De acuerdo con el Ministerio de Salud y Protección Social, la malaria es una enfermedad producida por un parásito del género Plasmodium, que puede ser transmitido comúnmente por la picadura de la hembra del zancudo Anopheles.
Entre los síntomas más comunes de la enfermedad, que aparecen una semana después de adquirido el parásito, están fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, vómito, fatiga, y dificultad al respirar.
En el territorio colombiano la transmisión de la malaria es del tipo de zonas inestables con patrones endemo-epidémicos variables y focales en las diferentes regiones eco-epidemiológicas. El comportamiento de la morbilidad por malaria en Colombia en los últimos diecisiete años, ha mantenido una tendencia descendente y registrado un comportamiento con promedios anuales de 50.000 a 100.000 casos.
Desde 1974, los casos de malaria producidos por Plasmodium vivax predominan en el país (60 a 65%), aun cuando en regiones como la Costa Pacífica la relación favorece a P. falciparum. La transmisión de malaria que se registra en el país se caracteriza por la presencia de ciclos epidémicos que ocurren cada 2 a 7 años.
En los últimos años el evento malaria ha mantenido una tendencia al descenso, pasando de 171.960 casos en el 2000 a 50.301 casos en el 2017 y en las primeras 48 semanas de 2018 se han notificado 54.545 casos, lo que demuestra una reducción cercana al 70% en el número de casos.
Durante este periodo se presentaron dos aumentos en el número de casos, el primero (año 2010) asociado al mejoramiento de la red diagnostica en los departamentos endémicos del país y el segundo durante el año 2016 debido a la intensificación de la minería ilegal en los departamentos de la región pacífica, sobre todo en el departamento del Chocó (15 de 31 Municipios), que reporto el 67% de los casos registrados en el país.
Modificación genética de los mosquitos
Recientemente, un equipo científico del Instituto de Investigación de Ciencias de la Salud (IRSS) de Bobo-Dioulasso, en Burkina Faso, presentó un estudio sobre la modificación genética de los vectores, es decir, de los insectos transmisores del parásito causantes de la enfermedad.
En la investigación, se documentó la primera liberación a pequeña escala en África de mosquitos transgénicos macho de la subespecie Anopheles coluzzii. Los científicos iniciaron el seguimiento de los movimientos y de la supervivencia de 14.850 mosquitos modificados genéticamente para que fueran estériles. Se liberaron solamente machos, pues estos no pueden infectar a los humanos con el parásito. El objetivo era averiguar su tasa de supervivencia y su capacidad de reproducirse.
“Los mosquitos liberados participaron en actividades de enjambrazón en el campo de la misma manera que sus homólogos silvestres. Como se predijo a partir de los estudios de laboratorio y de modelización, después de recapturarlos, descubrimos que estos eran menos móviles que sus hermanos no transgénicos y presentaban menores tasas de supervivencia”, explica Abdoulaye Diabaté, investigador principal.
Posteriormente, el transgén –el material genético que ha sido transmitido de un organismo a otro– desapareció de la población estudiada al final del ciclo vital de los machos estériles liberados y estos murieron sin dejar descendencia.
“El estudio nos ofrece una información única sobre la aptitud y el comportamiento de esta cepa transgénica de mosquitos Anopheles coluzzii en un entorno natural, pues hasta ahora, estos ejemplares modificados genéticamente solo se habían estudiado en entornos de laboratorio en Europa y África. Las metodologías aplicadas y los datos recogidos en este estudio servirán de base para futuras liberaciones de insectos transgénicos que resulten más eficaces en la lucha contra la malaria”, indica Diabaté.
El objetivo a largo plazo de este equipo de expertos burkineses es utilizar tecnologías genéticas para reducir la población de mosquitos transmisores de la malaria en África subsahariana.
Según el experto, el siguiente paso es trabajar con una nueva cepa: un mosquito macho alterado genéticamente para producir, principalmente, descendencia masculina. Si logran que no nazcan nuevas hembras, que son las que infectan al humano, esto sí influirá decisivamente en el control de esta patología.
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