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Los videos del cuadrante 75, claves en investigación de atentado en Cúcuta
Allegados a policías muertos dicen que los terroristas iban tras ellos. Un Renault 9 los seguía.
La explosión ocurrió a pocos metros de la pista de aterrizaje. Foto: Mario Caicedo. EFE
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Un teléfono celular y una pistola Colt fueron las primeras evidencias recaudadas en la investigación por el atentado que sacudió al aeropuerto Camilo Daza, de Cúcuta, el pasado 14 de diciembre.
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Ambos fueron hallados a un lado del cadáver del hombre que intentó ingresar a la pista de aterrizaje. Aunque en sus espaldas explotó una carga de pentolita, mientras saltaba la reja del aeropuerto, forenses alcanzaron a establecer que se trataba de Cristian Camilo Muñoz Manjarrés.
La Fiscalía asegura que hay interceptaciones y audios que implican a los capturados por el atentado en el Camilo Daza. Foto:Fiscalía
William Bareño Ardila y David Reyes Jiménez, los dos policías que murieron en el atentado terrorista en el aeropuerto de Cúcuta. Foto:Policía Nacional
Además, el teléfono, hallado entre la maleza y los restos de Muñoz, arrojó datos claves para la investigación que empezó a apuntar a un solo lugar: Medellín.
EL TIEMPO investigó y encontró entre los os de Muñoz a Yuli Mileidy Mazo, una de las capturadas por el bombazo que les quitó la vida a los explosivistas de la Policía David Reyes y William Bareño Ardila.
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Muñoz y Yuli eran pareja y, para la Fiscalía, fueron dos de los autores materiales del atentado. De hecho, investigadores esperaron pacientemente a que la mujer se hiciera presente en la funeraria que trasladó el cuerpo de Muñoz hasta Medellín.
El sepelio y los viajes
“Solo le puedo decir que el cuerpo se recogió en Medicina Legal y que quedó registrado como muerte violenta”, le dijo a EL TIEMPO un empleado de la funeraria.
Pero el fiscal general, Francisco Barbosa, dio más detalles. Aseguró que Muñoz, junto con Adrián Kalet Guzmán y Sebastián Moreno Maya (también capturados) se desplazaron desde Medellín hasta Tibú (Norte de Santander), entre octubre y noviembre pasados, para planear el atentado.
A Moreno le aparecen tres procesos por porte ilegal de armas, hurto agravado y fuga de presos. Los dos primeros delitos fueron ejecutados en Yopal (Casanare), cerca de la frontera con Venezuela. En ese país, según la investigación judicial, él y sus señalados cómplices habrían recibido entrenamiento en manejo de explosivos.
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Para los investigadores, Moreno es clave dentro del grupo. EL TIEMPO rastreó su prontuario y estableció que fue condenado a 10 años y medio de prisión, el 24 de junio de 2015.
En archivos del Juzgado 18 municipal de función de control de garantías de Medellín consta que, el 8 de febrero de 2021, se le intentó imputar el delito de fuga de presos. Lo que se sabe es que, en al menos dos ocasiones, el Inpec no lo encontró en el lugar donde cumplía prisión domiciliaria o su brazalete registraba apagado.
‘Darwin’, a quien se le atribuye el atentado al helicóptero en el que iba el presidente Duque –el 25 de junio pasado–, habría tenido o con Muñoz, Guzmán y Moreno.
Ahora se indaga cómo, desde febrero de 2019, un juez de ejecución de penas le otorgó casa por cárcel a pesar de sus antecedentes.
Según la investigación, los señalados mercenarios se habrían reunido en Tibú (Norte de Santander) con jefes de la disidencia del frente 33 de las extintas Farc, entre ellos alias Darwin.
Allí habrían acordado los detalles del atentado y el pago de 120 millones de pesos por ejecutarlo. ‘Darwin’, el tercero al mando del frente 33 y a quien se le atribuye el atentado en Cúcuta a un helicóptero de la FAC en el que iba el presidente Iván Duque –el 25 de junio pasado–, habría tenido o directo con Muñoz, Guzmán y Moreno.
Tras el atentado, se investiga si hubo fallas en protocolos y en la seguridad del presidente Iván Duque. Pero no se descarta filtración de información. Foto:Archivo particular
El cuadrante 75
Javier Alonso Veloza García, alias de Jhon Mechas, será buscado en 196 países del mundo, que integran Interpol. Foto:Policía
También se tienen documentadas reuniones en Venezuela, en zona campamentaria de alias Mechas, otro de los cabecillas del frente 33, quien ha estado detrás de decenas de actos terroristas contra de de la fuerza pública.
Pero, según la investigación, esta vez el objetivo era destruir al menos una de las aeronaves militares que permanecían en un hangar del Camilo Daza.
Sin embargo, allegados a los dos policías que murieron cuando explotó un segundo artefacto en el aeropuerto, sostienen que hay una pista que podría entregar mayor información sobre otros implicados.
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Según dicen, los terroristas no iban por los aviones, sino por los dos explosivistas que tenían en jaque al frente 33 desactivando cargas explosivas por todo Norte de Santander.
Hay testigos de que los dos expertos venían siendo seguidos. Por eso están pidiendo que se revisen las cámaras de seguridad del cuadrante 75 de Cúcuta, al menos lo grabado la primera semana de diciembre.
La razón: la madrugada del 6 de diciembre, vecinos y familiares del intendente Bareño llamaron a ese cuadrante para reportar que hombres sospechosos, que se movilizaban en un Renault 9, lo estaban siguiendo.
El dato parece encajar con la evidencia recaudada. Según se sabe, tres de los implicados que estuvieron en Tibú volvieron a Medellín para reclutar más personas y completar el equipo criminal. Pero regresaron a Cúcuta el 5 de diciembre.
En ese desplazamiento, que hicieron en un bus de servicio público, iba una menor de edad, hija de dos de los hoy capturados. Además estaban Nayibe Londoño, Diego Felipe Maya y Diego Alejandro Carrascal.
Alias Darwin, cabecilla del frente 33. Foto:Archivo Particular
EL TIEMPO consultó a expertos cercanos a la Policía que señalan que no suena lógico que el frente 33 ‘importara’ delincuentes desde Medellín, los entrenara y les pagara una fuerte suma para destruir un avión militar. Por eso no descartan que el blanco fueran los dos explosivistas.
Por ahora, se lograron obtener imágenes de un hotel, en el centro de Cúcuta, hasta donde llegaron Cristian Muñoz, Nayibe Londoño y Diego Maya. Los otros tres presuntos implicados alquilaron una casa cerca del aeropuerto, desde donde hay una vista privilegiada de la pista y de los hangares.
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Al parecer, usando una carreta de venta de refrescos, se camuflaron para ejecutar labores de vigilancia en zonas aledañas. Un día antes del atentado, la noche del 13 y madrugada del 14 de diciembre, cámaras de seguridad captaron a dos hombres que merodeaban por la pista de aterrizaje.
La ropa y el tatuaje
La investigación señala, además, que los mercenarios habrían contratado a un lugareño para que recogiera y desapareciera evidencia que los inculpaba, incluida ropa.
Sin embargo, detalles como un tatuaje de armas que tenía dibujado en uno de sus brazos Diego Felipe Maya se convirtieron en pistas claves que siguieron los investigadores.
La explosión en el aeropuerto Camilo Daza, el martes pasado, es el tercer atentado a gran escala en Cúcuta. Soldados vieron el momento en el que murieron los explosivistas Foto:AFP
Los movimientos de los hoy capturados (...) están documentados. Hay videos de cámaras de seguridad, interceptaciones telefónicas, prendas de vestir y rastros de explosivos
En un operativo conjunto entre la Policía y la Fiscalía, realizado el 28 de diciembre pasado (13 días después del atentado), Maya y los demás involucrados fueron detenidos en el corregimiento Santa Helena y los barrios Jesús, Robledo Miramar y Brasilia, en Medellín.
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“Todos los movimientos de los hoy capturados, tanto en Medellín como en Cúcuta, están documentados. Hay videos de cámaras de seguridad, interceptaciones telefónicas, elementos como prendas de vestir y rastros de explosivos encontrados en los lugares donde se alojaron estas personas”, explicaron desde la Fiscalía.
Además, afirmaron que la persona contratada para recoger y botar las pertenencias de los delincuentes –un reciclador de la zona– las arrojó en el sector de Los Patios. Hasta este lugar llegaron investigadores a reunir evidencia para dar con los responsables.
¿Víctima o victimaria?
A pesar del material probatorio, fuentes cercanas al caso anticiparon que el proceso contra los implicados será largo y complejo. En audiencia de imputación de cargos, el miércoles pasado, se conocieron las primeras cartas de la defensa.
Por ejemplo, el abogado de Yuli Mileidy Mazo declaró que su cliente es víctima, por la muerte de su pareja, a quien se le explotó carga que llevaba en una maleta.
El proceso lo adelanta la Fiscalía 129 de Cúcuta, y se esperan dos capturas más en los próximos días.
EL TIEMPO también estableció que el testimonio de uno de los compañeros de los explosivistas muertos, el intendente Oquendo, será clave para acceder a más evidencia y saber si ellos eran el objetivo.
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