no es diferente. Según un artículo de Sanofi en Colombia, la prevalencia aproximada de personas con dermatitis atópica es de 9% en dultos y 12% en adolescentes.
Si bien el tratamiento de una enfermedad como esta es muy particular y depende de cada paciente, de acuerdo la Clínica Mayo existen maneras de prevenir episodios de exacerbaciones y minimizar los efectos de sequedad. Algunos de ellos son: humectar la piel al menos dos veces por día, Intentar identificar y evitar desencadenantes que empeoren la afección, tomar un baño más corto, usar solo jabones suaves y secarse con cuidado.
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