A la hora de hablar de fluidos femeninos durante las relaciones sexuales es importante distinguir lo que es la lubricación, la orina, la eyaculación y el enigmático ‘squirt’ para no caer en equivocaciones tontas.
Es claro, por su naturaleza, que la orina es orina y su presencia durante el aquello por lo general es muestra del debilitamiento de los músculos y de las estructuras que contienen el líquido dentro de la vejiga. Sin más, algunas pérdidas durante el esfuerzo o por otras maniobras en el agite no tienen otro nombre que incontinencia.
Ah, que durante las contracciones del orgasmo se puede expulsar orina, pues claro, pero no en cantidades a chorros y con presión que humedece el techo. Jamás, esto en razón a que los mecanismos del clímax y los de la micción van por vías diferentes, al punto que la una bloquea a la otra, como es el caso de los hombres, que nunca orinan cuando eyaculan.
Por los lados de la lubricación hay que saber que esta se produce como resultado de la estimulación erótica como un elemento para preparar el área de la actividad sexual. En realidad es un filtrado plasmático producido por diferentes glándulas ubicadas desde el cuello de la matriz, las paredes vaginales e incluso a nivel de los labios, que además de humedecer, tiene finalidades antibióticas naturales.
Su cantidad es justa y por lo general se nota más cuando no existe. Hay que distinguirla claramente del flujo vaginal normal y se empieza por saber que la lubricación es un líquido viscoso, un poco espeso y con un olor característico producido solamente durante la excitación.
Sobre la eyaculación empiezo por decir que es la secreción de unos pocos milímetros de líquido lechoso y espeso producido por unas células que remedan lo que en el hombre sería la próstata y que se produce específicamente durante el orgasmo. Hay que insistir en que su cantidad es una décima parte de su versión masculina, es decir, es ínfima.
Ahora, el controvertido ‘squirt’, tal como se ha demostrado, es la expulsión a través de la uretra (conducto por donde sale la orina) de un líquido urinaria un poco más diluido con concentraciones variables de urea, creatinina y ácido úrico, que van desde los 15 hasta los 100 centímetros cúbicos.
Esta expulsión ocurre durante la estimulación de la zona en la que se domicilian con cercanía el clítoris, la uretra y la vagina. Para terminar de entenderlo hay que saber que no se presenta en todas las mujeres y las que tienen esta capacidad, incluso, pueden llegar a controlarlo a voluntad.
La presencia o no de estos líquidos sobre el catre hay que tenerla clara porque aunque lo importante es que el orgasmo siempre se presente a plenitud, su presencia para algunas puede ser elemento favorable e importante y para otras, un tema complejo.
Y como la curiosidad se genera sobre el ‘squirt’, se han descrito técnicas para producirlo, pero de eso hablaremos en otra oportunidad.
Hasta luego.
ESTHER BALAC
Para EL TIEMPO