Las vacunas también pueden ayudar a tratar el cáncer. Desde hace ya varios años que se comercializan estos biológicos que previenen el cáncer de cérvix o el hepatocarcinoma.
Sin embargo, existen muchas otras que todavía están en fase de investigación, cuya tecnología estaría destinada a reforzar la acción del sistema inmune frente a distintos tumores.
Cabe resaltar que existen un tipo de vacunas contra el cáncer que sí son netamente preventivas porque están destinadas a evitar infecciones por virus que son factores de riesgo para el desarrollo de tumores. Quizás el ejemplo más conocido se trata de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH)
Algunos pacientes infectados por este virus pueden acabar padeciendo cáncer de cérvix, de cabeza y cuello o anal. Por esta razón, para muchos expertos, vacunarse contra el VPH antes de entrar en o con este virus disminuye la incidencia de estos tipos de cáncer.
De forma similar, la generalización de la vacuna frente al virus de la hepatitis B (VHB) ha conseguido que se reduzcan los casos de cáncer de hígado (hepatocarcinoma). Este biológico hace parte de las vacunas que están comercializadas y se istran a la población.
Por otro lado, algunas estrategias de inmunización contra el cáncer están todavía en desarrollo. Según explica el medio CuidatePlus, existe un tipo de vacuna anti cáncer que se encuentra en investigación y consiste en seleccionar una proteína de un tumor concreto y conseguir que el sistema inmune del paciente la reconozca para que, de este modo, dirija un ataque contra esas células malignas.
Un exponente de esta técnica son las denominadas vacunas autólogas, que se llaman así porque se elaboran a partir del tumor de cada paciente.
En primer lugar, se hace una biopsia del tumor para estudiarlo en profundidad. A continuación, se selecciona una proteína que se considere adecuada y en muchos casos se modifica un poco para que se vuelva más inmunogénica (capaz de producir una respuesta inmune específica). Por último, se vuelve a istrar esa proteína al paciente para que su sistema inmune la reconozca y ataque el tumor.
Otro método que se está investigando consiste en desarrollar vacunas basadas en proteínas específicas de ciertos tipos de tumores. Por ejemplo, HER2, que es una proteína que expresan en grandes cantidades (sobreexpresan) en algunos cánceres de mama.
Muchas expertos están intentando desarrollar vacunas a partir de HER2, modificándola en el laboratorio para hacerla más inmunogénica e inyectándosela a las pacientes para que su sistema inmune haga lo que debió hacer en un primer momento: reconocerla como como extraña y atacar al tumor que la porta.
Según especialistas, en este caso específico, se trata de desarrollar vacunas a partir de alteraciones moleculares comunes a ciertos tipos de tumores.
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