Aunque los médicos han coincidido en señalar que tener sexo tiene múltiples beneficios porque implica un ejercicio que aumenta el ritmo cardiaco y se fortalece el sistema inmunitario, hay que tener cuidado con la conducta sexual compulsiva, que muchas veces termina en adicción al sexo incontrolable y es cuando esas encamadas, se vuelven tortuosas.
Según la Clínica Mayo, cuando en la pareja se observa una preocupación excesiva por fantasías, impulsos o conductas sexuales difíciles de controlar que provocan angustia y afecta de manera negativa no solo la salud sino el trabajo o las relaciones con la pareja, es que algo anda mal.
Lo cierto es que cuando estos impulsos se presentan, en la pareja se observa una preocupación excesiva por cumplir fantasías, impulsos o conductas sexuales que provocan angustia y afecta de manera negativa no solo la salud, sino el trabajo o las relaciones con la pareja. Entonces la planta baja se ve afectada y expuesta a contraer enfermedades de transmisión sexual o del tracto urinario.
Pero además, esta conducta sexual compulsiva no solo incluye el sexo con otras personas, sino realizar otras prácticas con demasiada frecuencia, como la masturbación, el cibersexo o el consumo de pornografía. Y si la pareja está extenuada por este ritmo, no es raro que la persona afectada esté dispuesta a pagar por obtener servicios pornográficos, eróticos o sexuales. Es una situación que se torna incontrolable.
Los psiquiatras señalan que las personas con conductas sexuales compulsivas pueden experimentar baja autoestima, tener sensaciones de culpa e incluso padecer algunas enfermedades de salud mental como la ansiedad o la depresión.
En este caso, la Clínica Mayo recomienda buscar ayuda profesional, si la persona siente que ha perdido el control de su conducta sexual, porque este impulso puede empeorar con el tiempo.
De hecho, la Clínica Mayo también señala que cuando estas conductas se tratan a tiempo, puede evitarse que el estado psicológico se deteriore y la persona no caiga en una profunda depresión. Hay que actuar antes de que aparezcan signos de deterioro mental, que muchas veces terminan acompañados por el alcohol o sustancias psicoactivas.
Lo más saludable es evitar las situaciones de riesgo. No hay que poner en peligro la salud intentando participar en prácticas sexuales incontrolables, que pueden tener consecuencias graves en el catre. Así que los excesos no son buenos ni recomendables. Hasta luego.
ESTHER BALAC
Para EL TIEMPO
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