Colombia registró 582 nuevos casos de contagio, un poco más del doble que los reportados la semana pasada cuando apenas llegaban a 273 casos en todo el territorio nacional. El panorama a nivel global no es mucho más alentador. Ya se han documentado 48.844 casos en 99 países y 15 muertes.
Si bien se trata de una enfermedad cuyas tasas de letalidad son extremadamente bajas, ha sido descrita por muchos de los pacientes como un padecimiento doloroso, incómodo y debilitante. Ya son varios los testimonios de personas contagiadas que aseguran que se trata de una enfermedad, en muchos casos, lenta y desoladora.
Me han dicho que mi caso es el único: Yusué Peña
Yusué Peña tiene 29 años y vive en España. Ha estado internado en el hospital por varios meses debido a los síntomas que padece. "Me han dicho que mi caso es el único, al menos en toda España, donde se ha visto en dificultad mi cara por las heridas bien grandes y bien pronunciadas", comentó en varios medios de comunicación.
Peña espera recuperarse pronto y argumenta que nadie debería pasar por una enfermedad así. “Volví a sentir el dolor. Ya no podía caminar, me dolía demasiado. Entonces fui nuevamente al hospital y ahí me di cuenta que tenía más granitos, tenía en la oreja, el brazo y la barriga".
Ha estado internado en el hospital en dos ocasiones y siempre dice que la única manera en la que puede describir su condición es como: incómoda y dolorosa.
Wesley Wallace
Wesley Wallace es un texano que contrajo la viruela del mono hace ya varios meses. "Me duele existir.", dijo Wesley Wallace a la cadena de noticias de Estados Unidos, Khou-11.
Wallace contó que, debido al dolor de la enfermedad, "estar despierto es insoportable y muy doloroso. Desde que empezó la enfermedad, los padecimiento sólo han progresado y empeorado", agregó.
Al principio, cuando apenas comenzó la enfermedad Wallace creyó que tenía "un simple grano en la piel, pero pronto resultó ser viruela del mono. Actualmente tiene ocho lesiones diferentes en la barbilla, e incluso una en la boca", aseguró el texano.
A partir de esa última lesión, su vida se volvió un martirio. "Cada sorbo, cada bocado, es algo extremadamente doloroso", relata. Es más, en una entrevista aseguró que las lesiones se estaban extendiendo por su cuerpo y esto le causaba dolor. "Ahora están empezando a aparecer en diferentes zonas de mi cuerpo. En la mano y en mi muñeca", dijo Wallace.
Según cuenta, el contagio tendría lugar en un bar, debido a una noche de besos. "Voy a decir que probablemente estaba besando a alguien que lo tenía y no lo sabía, sólo basándome en el lugar donde aparecieron mis lesiones iniciales", dijo.
Por ahora, espera que Estados Unidos pueda proveerle la cantidad adecuada de medicamentos a toda la población contagiada, para tratar de manera más eficaz el virus.
Anthony
"No me van a contratar en ningún sitio”, teme un paciente de viruela del mono al padecer los graves síntomas que lo tuvieron hospitalizado durante un mes. Se trata de Anthony, un peruano residente en España, quien conmovió en redes y televisión al hablar de su caso.
“Comencé con la inflamación de ganglios en la entrepierna y me dio un poco de fiebre, fui al médico y me dieron calmantes”, relató el joven en charla con el programa español ‘Cuatro Al Día’.
Luego llegó lo peor: el dolor en las extremidades se le hizo insoportable, así que debió visitar nuevamente el hospital para obtener un diagnóstico concreto. Era la viruela del mono. “Me deprimí bastante y no sabía qué hacer”, contó.
Ante la conmoción, está siendo tratado por un psicólogo. En paralelo, quiere hacer que la gente tome conciencia sobre la también llamada viruela símica: “No solo se transmite por relaciones sexuales, también por la saliva… hasta por un estornudo te puedes contagiar”.
Matt Ford
Matt Ford, un reconocido actor de Estados Unidos por sus apariciones en las cintas ‘Play’ y ‘Beauty Marc’, ha sido otro de los casos más difundidos por la crudeza con la que puede verse afectado por el virus.
Supo que podría estar contagiado al recibir una llamada de una persona cercana que lo alertó. Solo con el paso de los días aparecieron las ronchas e intentó quitar espichándolas, pues creía que no era un tema de tanta relevancia. Sin embargo, los dolores, escalofríos y malestares ya no le dieron espera para consultar al médico y recibir la prueba positiva.
“Las lesiones que ya existían en el área de la ropa interior eran muy, muy dolorosas y las que estaban en mi cara. Pero comencé a tenerlas en mi torso, piernas, brazos, hombros, cuero cabelludo; aparecieron en todas partes”, expresó Ford, en diálogo con la revista ‘People’.
Incluso llegó a alterarse: gritar y desmayarse por el intenso dolor. “Las primeras dos semanas solo traté de concentrarme en llegar al otro lado y tratar de recordar que era temporal. Estaba atrapado por dentro; fue realmente brutal. Me siento muy bendecido de tener un sistema de apoyo fuerte”, añadió.
Testimonios y repercusiones emocionales
"No se sale indemne de una enfermedad que te ha hecho mucho daño, encerrado durante tres semanas y, además, con el peso de la discriminación", dice Corentin Hennebert, de 27 años, que fue uno de los "primeros casos" en Francia.
Desde que se recuperó, otros enfermos le han hablado también del "precio psicológico" de la dolencia. "Hay una angustia psicológica que está vinculada a varias cosas", explica Nathan Peiffer-Smadja, especialista en infecciones del hospital parisino de Bichat, que coordina un estudio clínico en pacientes contagiados.
Por un lado, el "dolor" y las posibles "secuelas, sobre todo estéticas", y por otro lado, el hecho de padecer "una enfermedad de la que la gente nunca ha oído hablar" que ocurre dos años después de la epidemia covid-19, y que requiere un aislamiento de tres semanas. Un pequeño número de los enfermos desarrolla lesiones internas, sobre todo coloproctológicas (que afectan colon, recto y ano), y que a veces requieren una hospitalización, explica.
Fue el caso de Hennebert: "Tenía la impresión que me clavaban hojas de afeitar todo el rato. No encuentro otra comparación, de tan fuerte que era", recuerda. Antes de ser tratado con tramadol, un potente analgésico con opiodes, había "perdido 7 kg en tres días", ya que dejó de comer.
"Sólo pensaba en el dolor", relata. Sébastien Tuller, un francés de 32 años, que no tuvo estos dolores, pero sí se preocupó mucho por el aspecto de las lesiones. "Era realmente feo y no sabía qué hacer. Me angustiaba mucho ver aparecer (pústulas) en mi cara".
Como pasó con el VIH, la viruela del mono circula actualmente dentro de la comunidad HSH (hombres que tienen relaciones sexuales con hombres), lo que ha provocado un aumento de las discriminaciones.
"Hay mucha homofobia común y tiene un impacto real en la salud mental", explica Sébastien Tuller, militante LGTB y jurista. "Muchos no dicen que tienen la 'monkeypox' o que la han tenido por miedo a ser estigmatizados", señala.
"Sobre todo los jóvenes, que todavía no han hecho el 'coming-out'" en su familia, o personas que tienen miedo que trascienda en el trabajo su orientación sexual debido a las tres semanas de aislamiento requeridas.
**Con información de agencias
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