Mucho se especula sobre la restricción calórica. En algunos estudios ha demostrado incidir en la capacidad del cuerpo para renovarse y se ha comprobado que alarga la vida en otras especies como gusanos, moscas y ratones. Ahora, una investigación publicada en la revista Nature Aging presenta el primer ensayo controlado y aleatorizado sobre este tema en seres humanos.
Un equipo internacional de investigadores a cargo del Centro de Envejecimiento Butler Columbia de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, ha concluido que la restricción calórica también ralentiza el envejecimiento en los seres humanos adultos.
El científico Daniel Belsky y sus colegas llevaron a cabo un ensayo controlado y aleatorizado llamado CALERIE (Evaluación Integral de los Efectos a Largo Plazo de la Reducción del Consumo Energético, en sus siglas en inglés). Esta es la primera investigación sobre los efectos de la restricción calórica a largo plazo en humanos sanos y no obesos.
La investigación contó con la participación de 220 hombres y mujeres sanos divididos en un grupo que recibía una dieta normal y otro grupo que mantenía una restricción calórica del 25 por ciento durante dos años.
Para medir el envejecimiento biológico, el equipo analizó muestras de sangre recogidas antes y después de la intervención, a los 12 y 24 meses de seguimiento. Los investigadores se enfocaron en los biomarcadores desarrollados para medir el ritmo y progreso del envejecimiento biológico durante el estudio.
En este caso se analizaron marcas de metilación del ADN de los glóbulos blancos, que se definen como "etiquetas químicas" en la secuencia del ADN que regulan la expresión de los genes y que van cambiando con el envejecimiento.
Los resultados del estudio revelaron que la restricción calórica ralentiza el ritmo de envejecimiento en humanos, pero probablemente no sea adecuada para todo el mundo. Actualmente, se está realizando un seguimiento de los participantes para determinar si esta intervención también lograría efectos a largo plazo.
En este punto es importante señalar que cada año la alimentación inadecuada da lugar a enfermedades crónicas que causan sufrimiento y suponen una carga enorme para los presupuestos de todos los países, por lo que no es prudente inferir nada sobre este estudio hasta que avance la investigación.
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