El empresario mencionado en caso del asesinado Roberto Franco y en otro con investigados de la UNGRD

Con esa única frase un investigador judicial le resumió a EL TIEMPO el hecho de que el nombre de un poderoso empresario de Pasto (Nariño) les terminó apareciendo en dos casos de connotación.

El primero de estos es el de la investigación por el crimen de Roberto Franco Charry, en plena Zona Rosa de Bogotá, el pasado 21 de febrero.

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Desde el mismo día en el que un sicario mató a Franco Charry en cuestión de segundos, saliendo de su BMW blindado, este diario reveló documentos en los que lo ligan con una presunta toma hostil del conglomerado empresarial El Arrozal & Cía., dueños de la cadena de supermercados Líder.

Documentos que la Superintendencia de Sociedades le remitió a la Fiscalía, el 2 de mayo de 2023, hablan de una supuesta maniobra para que varios de los herederos de don Roberto Romero, el fundador, perdieran su participación.

Y señalan que el paquete accionario terminó en manos del empresario pastuso Pedro Miguel Bastidas, quien empezó a figurar en los balances en 2022 llevado por Franco.

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De hecho, ya se sabe que Franco Charry tenía programada una reunión con Bastidas, a las 7:30 a. m., el día en que lo asesinaron.

En las verificaciones en bases de datos el nombre de Bastidas aparece en otro proceso abierto sobre millonarias irregularidades en un contrato para la compra y venta del popular aguardiente Nariño.

La millonaria licitación, por más de 18.000 millones de pesos, se adelantó durante la gobernación de Camilo Romero (partido Alianza Verde).
Lo que ha llamado la atención es que entre los investigados está de nuevo Pedro Bastidas.

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Además, EL TIEMPO investigó y estableció que en ese expediente de Nariño hay otros dos nombres que resultaron ligados al caso del escándalo de corrupción por la compra de carrotanques de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).

Uno de ellos es el también pastuso Pedro Rodríguez Melo, nombrado asesor en la dirección de UNGRD por Olmedo López, hoy testigo protegido de la Fiscalía y uno de los llamados ‘ventiladores’ junto con su subalterno Sneyder Pinilla.

De hecho, este último lo incluyó en su matriz de colaboración. Y un informante les dijo a las autoridades y a EL TIEMPO que Sneyder Pinilla dirá que Rodríguez Melo ó al empresario con el que se armó el turbio negocio de carrotanques por los que se habría exigido un soborno por 7.200 millones de pesos: Luis Eduardo López Rosero.

En el caso de la licorera, Rodríguez Melo es procesado como asesor jurídico de la gobernación de Camilo Romero.

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Y hay un dato que EL TIEMPO encontró. Una de las firmas mencionadas en ese caso es de Luis Eduardo López Rosero, el mismo de los carrotanques.

Se trata de Licosur SAS, que participó en la licitación para la compra del aguardiente.

EL TIEMPO logró ubicar al hijo del empresario Pedro Bastidas –que lleva su mismo nombre–, quien accedió a referirse a los dos casos. Empezó por decir que Luis Eduardo López Rosero (el del lío de los carrotanques) fue socio de ellos.

“El proceso se lo inventaron ellos, nuestros anteriores socios, porque son malos perdedores. Se presentaron a una licitación, ganaron y nosotros supimos perder. Pero cuando nosotros ganamos la siguiente empezó todo el proceso y se empezó a hablar de falsedad en documento público e interés indebido en la celebración de contratos”, explicó el hijo de Bastidas.

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También dijo que no es cierto que su padre y Rodríguez Melo hubieran pedido un preacuerdo, como aparece en registros de la Rama Judicial.
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“Aún no hay fecha para la continuidad de las audiencias dentro de este caso”, manifestó telefónicamente.

Y en cuanto a la mención de su padre en la investigación por el asesinato de Roberto franco, señaló que rindió declaración 24 horas después del crimen.

“Es falso lo que se ha dicho de una supuesta toma hostil. Todo es legal”, agregó.

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Por ahora, se indaga el rol del asesor de Olmedo López en ambos casos. 

Y se espera que el empresario Luis Eduardo López Rosero defina si va a colaborar dentro de la investigación en la que su hija (Karen) aparece recibiendo parte del dinero de los carrotanques y la empresa de su esposa como una de las invitadas a cotizar la compra.

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